Protagonista trágica como motivo
Susana es el personaje que encarna este motivo en la obra de teatro de Arlt.
En una de las acotaciones del tercer acto, escena III, se la describe de la siguiente manera:
"Por la puerta que da al trono, sobre el estrado, aparece Susana. Está caracterizada a lo protagonista de tragedia antigua, el cabello suelto, túnica de pieles y sandalias. El rostro demacrado, las ojeras profundas. Su aspecto es siniestro".
Esta descripción nos remite a las tragedias griegas o bien a personajes de las tragedias de Shakespeare, como es el caso de Ofelia, quien aparece en su famosa obra titulada Hamlet.
La farsa como alegoría de diferencia de clases
Los amigos y amigas que montan esta farsa pertenecen a la clase media-alta, mientras que podemos presumir que el mantequero al que buscan engañar pertenece a la clase baja.
En este sentido, lo que aparenta ser un juego entre amigos es también una puesta en escena de la diferencia de educación, de clase y de posición económica. Este engaño a alguien que no consideran como un par suyo pone en evidencia cierto aspecto de crueldad que da a la obra un tinte de crítica social.
Guillotina como símbolo
Cuando Saverio, el mantequero, se toma en serio su actuación en el papel como coronel, encarga una guillotina. Esto demuestra su compenetración en la farsa, así como cierta tendencia a la tiranía y la crueldad.
La guillotina opera, entonces, como símbolo de violencia y de ostentación de un poder dictatorial.
Personaje del coronel como alegoría de los dictadores argentinos
El personaje que debe encarnar Saverio constituye, por su parte, una alegoría de los militares golpistas de Argentina. Cuando ensaya su papel, Saverio se compara con Hitler o con Mussolini, pero dado el contexto de escritura de la obra -Argentina, mediados del siglo XX-, podemos pensar que Roberto Arlt quiso remitir a la realidad política de su propio país.
La figura de Saverio como alegoría de la ingenuidad política
Asimismo, el personaje del mantequero, Saverio, reúne una serie de características que de algún modo operan como alegoría del pueblo argentino. En este sentido, el autor parece colocar el acento en la ingenuidad del mismo con respecto a cuestiones políticas. Siendo de clase baja y poco instruida, Saverio cree en lo que dicen los pertenecientes a una clase más alta y educada de forma académica.
Locura como motivo
El motivo de la locura recorre toda la obra de teatro. Por un lado, se localiza en el personaje de Susana, mediante un doble juego en el que parece que se hace la loca, pero resulta estar loca de verdad. Por otro lado, el mismo Saverio, que se supone que ayudaría a curar esa insania, muestra signos de estar loco él también. Esto puede rastrearse en las escenas en que él ensaya en su casa y parece estar verdaderamente encarnando el papel de coronel.