Cuatro críticos literarios y profesores de literatura de distintos países se conocen a través del estudio de un escritor alemán llamado Benno von Archimboldi: los cuatro están de acuerdo en las respectivas lecturas que hacen de la obra del escritor. Jean-Claude Pelletier (francés), Liz Norton (inglesa), Piero Morini (italiano) y Manuel Espinoza (español) se sienten atraídos hacia el alemán, su objeto de estudio, de un modo obsesivo. A su vez, la figura de Archimboldi es mundialmente enigmática. A pesar de estar nominado para el premio Nobel, el autor no se deja ver. Muy poca gente lo ha conocido personalmente, y se desconoce su paradero.
La relación entre los cuatro amigos se hace cada vez más profunda con el correr del tiempo. Liz Norton establece abiertamente un vínculo sexo afectivo con Pelletier y Espinoza. En todo momento prima la amistad entre los tres, a pesar de que los dos amigos dejan en claro que esperan que, algún día, ella se decida por uno de los dos.
En el marco de un encuentro literario en Toulouse, Francia, los críticos conocen a un mexicano que les comenta que un amigo suyo, el Cerdo, conoció personalmente a Archimboldi hace poco tiempo. Este último detalle hace que los críticos decidan ir al encuentro del escritor, quien, según sus cálculos, debe estar aún en México. Morini, quien padece severos problemas de salud y se traslada en silla de ruedas, decide no viajar. Espinoza, Pelletier y Norton emprenden el viaje a Ciudad de México, y de allí vuelan a Hermosillo para dirigirse a Santa Teresa, siempre siguiendo la pista de Archimboldi. Allí, los asiste Amalfitano, profesor de la Universidad de Santa Teresa y especialista en Archimboldi. Sin embargo, la búsqueda se trunca: no hay datos de Archimboldi por ningún lado. La esperanza se atenúa.
Norton, que venía experimentando un fuerte cambio emocional en México, repentinamente decide volver a Europa. Los dos amigos practican la mímica de seguir buscando al escritor alemán, pero es claro que ya no esperan tener éxito. Espinoza pasa sus días en el mercado, junto a una jovencita llamada Rebeca que vende alfombras y con quien entabla un vínculo sexo afectivo. Pelletier pasa sus días bebiendo y leyendo junto a la piscina del hotel. Relee los libros de Archimboldi una y otra vez. Uno de esos días, en una conferencia que dan en la Universidad sobre la literatura archimboldiana, conocen a unos jóvenes que les comentan sobre los más de doscientos asesinatos de mujeres que se produjeron en la zona desde 1993. Los amigos quedan sorprendidos por esta información.
Espinoza y Pelletier reciben, uno de esos días, un correo electrónico de Norton. En él, la mujer les cuenta que, tras una emocionalmente accidentada llegada a Londres, se dio cuenta de que a quien ama realmente es a Morini. Los dos amigos se sienten menos tristes de lo que esperaban. Permanecen en Santa Teresa con la certeza de que Archimboldi está en la zona, pero saben con seguridad que eso es lo más cerca que van a estar del escritor alemán en su vida.
