Mal de amores

Mal de amores Resumen y Análisis Capítulos XII-XVII

Resumen

Capítulo XII

Llega Madero a la ciudad de Puebla y una multitud, entre la que se encuentran Emilia y Daniel, lo recibe con entusiasmo. Las autoridades locales no permiten que se realice una manifestación en el espacio público, por lo que se organiza una reunión clandestina. Emilia le pide a su padre que la acompañe. Escuchan discursos, quejas y propuestas. Diego cree que Madero los meterá a todos en problemas y pronostica que habrá guerra. Al día siguiente, Emilia y su madre van a visitar a Sol, que continúa los preparativos para su boda. Más tarde también llega Milagros, que se indigna al ver la enorme cantidad de objetos de lujo enviados como regalos de casamiento. Cree que con ese dinero podrían liberar a muchos presos políticos y contribuir con la revolución. Los días que siguen, vuelven a la casa de Sol y conversan mientras cosen y preparan el vestido. Allí, Milagros le cuenta a Josefa que, tras la visita de Madero, muchos de sus simpatizantes han dejado la ciudad para seguirlo. Además, relata que a muchos presos políticos el gobierno les impone trabajos forzados. Para aliviar la tristeza de separarse de Daniel, que también sigue a Madero, Emilia se concentra en aprender en la botica.

En esta época detienen a Milagros y no resulta sencillo liberarla, ya que todos saben que es una gran militante política. Rivadeneira, completamente enamorado de ella, le entrega al gobernador la propiedad de un enorme campo a cambio de que la dejen libre. Una semana después se celebra la boda religiosa de Sol. Al final de la ceremonia, un hombre que se siente atraído por Emilia se presenta como Antonio Zavalza.

Capítulo XIII

Rápidamente, Zavalza se suma a la conversación de los Sauri, y así llegan a saber quién es: hace cuatro días ha llegado a Puebla, está solo en la ciudad, quiere conocerla profundamente y abrir un consultorio. Ha estudiado medicina en París. No está de acuerdo con el gobierno de Porfirio Díaz. Ha heredado una pequeña fortuna, pero pretende mantenerse con el fruto de su trabajo. Enseguida, él y Emilia se sienten a gusto, como si se conocieran desde la infancia.

Una de esas noches, Milagros llega a la casa de los Sauri con tres jóvenes heridos, uno de ellos en terribles condiciones. Son militantes de Madero reprimidos por las tropas del gobierno. Emilia y Diego los llevan a la botica y comienzan a atender al que se encuentra más grave. Mientras, Milagros sale en busca del doctor Cuenca. Los otros dos jóvenes les cuentan que han dejado a muchos otros malheridos, y tal vez muertos, en la calle. Emilia cree que el chico va a morir, pero el doctor Cuenca le explica que jamás hay que asumir eso y, de hecho, logra curarlo. Al terminar las curaciones, Emilia se encierra en el baño y pasa varias horas vomitando. Cuenca dice que la muchacha tiene verdadero talento para tratar enfermos, y luego le cuenta a la familia que ella ha cambiado las clases de chelo por las de medicina. Después, comentan que el levantamiento de Puebla puede replicarse en todo el país. Esa noche, Josefa cierra con triple llave el portón de la casa y todos se quedan a dormir allí para evitar problemas en la calle.

Capítulo XIV

Por la noche, Emilia observa al muchacho que ha atendido. De repente, ve llegar a Daniel, una vez más vestido de mujer para disimular su propia identidad y evitar ser detenido por la policía. Enseguida se juntan y tienen sexo en una habitación de la casa. Dos días antes, el gobierno ha detenido a Madero, que ahora está preso en San Luis Potosí. Todos sus seguidores y allegados corren el riesgo de ir presos. Daniel ha llegado a Puebla para volver a Estados Unidos con su padre, que está en peligro por su participación política. Su plan es que los Sauri y Milagros también los acompañen, pero ellos no tienen intenciones de abandonar Puebla. Emilia, por su parte, está dispuesta a seguir a Daniel a todas partes. Sin embargo, al día siguiente, comprende que eso no es posible y se apena mucho, no solo por tener que despedirse de Daniel, sino también por la partida del doctor Cuenca, que ha sido su maestro durante años.

Las semanas siguientes son muy difíciles para todos. Antes de las elecciones, ya está claro que habrá fraude. Muchos de los antirreeleccionistas no aparecen en las listas de ciudadanos aptos para votar, y cada vez más hombres son detenidos sin motivos válidos. En ese momento, llega una carta de Daniel en la que cuenta que viajará al norte de México para sumarse a las filas de una revuelta campesina en Chihuahua. Aunque todos se preocupan por cómo pueda reaccionar Emilia, la chica se muestra indiferente tras leer la carta. A fines de octubre, Milagros se muda a la casa de Rivadeneira.

Capítulo XV

Hacia el veinte de noviembre ocurren los primeros sucesos que indican el inicio de la revolución: el gobierno ordena allanamientos en las casas de los opositores y estos, a su vez, están dispuestos a comenzar la revuelta. Entonces, la policía se presenta en la casa de la familia Serdán, los más radicales entre los rebeldes de Puebla. Los Serdán, tanto hombres como mujeres, esperan a los soldados con armas y se produce un tiroteo. Rápido llegan más policías y varios amigos de la familia, por lo que el enfrentamiento crece. Los Sauri escuchan los tiros desde la Casa de la Estrella, con angustia, preocupación y frustración. El enfrentamiento termina con varios muertos de ambos bandos. En los días posteriores, el gobierno logra apagar la revuelta de Puebla, pero enseguida se arman conflictos en todo el país y se inicia la guerra.

Emilia ha vuelto a concentrarse en el trabajo en la botica por las mañanas, y por las tardes acompaña al doctor Zavalza en la atención a los pacientes. Descubre que es un hombre inteligente y tranquilo, completamente opuesto a la intensidad intempestiva de Daniel. Zavalza, además, le enseña mucho sobre medicina, y así ella da continuidad a los aprendizajes que antes recibía del doctor Cuenca.

A principios de 1911 se replican los levantamientos, las huelgas y los enfrentamientos, y crece en Puebla la popularidad de Emiliano Zapata, un líder rebelde de sur. La iglesia católica, por su parte, se pronuncia aliada del gobierno, y en todas las misas se predica contra los rebeldes. A fines de mayo, Porfirio Díaz renuncia a la presidencia y se exilia en Europa. Semanas más tarde se confirma el triunfo de la Revolución y se firman acuerdos de paz para establecer un gobierno provisional. Milagros, Rivadeneira y Emilia van a la ciudad de México para participar de las celebraciones del día siete de junio, cuando Madero hace su entrada a la capital. Se hospedan en la casa de un amigo y pronto se unen a las multitudes que colman las calles para celebrar el triunfo de la Revolución. Emilia, emocionada, se sube a lo alto de un monumento. De pronto, ve pasar a Daniel, que desfila junto a los demás soldados revolucionarios. Él se baja del caballo y va a su encuentro. Está sucio y demacrado, pero feliz. Se abrazan y se besan, pero pronto el joven debe irse. Luego, Madero se hace presente y la multitud se pone eufórica. La chica le ha dado a Daniel la dirección en la que se hospeda y se queda toda la noche esperándolo, pero él nunca llega. Angustiada, se da cuenta de que extraña a Zavalza. Al día siguiente vuelven a Puebla. Emilia decide olvidar a Daniel.

Capítulo XVI

Por estos tiempos, todo parece estar en permanente cambio. El país tiene un gobierno provisorio y se preparan elecciones para octubre de 1911. Suceden tantas cosas tan rápido que las personas se ven cambiando de opinión política de modos muy abruptos. Durante meses, Emilia escucha noticias extraordinarias y opiniones muy diversas. Ella misma tiene sus propios debates internos: por momentos extraña apasionadamente a Daniel y por momentos odia recordarlo.

Una mañana, la protagonista está en la botica y llega, desesperado, un niño cuya madre parece estar en trabajo de parto. Se trata de una joven de veinte años que ya tiene varios hijos, de los cuales algunos han muerto. Emilia va a asistirla y la chica le cuenta cosas espantosas: ha sufrido constantes episodios de violencia e injusticia por ser una mujer pobre. Su cuerpo está completamente roto y se desangra. Emilia la acompaña tratando de calmarla, pero sabe que no podrá salvarla. Después de recibir la bendición de un cura, la mujer muere. Tras el entierro, Ernesto, el hijo de la mujer, le pide a Emilia que lo cuide. El niño va a vivir en la casa de Zavalza. Desde ese momento, el médico se acerca cada vez más a la familia Sauri y, para sorpresa de todos, Emilia acepta casarse con él y ratifica su decisión de olvidar a Daniel. De todos modos, a fines de septiembre llega una carta de Daniel y todos creen que, al leerla, Emilia cambiará de opinión.

Capítulo XVII

Emilia abre el sobre y se encuentra con una carta extensa. Por primera vez está tranquila al leer la correspondencia de Daniel, que le cuenta las novedades políticas y le avisa que debe quedarse luchando junto a los que más lo necesitan. También le dice cuánto la extraña. Cuando termina de leer, la chica se aguanta las lágrimas y rompe la carta de inmediato. Desde ese momento, todos se ponen de acuerdo para no mencionar más al muchacho enfrente de Emilia. Una semana antes de las elecciones de octubre, los Sauri invitan a Zavalza a una cena formal en la Casa de la Estrella. Deciden evitar los asuntos políticos para tener una conversación amena. De pronto, se escucha el sonido de una flauta. Emilia reconoce enseguida que se trata de Daniel, se levanta de la mesa y se va a un balcón para ver al muchacho. Zavalza se da cuenta de inmediato de qué se trata, pero se queda en la mesa de manera cortés. Varias horas después se despide y se va. Emilia, por su parte, pasa la noche con Daniel. Tienen sexo y duermen juntos en la casa de Milagros, que está vacía desde que la mujer se ha mudado con Rivadeneira.

Análisis

En esta serie de capítulos se narra el aumento de la violencia política durante la primera década del siglo XX en México. Los enfrentamientos con las fuerzas armadas comienzan a ser cada vez más frecuentes. Cuando Madero visita Puebla, se siente una fuerte presencia policial en la ciudad, se les prohíbe el uso del espacio público a los maderistas, y el padre de Emilia asegura que el país "va a arder en una guerra" (p. 105). De inmediato se ve un primer impacto fuerte en la casa de sus amigos, la familia Serdán, donde se produce un tiroteo que tiene como resultado "veinte muertos, cuatro heridos, siete prisioneros y una derrota" (p. 135). Algo similar ocurre en el capítulo XIII, cuando llegan tres hombres heridos por las fuerzas armadas a la Casa de la Estrella y los Sauri se disponen a atenderlos y refugiarlos. También aumentan las detenciones, e incluso Milagros va presa por sus ideas y acciones políticas. Todos estos episodios entrecruzan elementos del período histórico con el relato ficcional.

A su vez, enfatizando su carácter de novela histórica, en estos capítulos la obra hace abundar las alusiones a dos grandes figuras del período: Francisco I. Madero y Emiliano Zapata. Madero, uno de los líderes principales de la Revolución Mexicana, es quien logra sacar del poder a Porfirio Díaz, defendiendo el sistema democrático. Hasta ese momento, Madero cuenta con un apoyo importante entre los diversos sectores antiporfiristas. Sin embargo, para lograr asumir la presidencia en 1911 y poner fin a la violencia política desatada por aquellos años, establece acuerdos con el porfirismo. Además, su propio gobierno impulsa reformas moderadas que no coinciden totalmente con los ideales revolucionarios. Es por ello que otros movimientos y líderes rebeldes también se levantan contra el gobierno de Madero, ya que pretenden aplicar cambios más radicales en el país. Entre ellos se encuentra Emiliano Zapata, revolucionario del sur de México que defiende las luchas sociales, en especial las relacionadas con los derechos de indígenas y campesinos.

En este contexto de alta ebullición social y política, Daniel mantiene una presencia intermintente en la vida de Emilia, lo cual le genera profundas tristezas y frustraciones a la protagonista. De hecho, la angustia es tal que llega a decidir olvidarse de Daniel y arrancarlo de su vida, a pesar de que lo sigue amando, porque las idas y vueltas le resultan insoportables. Es importante observar que, de todas maneras, él sigue entrando y saliendo de la vida de la muchacha sin consideración, compromiso ni responsabilidad afectiva, y ella se entrega a él pase lo que pase, para después sufrir profundamente. Esto puede interpretarse como una señal del fuerte amor pasional que los une, ya que están dispuestos a encontrarse como sea posible, incluso si las condiciones también les generan pesar, o puede pensarse como un síntoma de la cultura patriarcal: a pesar de ser una mujer fuerte e independiente, Emilia no logra mantener sus decisiones, sino que se adapta a los tiempos y ritmos estipulados por Daniel.

Mientras Emilia lidia con estos conflictos en su vínculo con Daniel, aparece en su vida otro hombre, Antonio Zavalza, que representa absolutamente lo contrario: es estable, calmo, sereno y presente. La relación que la joven comienza a construir con Zavalza no es de amor pasional sino de amistad, compañerismo, cariño y contención. En efecto, el texto hace explícita esa contraposición entre los dos modos del amor que experimenta la protagonista: "A cambio del Daniel que centelleaba de vez en cuando, y que estaba perdido desde el año anterior, Emilia encontró en esa presencia menos drástica pero más generosa, a un hombre inteligente y bueno de esos que, como decía Josefa, no abundan en el mundo" (p. 136). En este momento, la muchacha siente que elegir a Zavalza es un modo de dejar atrás a Daniel.

Por otra parte, Emilia se dedica cada vez más a su formación profesional. Pasa mucho tiempo en la botica estudiando sobre remedios y curaciones, y al atender pacientes junto a Zavalza se adentra en los conocimientos teóricos y prácticos de la medicina. Si bien podría pensarse que estos son mecanismos para aislarse de los coflictos sociales de su época, la novela parece iluminar otros modos de compromiso político: Emilia comienza a ejercer una tarea social fundamental al cuidar de la salud de enfermos que son víctimas de la desigualdad y la injusticia que azota México por aquellos años, y de heridos que son víctimas directas de la violencia política perpetrada a lo largo de la guerra revolucionaria.