Resumen
Capítulo XII
Katniss está sorprendida y disgustada al ver a su compañero tributo aliarse con los "perritos falderos del Capitolio". Cuando Peeta regresa para rematar a la chica, ella escucha que los otros profesionaless no están demasiado impresionados con él, sino que lo están usando de carnada con la esperanza de que pueda ayudarlos a encontrar a Katniss; su desprecio se dirige específicamente hacia ella. Poco después, Katniss oye el cañón y llega un aerodeslizador para llevarse el cuerpo de la tributo muerta.
A la mañana siguiente, la joven caza y atrapa un conejo, usando las brasas de la fogata de la chica muerta para cocinarlo. Es muy consciente de que el público está mirando y se asegura de presentarse a sí misma y sus habilidades para atraer patrocinadores.
Continúa moviéndose cuesta abajo, pero está comenzando a sufrir por la falta de agua. Encuentra bayas, pero de su entrenamiento no puede recordar si podrían o no ser tóxicas. Aunque tiene comida, su fuerza está flaqueando. Reza para que Haymitch le envíe agua a través de patrocinadores, incluso pronunciando la palabra en voz alta para que la cámara la capture. Nada pasa. Consumida por la ira y la deshidratación, no está segura de si puede continuar hasta que se da cuenta de que quizás Haymitch le ha negado agua porque sabe que hay una fuente cerca. Cuando encuentra barro, sabe que está en lo cierto y sigue la pista hasta un estanque. Recoge agua en su botella y la trata con yodo para poder hidratarse por primera vez en días. Todo está bien cuando se engancha a un árbol esa noche, pero deja de estarlo cuando se despierta repentinamente, tras unas horas, para encontrar una "pared de fuego que desciende" sobre ella.
Capítulo XIII
Hay fuego por todas partes, y Katniss actúa rápidamente saltando al suelo. Comprende de inmediato lo que sucedió: ocasionalmente, cuando los Juegos no son lo suficientemente entretenidos, los Vigilantes diseñan eventos para animar la situación. Esto incluye la modificación del clima dentro del estadio.
El fuego es de por sí bastante malo, pero peor es el humo, que está devastando sus pulmones y obligándola a vomitar. Está a punto de cambiar su plan y moverse paralelamente a las llamas y evitarlas, cuando los Vigilantes lanzan bolas de fuego directamente hacia ella. Mantiene la calma y es capaz de evitar la mayoría de las bolas de fuego, pero una finalmente toca su pantorrilla, quemándola gravemente.
Cuando el sol comienza a salir, Katniss escapa del área en llamas y trata sus heridas en un charco de agua cercano. Le han quemado las manos, pero el verdadero daño está en su pantorrilla, ahora cubierta de ampollas. El agua ayuda a aliviar un poco el dolor, pero sabe que necesitará una curación más sofisticada que la que tiene a disposición. La intensidad del dolor y su mareo tras respirar humo la paralizan, además de lo cual tiene miedo de alejarse del agua, que le proporciona un alivio temporal.
Es decir, la paralizan hasta que escucha que se acercan los profesionales. Entonces se apresura a trepar el árbol más alto que puede encontrar, lidiando con el dolor en sus palmas mientras sube. Cuando mira hacia abajo, ve a los cinco profesionales y a Peeta que la observan. Cuando Peeta evita su mirada, Glimmer le da el arco y la flecha, que ha tomado de la Cornucopia, a Cato, otro de los profesionales. Este lo rechaza y desenvaina su espada antes de intentar trepar. No pasa mucho tiempo antes de que caiga, después de lo cual Glimmer intenta escalar y disparar, pero sin suerte. Finalmente, Peeta les dice que deberían esperar, ya que no hay ningún lugar al que pueda escapar.
Katniss se amarra con el cinturón, asustada y débil por el hambre. Al otro lado del camino, en otro árbol, reconoce dos ojos que la miran a través de la oscuridad. Es Rue, quien señala algo sobre la cabeza de Katniss.
Capítulo XIV
Katniss sigue el gesto de Rue para ver un nido de avispas encima de ella. Le preocupa que estas no sean avispas normales, sino una de las mutaciones del Capitolio llamadas "rastrevíspulas". Estas mutaciones fueron diseñadas como armas durante la guerra. Cuando pican a alguien, la persona sufre severas alucinaciones y, a veces, muere.
Aunque está asustada por esta posibilidad, se da cuenta de que cualquier nido de avispas podría ser una bendición si logra cortar su rama y arrojar el nido a los profesionales que la esperan abajo. Para no alertarlos con el sonido del aserrado, decide esperar al himno nocturno para que la música disimule el ruido. Sube lo más alto que puede, y se da cuenta de que el humo de la reciente tormenta de fuego ha sedado a las avispas, normalmente frenéticas. Cuando suena el himno, Katniss hace lo mejor que puede pero el dolor en sus manos limita su efectividad y no logra acabar. Decide regresar a su lugar de dormir y esperar hasta el amanecer para terminar el aserrado.
De vuelta en su puesto, encuentra su primer regalo de un patrocinador, que ha caído del cielo con un paracaídas plateado. Es una pomada que le permite aliviar el dolor de sus quemaduras. Se acomoda para dormir, pero se despierta temprano en la madrugada y ve a los profesionales, y a Peeta, dormidos debajo. Antes de reanudar su aserrado mira a Rue, que todavía está en el árbol de al lado, y le da una advertencia silenciosamente. Cuando Rue escapa por los árboles, se da cuenta de que la niña sobrevive saltando de árbol en árbol. Cerca del nido, Katniss ve que las avispas están más intranquilas que antes. Se mueve rápidamente y logra cortar completamente la rama, pero no sin antes ser picada tres veces, en la rodilla, la mejilla y el cuello.
Pero sus dolores son poco comparados con lo que sucede a continuación, cuando explota el nido y las avispas atacan la los profesionales. Ellos huyen rápidamente hacia el lago, pero la carrera de Glimmer es aminorada por las picaduras y se desploma. Katniss salta del árbol y regresa a su charco, donde se saca los aguijones de la piel. Sin embargo, sus heridas se han hinchado y emiten pus. Pero Katniss no tiene tiempo para relajarse, ya que se da cuenta de que la caída de Glimmer significa que el arco está disponible. Se apresura y encuentra que los aguijonazos han paralizado el cuerpo de la chica, por lo que Katniss debe romperle los dedos para liberar el arma. Además, mientras está haciendo esto, la carne de Glimmer comienza a desintegrarse entre sus dedos.
Es entonces cuando se da cuenta de que las alucinaciones generadas por el veneno de rastrevíspula han comenzado. Logra liberar el arco justo cuando regresan algunos de los profesionales. Se prepara para disparar, pero carece de lucidez por las alucinaciones y no está preparada cuando Peeta la encuentra. Sin embargo, él no solo no hace ningún esfuerzo por matarla, sino que insiste en que huya. Mientras ella se levanta para hacerlo, Cato entra al claro; lo han picado debajo del ojo.
Katniss se aleja a toda prisa, corriendo lo mejor que puede a través de las alucinaciones e intentando no perderse. Pero una cosa es más clara que el agua: Peeta le ha salvado la vida.
Análisis
La aparente traición de Peeta ayuda a Katniss a dirigir su furia hacia sus enemigos en el estadio. Una vez más, hay un trasfondo de resentimiento de clase en su odio hacia los tributos profesionales, por el disgusto que siente por los jóvenes lo suficientemente privilegiados como para dedicar sus vidas a capacitarse para este evento. Su aptitud para los Juegos ha sido moldeada por necesidad, nunca adiestrada. También podemos preguntarnos por qué, frente a su alto puntaje, no le habrán propuesto que se aliara con ellos. ¿Podría su odio particular hacia ella estar motivado por su baja posición social, o es el resentimiento que ella transmite lo que les genera rechazo?
De cualquier modo, Katniss puede redoblar su dedicación a sobrevivir estoicamente ahora que puede desestimar la confesión de Peeta sobre querer sobrevivir "como él mismo". En estos capítulos, al menos, está convencida de que persistirá sin confiar en nadie.
El espectáculo continúa desarrollándose: el muro de fuego es otra instancia de manipulación total destinada a mantener entretenido al público. En el mismo sentido en que nuestros reality shows siguen un guión, también la "realidad" en estos Juegos es manipulada.
Finalmente, estos capítulos proporcionan algo de lo que la novela ha carecido hasta ahora: un antagonista claro e identificable para Katniss. A partir de que Katniss señala a Cato como su principal rival en el estadio, él se transformará para el lector en la encarnación del poder de los crueles tributos profesionales, aunque el antagonismo de Katniss se dirija cada vez más hacia la gente que mueve los hilos en el Capitolio.