Las manzanas
El poeta recurre a la imagen de manzanas atractivas, por su color y aspecto, para ilustrar el efecto negativo del amor: engañar con falsas apariencias. Así, señala que estas frutas, pese a su apetitoso aspecto, en muchos casos están desabridas, y que se pudren antes que otras frutas:
Si las mançanas siempre oviesen tal sabor
de dentro, qual de fuera dan vista e color
non avrié de las plantas fructa de tal valor;
más ante pudren que otra, pero dan buen olor. (163)
La ostentación de los hombres
Para describir la ostentación u pomposidad de los hombres, el poema recurre en forma frencuente a la imagen del pavón o el pavo real. Por ejemplo, en la descripción que da Trotaconventos del arcipreste señala que su andar es "enfiesto ("enhiesto"), bien como de pavón" (1486 b); entre los guerreros de la hueste de don Carnal vemos "loçanos pavones" (1086 b) que sostienen "enfiestos los pendones" ("elevados sus estandartes militares", 1086 c), como pavos reales desplegando su cola. En uno de los meses primaverales, mayo, se representa, en la alegoría de los meses, a un hombre que "anda muy más loçano que pavón en floresta" (1289 d). Además, don Amor, cuando alecciona al arcipreste, señala al pavón como modelo a imitar: "Sey como el pavón, loçano, sosegado" (563 b).
El cuerpo herido de los enamorados
La imagen del cuerpo herido para describir el padecimiento de los enamorados posee una extensa tradición literaria. En el poema observamos, por ejemplo, que don Melón de la Uerta, para explicarle a doña Venus que está enamorado, recurre a la imagen de un hombre herido y lleno de llagas (588 a). Además, más tarde señala que la mujer de la que está enamorado lo hirió con un dardo envenenado (597 a). Luego, en el mismo episodio, el poeta describe la belleza de doña Endrina diciendo que "con saetas de amor fiere cuando sus ojos alça" ("hiere cuando sus ojos alza", 653 d). También en este episodio, la alcahueta se refiere al padecimiento del enamorado indicando que está delgado: "Non ay más carne en él / que en pollo envernizo después de Sant Miguel" (829 cd). Finalmente, señala, como indicios de que don Melón está locamente enamorado, su color amarillo y el aspecto demudado de su rostro (831 abc).
El cadáver
En el planto dedicado a Trotaconventos, el poeta describe un cadáver que hay en una fosa, abandonado a los gusanos, para crear una imagen que despierta espanto:
Dexas el cuerpo yermo a gusanos en fuesa ("fosa")
al alma que lo puebla liévastela de priesa;
non es omen çierto de tu carrera aviesa.
¡De fablar en ti, Muerte, espanto me atraviesa! (1524)
Cabe mencionar que la imagen del cuerpo muerto rodeado de gusanos es una imagen bíblica: "Tu majestad ha sido precipitada al Abismo, junto con el sonido de tus arpas; tienes debajo de ti un colchón de gusanos y te cubren las lombrices" (Isa., 14, 11).