Resumen
Capítulo VI
Tras la partida de Daniel, Emilia, al igual que su tía Milagros, se enferma. La niña pasa del catarro a la viruela. Su madre le aplica tratamientos preparados con hierbas medicinales. Mientras tanto, el padre se muestra muy preocupado por la política del país. En esta época, deciden inscribir a la niña en una escuela dirigida por una mujer “solterona, severa y puntillosa que guardaba consigo una historia de amores prohibidos” (40). Allí le enseñan el catecismo, pero sus padres, en casa, le dicen que el catolicismo es una creencia tan válida como cualquier otra, y le presentan otras divinidades. Por ejemplo, su madre le habla de varias diosas femeninas que pertenecen a diversas religiones, como la diosa maya Ixchel, la diosa azteca Coatlicue y la diosa romana Venus. Josefa también le enseña piano y literatura, mientras que el padre le habla constantemente de política. A los once años, el doctor Cuenca comienza a enseñarle a tocar el chelo.
Mientras Emilia crece educada en ese contexto de mucha libertad, Daniel estudia en un colegio dirigido por un hombre de formación anarquista que incentiva la participación política y la rebeldía de sus jóvenes estudiantes. Durante las vacaciones, el chico vuelve a Puebla, donde se encuentra con Emilia para jugar. En una ocasión, ambos viajan juntos, acompañados por Diego, Josefa, Milagros y Manuel Rivadeneira. Se trata del primer viaje de Emilia, y la niña lo disfruta mucho. Al llegar a Veracruz, no solo conoce el mar, sino también el lugar donde se enamoraron sus padres. Otro año, Milagros lleva a los niños a recorrer todo el estado de Puebla. Un día, antes de que Daniel regrese a su colegio, Emilia reza por primera vez para que el chico no se vaya. De inmediato se decepciona, porque cree que ningún dios le concede sus deseos. Los padres le explican que la vida es generosa, pero muchas veces concede cosas inesperadas, y que las personas suelen sentirse disconformes.
Durante la ausencia de Daniel, las tertulias de los domingos se hacen aburridas para Emilia. Su amiga Sol García no tiene permiso para asistir porque sus padres opinan que allí se reúnen anarquistas, y que eso es peligroso. Por estos años, que corresponden con el inicio del siglo XX, Emilia decide que trabajará en la botica junto a su padre. También, tiene su primera menstruación.
Capítulo VII
Además de las novedades en la vida de Emilia, el nuevo siglo trae muchos cambios a la realidad mexicana y del mundo: hay guerras, revoluciones y cambios de gobierno. En el país se construyen vías férreas, yacimientos de metales, pozos petroleros y multiples industrias, muchas de las cuales son administradas por estadounidenses e ingleses. Hacia 1904, las tertulias del doctor Cuenca también sufren un fuerte cambio: abandonan las demostraciones musicales y literarias y pasan a estar protagonizadas por los asuntos políticos. Los participantes están muy preocupados porque la modernización del país se desarrolla de la mano de un gobierno autoritario, México se vuelve cada vez más dependiente de la economía estadounidense, y las vidas de los trabajadores y campesinos mexicanos son cada vez peores, mientras que los ricos se enriquecen cada vez más. Pasan los años y la tertulia convoca cada vez a más personas.
Por entonces, Daniel tiene casi veinte años y estudia Derecho en una universidad de los Estados Unidos, al igual que su hermano Salvador. Por su parte, Emilia cumple quince años y la celebración de su aniversario es aprovechada como la primera reunión de un club antirreeleccionista, es decir, un grupo de personas activamente en contra de que Porfirio Díaz sea reelecto como presidente del país. Una semana más tarde, Daniel sorprende a Emilia con su presencia en la reunión dominical en casa del doctor Cuenca. Para entretener a los invitados, ella toca el chelo y él, la flauta. Es la primera vez que se encuentran en tres años y están crecidos, pero enseguida sienten la conexión que los une desde siempre. Él la considera una “diosa” (57) y le dice que ha regresado para verla. Luego se van juntos al jardín y se besan bajo un árbol.
Daniel y Salvador están en Puebla para participar en una reunión clandestina de varios clubes antirreeleccionistas. Se han convertido en adultos bajo el influjo del anarquismo y el socialismo, están completamente comprometidos con la causa y traen mucha información de distintas partes del país. Daniel se enciende al hablar de política y Emilia lo ve hermoso, pero se asusta al notar su intensidad. La chica conversa con su tía y su padre, y ambos le hacen entender que Daniel no podrá quedarse en Puebla mucho tiempo. Esto la pone muy triste. Antes de partir, el chico le pregunta si todavía guarda su piedra, y ella le responde que la guarda bajo la almohada.
Capítulo VIII
Mientras Daniel y Emilia pasan aquel tiempo juntos, Salvador Cuenca conoce a Sol García, la mejor amiga de la protagonista. Ella le cuenta que vive en la misma ciudad, pero en un ambiente muy diferente, y él le comenta que vive en Chicago, Estados Unidos, donde estudia leyes, al igual que su hermano. Se sienten atraídos y disfrutan de charlar juntos. Sin embargo, la familia de Sol nunca aceptaría una relación con un muchacho como él, ya que son muy conservadores. En este momento, los hombres comprometidos políticamente están cada vez más encendidos: parece que se acercan momentos cruciales para el futuro del país y se avecinan conflictos armados. Emilia tiene miedo de que a Daniel le pase algo.
Capítulo IX
Josefa comienza a leer los periódicos con la misma intensidad que su marido y deja un poco de lado la literatura de ficción. Al informarse, ella también se vuelve antirreeleccionista. A diferencia de su marido, Josefa apoya a Francisco Madero, uno de los principales líderes de la Revolución Mexicana y gran defensor de la democracia. Diego, menos optimista, cree que Porfirio Díaz seguirá en el poder. Por otra parte, tal como desea su madre, Sol García se casa con un muchacho muy rico. Si bien no están de acuerdo con esa elección, Emilia, Milagros y Josefa acompañan los preparativos para la boda. Las tres conversan cada vez más sobre política. Una mañana, Josefa se dirige a la casa de su hermana y encuentra la ciudad empapelada con volantes amarillos que anuncian una visita próxima de Madero, candidato a la presidencia. Al llegar a la casa de Milagros, se da cuenta de que su hermana es quien ha pegado esos volantes.
Capítulo X
Un poco más tarde, Josefa regresa a la Casa de la Estrella. Cree que al llegar encontrará a Emilia y Diego trabajando en la botica. Hace meses que la chica pasa el día entero junto a su padre y está aprendiendo todo sobre el oficio. Además de enseñarle las propiedades y funciones de diversas sustancias, medicamentos y plantas medicinales, Diego le cuenta historias a su hija. Ambos disfrutan de esos momentos y conversan sobre libros de medicina y farmacia. Cuando Josefa llega a la botica, se encuentra con su marido y, a escondidas, observan a Emilia, que está del lado externo del negocio besándose con una persona de pelo largo. En un primer momento, la mujer piensa que su hija está besando a otra mujer, pero en realidad se trata de Daniel, que lleva una peluca para camuflar su identidad.
Por única vez, los Sauri cierran ese día la botica temprano y se juntan a desayunar con Emilia y Daniel. Este les trae novedades sobre la situación política: afirma que Madero no es la mejor opción, sino que es la única alternativa posible en ese momento. Emilia dice que “La política es de malos” (86), angustiada porque Daniel corre peligro y siempre se separa de ella. Luego, los dos chicos y Milagros van hacia un barrio pobre de la ciudad para entregar alimentos. La ciudad está repleta de policías, dado que en dos días llegará Madero para hacer un acto de campaña y pretenden reprimir a sus simpatizantes. De hecho, Milagros, Emilia y Daniel deben escapar y esconderse porque su aspecto es sospechoso y pueden ser encarcelados.
Capítulo XI
A la medianoche, Daniel va a la Casa de la Estrella y se mete en el cuarto de Emilia, que en ese momento está durmiendo. La despierta, le pide que se case con él y pasan toda la noche teniendo sexo. Por la mañana, él se va disimuladamente de la casa y ella se dirige a la botica para trabajar, como cualquier día. Sin embargo, Josefa se ha dado cuenta de todo y le pregunta si Daniel ha pasado la noche con ella. La hija lo confirma. La mujer está un poco escandalizada porque la moral de la época no permite el sexo antes del matrimonio, pero le da libertad a la chica. Luego, Milagros lleva a Emilia al circo. Si bien se entretienen con los espectáculos, también se sienten tristes y preocupadas por Daniel, que ya aparece como el brazo derecho de Madero en la región. Es mayo de 1910.
A la salida las espera el poeta Rivadeneira, que las lleva en auto hasta la cárcel: han detenido a Daniel, y Milagros sabe cómo liberarlo: le pagan un soborno a un guardia conocido y fingen que Daniel es en realidad un chico estadounidense que no tiene nada que ver con la política mexicana. Cuando están saliendo de la penitenciaría, un policía manosea a Emilia en el pecho. Ella se siente violentada pero disimula porque, si reaccionara, correría el riesgo de que los dejaran a todos presos. Tras enterarse de estos acontecimientos, los padres de Emilia discuten: Diego está orgulloso de la valentía de Daniel, pero Josefa se preocupa y no quiere que su hija sufra. Para evitar que el muchacho se meta en más problemas, lo hospedan en la casa por algunos días. Él y Emilia se tocan y se besan constantemente, incluso delante de las visitas, y esto le genera incomodidad a Josefa.
Análisis
Así como los primeros cinco capítulos de la novela narran los orígenes y la infancia de la protagonista, esta sección se concentra en su pasaje a la adolescencia, marcado por dos grandes cuestiones: su educación y su desarrollo sexual. En cuanto a la educación, Emilia comienza a asistir a una escuela, estudia chelo con el doctor Cuenca, aprende piano y literatura con su madre y se forma en la botica junto a su padre. Además, está permanentemente inmersa en conversaciones sobre política, por lo que también se va formando como ciudadana. Por otro lado, gracias al encuentro de diversas tradiciones, es educada en el sincretismo religioso: en la escuela aprende el catecismo, es decir, la doctrina cristiana, mientras que en su casa le presentan otras miradas y la introducen a otras divinidades, como la diosa maya Ixchel y la diosa azteca Coatlicue, pertenecientes a creencias originarias de México. En cuanto a la sexualidad, en estos capítulos se narran eventos fundamentales de su desarrollo, como su primera menstruación y el inicio de su vida sexual activa, cuando pasa la noche junto a Daniel. Cabe destacar que la familia de la protagonista promueve su crecimiento en total libertad, incluso cuando algunas cuestiones les generan inquietud.
Esta etapa de la vida de Emilia coincide con la llegada del siglo XX, y la narración enfatiza el tema del paso del tiempo entretejiendo eventos de la vida íntima de la protagonista, como los mencionados en el párrafo anterior, con avances tecnológicos y acontecimientos del progreso histórico. Así, la novela afirma que "El siglo fue cambiando muchas cosas" (p. 51), y menciona la firma del tratado que da inicio a la construcción del estrecho de Panamá en 1903, la muerte de la Reina Victoria de Inglaterra en 1901, la guerra ruso-japonesa de 1904-1905 y los profundos cambios que experimenta México: "los salarios compraban cada vez menos, el país se liaba sin remedio a los ires y venires de la economía estadounidense, el ferrocarril socorría el enriquecimiento de los más ricos, los mineros discriminaban la mano de obra de los mexicanos, el progreso de la república se daba en desorden y las reglas de la política estaban regidas por la improvisación y el capricho" (p. 52).
El entrecruzamiento de lo político y lo personal que propone la obra queda de manifiesto en la celebración de los quince años de la protagonista, ya que se aprovecha la fiesta para realizar en casa de los Sauri la primera reunión del club antirreeleccionista. Allí se encuentran para debatir y organizarse políticamente aquellos que están en desacuerdo con el gobierno de Porfirio Díaz y quieren evitar que vuelva a ser electo presidente. En este punto, la novela expande sus referencias al contexto político del porfiriato, es decir, al período comprendido entre 1876 y 1911, cuando un militar de Oaxaca llamado Porfirio Díaz gobierna de manera autoritaria el país.
Este período de tres décadas es especialmente complejo para la sociedad mexicana por varias razones. En primer lugar, el gobierno es dictatorial y no existe la libertad política. En segundo lugar, el país crece económicamente, pero la distribución de la riqueza es completamente injusta, y muchas personas viven en condiciones miserables, sobre todo en los sectores rurales. En tercer lugar, el Estado expropia las tierras de muchos campesinos e indígenas para entregárselas a empresas internacionales. En cuarto lugar, el gobierno hace uso de la violencia, reprimiendo a los trabajadores y campesinos a través de las fuerzas armadas. Finalmente, no se garantizan los derechos de la población en cuanto a educación y salud. La sumatoria de estas políticas antipopulares hace que se geste la Revolución mexicana, que será la primera revolución social del siglo XX.
Ese contexto motiva el crecimiento y la radicalización de las reuniones en la casa del doctor Cuenca: los participantes comienzan a ser cada vez más, y van dejando de lado las cuestiones artísticas para concentrarse en la política. Con ello, aumenta el peligro de ser controlados o reprimidos de algún modo, tal como Josefa ha temido por años. De hecho, en este período, la presencia policial aumenta, y los antirreeleccionistas deben aumentar sus cuidados.
En este conjunto de capítulos también se presenta la vida de Sol García, amiga de Emilia desde que son pequeñas. Esta figura sirve como contrapunto de la protagonista, ya que pertenece a una familia conservadora y preocupada por aumentar sus riquezas, lo cual se expresa de varias maneras. Por un lado, la familia de Sol desconfía de aquellos que participan de las tertulias en casa del doctor Cuenca, por lo que la chica no puede asistir, y eso la separa un poco de su amiga. Por el otro, es criada para casarse con un hombre rico y ser una esposa sumisa y servicial. De hecho, es la madre de Sol quien busca y encuentra un novio para su hija: "su madre, casamentera obsesiva y eficaz, consiguió acercar el resplandor de su hija a los ojos de uno de los vástagos de la familia más rica de la ciudad y el país" (p. 75). Enseguida, Sol se muestra consumista y preocupada por tener objetos de lujo. Esto hace que Emilia se sienta distanciada de su amiga, pero Josefa y Milagros le enseñan que es bueno mantener las amistades a pesar de las diferencias.