Cuentos de Ray Bradbury

Cuentos de Ray Bradbury Resumen y Análisis : ¨La máquina voladora¨

Resumen

Esta historia tiene lugar en el 400 d. C., con el emperador Yuan de China inspeccionando sus dominios. Una mañana su sirviente entra en su habitación y le dice que ha visto un milagro. El Emperador nombra numerosas cosas comunes como el color del mar, la dulzura del aire o el sabor de su té como milagros a los que podría referirse, pero el sirviente insiste en que es algo más grande. El criado informa que ha visto volar a un hombre. Cuando el Emperador le dice que solo estaba soñando, el sirviente le pide que lo acompañe y mire el cielo.

Cuando el Emperador sale y mira hacia el cielo ve, en efecto, a un hombre volando. Tiene grandes alas de papel vibrantes y coloridas. El hombre parece el ave más grande que jamás haya visto. El Emperador está asombrado por lo que ve y le pide a su sirviente que llame al hombre a tierra. No está claro lo que quiere con el hombre, pero da la impresión de que está muy impresionado y quiere alabarlo.

Cuando el hombre aterriza, el lector descubre que el Emperador en realidad quiere hacer algo absolutamente diferente que alabar al inventor. Le pregunta al hombre volador: "¿Qué has hecho?", y el hombre responde: "He volado por el cielo, excelencia". Esta respuesta no es satisfactoria para el Emperador: desde su punto de vista, el hombre ha hecho mucho más que volar por el cielo. Cree que a pesar de la belleza del aparato, su creación abre la puerta a interpretaciones malévolas de la máquina voladora.

Le pregunta al hombre volador qué sabe de la máquina, y descubre que es el inventor y el único que conoce la creación. Al escuchar esto, el Emperador lo lleva al palacio y allí llama a sus guardias para detenerlo. El inventor y el sirviente del Emperador están muy sorprendidos: nunca esperaron que el Emperador desaprobara tanto la hermosa creación.

Una vez que los guardias han detenido al inventor, el Emperador llama al verdugo. El inventor está terriblemente confundido. No sabe por qué lo van a matar por hacer algo tan hermoso, sobre todo algo que el Emperador también considera hermoso. El Emperador le explica que teme que un hombre malvado manipule la tecnología y destruya su belleza, por ejemplo, utilizando la máquina voladora para arrojar rocas sobre la Gran Muralla China. El Emperador le dice al inventor: "Pero a veces uno debe renunciar a ciertas pequeñas bellezas si se quiere conservar la que se tiene".

El inventor pide clemencia, pero el Emperador no cede y le ordena al verdugo que lo mate. Ordena a sus otros guardias que quemen la máquina voladora y la desechen con las cenizas del inventor. La historia termina con el Emperador jugando con una versión en miniatura de su imperio donde los hombres caminan a través de los valles y los bosques y las aves vuelan por el cielo. Con esta creación, el Emperador tiene el control todo el tiempo, y nunca se ve obligado a mostrarse vulnerable.

Análisis

En el cuento "La máquina voladora" se cuestiona la ética de los avances tecnológicos sin un objetivo claro. Escrito en 1953, en medio de la Guerra Fría y la proliferación nuclear, estas cuestiones no solo eran importantes cuando Bradbury estaba escribiendo, sino que continúan siéndolo en la actualidad. ¿Cómo puede desarrollarse la tecnología de manera responsable y quién podría estar a cargo de este tipo de desarrollo? ¿Deberían los inventores considerar las posibles ramificaciones negativas de una invención, o deberían proceder centrándose únicamente en los beneficios de la misma?

Se plantea la importante cuestión de si la tecnología debe ser monitoreada y regulada, y cómo hacerlo. Si bien hay riesgos y desventajas en el desarrollo de la máquina voladora, el aparato también crea mucha belleza y la libera al mundo. La historia de Bradbury introduce el concepto de sopesar las recompensas e inconvenientes de la tecnología, así como los aspectos negativos de la censura, que en este caso resultan en la muerte del inventor de la máquina voladora. Casi nunca escuchamos que el proceso de invención se haya detenido debido a factores externos negativos. ¿Debería informarse y hablarse más a menudo sobre esto? Estas son ideas que Bradbury quisiera que debatiéramos.

Si los inventores no piensan en estos posibles efectos secundarios o eligen pasarlos por alto, ¿es responsabilidad del gobierno intervenir y censurar las ideas? Se consideraría muy controvertido que un gobierno detenga el progreso simplemente porque sospecha que existe la posibilidad de crear un mal. Esta historia nos obliga a examinar la censura desde todos los ángulos, especialmente porque, en este caso, termina en la trágica muerte del inventor. ¿Se está realmente protegiendo la sociedad aquí?

La historia también examina la idea de la belleza. El Emperador adora su invento, que le permite observar los movimientos falsos y controlados de las personas que viven en su Imperio. Caminan como deberían caminar, los pájaros vuelan como deberían volar y todo está bajo su control en este idílico microcosmos parecido a un juguete. Él encuentra una gran belleza en este, y se deleita con la idea de que controla todas las acciones de estas personas. El dispositivo lo libera de ser vulnerable. Él es capaz de mantener el control todo el tiempo.

La belleza producida por la máquina voladora banaliza la posesión del Emperador, pero también lo asusta porque no puede controlarla ni dar cuenta de todas las consecuencias inesperadas que la máquina podría producir. ¿Es necesario controlar la belleza para apreciarla en su máxima expresión, o las cosas más hermosas son imprevisibles? Estas son preguntas que "La máquina voladora" nos obliga a hacernos.

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