El caldo de pollo (Símbolo)
El pollo es un motivo que aparece en diferentes textos de Salinger, y el autor lo asocia con la inocencia. En esta obra, el caldo de pollo que Bessie le ofrece a Franny, y ella rechaza por estar inapetente, simboliza un canal de acercamiento a Jesucristo -y a la espiritualidad en general-. Hacia el final de la obra, Zooey le reprocha a su hermana estar obsesionada con un Jesús a quien no comprende, e intentar acercarse a la espiritualidad intelectualmente, mientras es incapaz de reconocer los "actos religiosos" (153) que se celebran frente a sus ojos. Como ejemplo, le recuerda que no es capaz de beber el caldo de pollo "consagrado" (Ídem) que su madre le ofrece.
La señora gorda (Símbolo)
En la última conversación que tienen Franny y Zooey, el camino hacia la felicidad parece empezar a vislumbrarse cuando ambos recuerdan a la señora gorda, figura que Seymour usaba como pretexto para pedirles a sus hermanos menores que se comprometieran con algo en principio fútil, como lustrarse los zapatos. Seymour les pedía que lo hicieran "por la Señora Gorda" (156), sin aclarar nunca de quién se trataba. Así, los chicos imaginaron quién y cómo sería, y esa imagen les sirvió siempre como motivación para hacer cosas que no querían.
Zooey finalmente le dice a Franny que no hay nadie que no sea la Señora Gorda, pues ella, en realidad, es Cristo mismo. Así, es el protagonista de la obra quien explica el símbolo: ser cristiano significa amar al prójimo, particularmente a quienes es más difícil amar. De ese modo, cuando Seymour le pide que se lustre los zapatos por la Señora Gorda, le está enseñando que todas las personas valen la pena y deben ser respetadas. En definitiva, la Señora Gorda simboliza al ser humano como entidad sagrada y valiosa, y así representa la razón por la que vale la pena comprometerse con la realidad.
Los cigarrillos y habanos (Motivo)
Los cigarrillos y habanos invaden Franny y Zooey, al punto de convertirse en un motivo que acompaña a los protagonistas. Lane Coutell le dice a Franny que está fumando mucho, aunque él también lo hace. La primera imagen que tenemos de Zooey, por su parte, es la de él metido en la bañera, fumando y leyendo un guion. Un rato más tarde, cambiará sus cigarrillos por un puro. Bessie suele encender sus cigarrillos con la colilla del anterior. Y si bien todos fuman, el modo en el que lo hacen revela algunos aspectos de sus personalidades.
Franny parece fumar cuando se pone nerviosa, por lo que el cigarrillo funciona como una especie de escudo, como cuando Lane le pregunta por el libro de tapas verdes y ella enciende un cigarrillo antes de responder. Zooey, por su parte, parece usar el cigarro como un accesorio que le sirve para expresarse. Son numerosas las descripciones de cómo él manipula el objeto: se lo pone en la boca, se lo saca, lo vuelve a encender, juega con él en la mano.
