En Saverio el cruel un grupo de jóvenes aburridos de clase media y alta deciden divertirse a costa de Saverio, un hombre que se gana la vida vendiendo manteca. Susana, la organizadora de la broma, fingirá estar loca y ser una reina que se siente injuriada por un coronel al que cree que debería decapitar.
El primer acto es realista, en el segundo se convierte en farsa, y es aquí donde Arlt inserta su discurso sustantivo y desarrolla el lenguaje natural de su teatro; el tercer acto vuelve a la realidad, después de haber permitido que la evasión y el ensueño se volvieran excesivos.
En esta obra nos enfrentamos a dos aspectos de la locura. En primer lugar, el de Susana, que intenta ocultar un mal real tras una simulación voluntaria. Es decir, Susana intenta crear una situación que le permita dar rienda suelta a su locura, canalizarla, expresarla de tal manera que pueda seguir conviviendo con el hombre supuestamente cuerdo sin derrumbarse. Su "polo a tierra" es, por tanto, el juego, un juego un tanto cruel, pero que actúa como mecanismo de compensación por su incapacidad para adaptarse a la vida de los demás.
Saverio, por su parte, experimenta la locura de la doble personalidad. Incluso su imaginación, mutilada por la vida rutinaria, empieza a moverse en la dirección del juego, pero de un juego que le entusiasma, que le posee, que le absorbe por completo y que le compensa de la vida gris de un vendedor de manteca. Saverio huye de la realidad, de la razón, y, a pesar de los diversos "mensajeros" que intentan devolverle a su verdad cotidiana, cae en el "exceso", causa fundamental, en los griegos, de la pendiente hacia un desenlace trágico.
El grupo de jóvenes representa el grado menor de la locura, que consiste en la capacidad de entrar y salir de una supuesta "locura" simplemente por la falta de motivación real en la vida, por el aburrimiento, que es el pecado de la falta de imaginación, y por un exceso de superficialidad que les hace estar abiertos a la aventura porque es diferente y divertida, frente a la vida cotidiana, que es igual y aburrida.
Todo hacía pensar que la broma funcionaría y que Saverio sería derrotado, burlado, humillado; pero es Saverio quien descubre la broma y pone fin al "juego", con lo que sobreviene un final trágico.