Los tiroleses
Cuando Marjane va a la casa de los padres de Lucía, que son tiroleses, se sorprende mucho de su aspecto. Los describe a través de esta imagen: "Los padres de Lucía eran rarísimos. No se parecían a nadie que conociera. Su padre, del tirol austríaco, llevaba un calzón de piel. Su madre, del tirol italiano, tenía bigote. Solo su hermana me recordaba a Heidi" (Tomo 3, p. 20).
El cambio físico de Marjane
En su paso de los quince a los dieciséis años, a Marjane le cambia el cuerpo. Lo describe con las siguientes imágenes:
Mi cara también experimentó cambios curiosos. Para empezar, se alargó. Me creció el ojo derecho. Y luego la mandíbula, que dobló su tamaño. Después le tocó a la boca. A la mano derecha. Al pie izquierdo. Evidentemente, mi nariz triplicó su volumen. Y quedé decorada con una enorme peca. Después la mandíbula avanzó majestuosamente. Por último, el busto se desarrolló hacia adelante y mi centro de gravedad se reequilibró con el peso de las nalgas. (Tomo 3, p. 38)
La vestimenta de los hombres
Marjane se indigna con los fundamentalistas que van a la universidad a darles una charla acerca de la importancia que tiene que las mujeres respeten el modo de vestir impuesto por la religión islamita. La protagonista, entonces, se levanta y decide cuestionar la diferencia existente entre la libertad que tienen los hombres para vestirse y las prohibiciones que sufren las mujeres. Lo hace a través de esta imagen: "Nuestros hermanos aquí presentes llevan todo tipo de peinados y de ropa. A veces, llevan prendas tan ceñidas que se les puede ver el cuerpo" (Tomo 4, p. 55).
El parque mitológico diseñado por Marjane
Marjane, junto a Reza, diseña un parque de diversiones basado en la mitología persa. Sin embargo, el proyecto es rechazado por motivos religiosos. El teniente de alcalde hace referencia al parque a través de esta imagen: "La mitad de sus personajes son mujeres sin velo, sentadas sobre todo tipo de animales reales o míticos. Se pueden distinguir sus formas y su pelo" (Tomo 4, p. 89).