"No había mucha luz allá abajo, tan sólo la de las bombillas desnudas que colgaban del techo. A veces pensaba en ellas como suicidas, cuerpos de cristal que se balanceaban ahorcados por un cable" (Símil) (p. 8)
A lo largo de la novela, la luz es un motivo recurrente. En el símil citado, el narrador compara a las tenues bombillas que iluminan el sótano con personas ahorcadas. Esta comparación denota la tristeza que le transmite esa pobre luz artificial al narrador. Más adelante, la aparición de las luciérnagas, con su luz natural, serán fundamentales para que el protagonista sienta esperanza y alegría dentro del sótano.
"La palma de mi mano aún ni se había calentado cuando el rayo agonizante, una cuchilla de polvo, desapareció" (Metáfora) (p. 17)
Esta metáfora también está relacionada con la luz. El narrador se refiere metafóricamente al rayo de sol que entra por el techo como una cuchilla de polvo. Esta metáfora es sumamente visual. El lector puede imaginar el rayo "agonizante" cortando la oscuridad que domina el sótano. En el rayo, a la vez, se perciben las motas de polvo; de ahí que la cuchilla sea de polvo.
"Tenemos que ser fuertes como un cactus" (Símil) (p. 26)
El cactus se caracteriza por ser una planta sumamente resistente, capaz de sobrevivir en condiciones muy adversas. Quien realiza este símil es la abuela, cuando le regala el cactus al narrador. De esta manera, le da a entender que, para vivir en el sótano, deberá tener una enorme resistencia a la adversidad.
Sobre el final de la novela, la muerte del cactus le hace comprender al narrador que, para seguir adelante, deberá salir inmediatamente del sótano.
"El huevo latía ya entre mis manos como un corazón caliente. O como las grandes crisálidas de los satúrnidos, a través de las cuales puede verse bombear la sangre del insecto en su interior" (Símil) (p. 30)
Aquí, el protagonista compara al huevo que le regaló la madre con dos elementos. En primer lugar, lo asemeja a un corazón caliente. Este primer símil deja en claro el deseo del protagonista de encontrar vida en el sótano, el sueño de que de ese huevo nazca un pollito. En segundo lugar, el narrador compara al huevo con las crisálidas de los satúrnidos. Los insectos son un motivo recurrente dentro de la novela. El narrador tiene un gran interés por estos seres y, como puede verse en este caso, a menudo comprende (o intenta comprender) el mundo que lo rodea estableciendo analogías con el mundo de los insectos.
"—Ya no habla —repitió el niño. Tiró de la falsa coleta rubia para mostrarle a mamá el rostro de aquel juguete que había dejado de funcionar" (Metáfora) (p. 180)
El hermano es un personaje sumamente controversial. Entre otras cosas, viola y deja morir a la chica desaparecida del pueblo. Ahora bien, el chico padece problemas de salud mental y esto, entre otras cosas, le impide diferenciar la ficción de la realidad. A través de esta metáfora, el narrador, focalizado en el personaje del hermano, deja bien en claro que él no tenía conciencia alguna de que, al matar a la chica desaparecida, estaba matando a una persona, sino que creía que ella era "un juguete".