Kentukis es la segunda novela de la escritora argentina Samantha Schweblin. Se publicó en octubre de 2018 bajo la editorial Penguin Random House.
La novela expone varias historias, protagonizadas por personajes de diversos países cuyas vidas son atravesadas por la llegada de kentukis. Los kentukis son una especie de peluches, de forma animal, con cámaras incrustadas en los ojos y micrófonos en los oídos. Por sus cualidades tecnológicas, se puede hablar de una suerte de combinación entre un muñeco (con apariencia de mascota) y un teléfono móvil. Los kentukis, una vez comprados por una persona, empiezan a ser controlados por otra, desde cualquier parte del mundo. Nadie puede elegir a qué muñeco se conectará, así como tampoco qué usuario controlará el aparato. De esta manera, se configuran dos subjetividades en juego: ser un kentuki (un ”ser” que lo conduce) o tener un kentuki (ser su ”amo” y convivir con él como si fuera una mascota).
En cuanto al término “kentukis”, Schweblin explicó que es un nombre inventado, surgido espontáneamente al escribir el primer borrador de la novela. Luego, la autora decidió quedarse con el término, en tanto cumplía con sus expectativas de que "sonara a algo extranjero, pero también a trucho, a popular, a barato. A yanqui pero también a japonés, o chino. A una marca que ya escuchamos en algún otro lugar, aunque no recordemos dónde".
En relación con el aparato, en la presentación que hizo en la Usina Cultural Dain en el 2018, Schewblin contó que su inspiración fueron los drones:
Fue en mi primera vuelta a Buenos Aires, hace unos años atrás hubo un boom de imágenes en las redes sociales sobre un redescubrimiento de la ciudad a través de los drones. Era cuando todavía era legal, todos subían los suyos y de pronto descubrías cosas de tu barrio, con las que habías convivido por años pero que te estaban completamente vedadas. Me daba la sensación de moscardón piloteado que te revelaba una intimidad enorme.
La novela es de ciencia ficción, aunque su forma narrativa y sus personajes conservan el tono del resto de las obras de la autora. Las historias que se van entrelazando a lo largo del relato parecen ubicarse en una sociedad fácilmente reconocible. Los kentukis aportan el elemento novedoso, pero no son instrumentos de tecnología avanzada o desconocida. Lo más interesante es, quizás, que todo el entramado presentado podría ser puesto en funcionamiento tranquilamente en el día de hoy; ninguna cuestión técnica actuaría como obstáculo.
Kentukis obtuvo el premio Mandarache, fue traducida a varias lenguas y seleccionada como una de las mejores diez novelas de 2018 por el New York Times.