La tierra baldía es un poema largo escrito por T. S. Eliot en el año 1922. Es considerado uno de los poemas emblemáticos del siglo XX. En él, Eliot combina una serie descomunal de referencias literarias entre las cuales destaca la leyenda del Santo Grial y el Rey Pescador, protector del Santo Grial. Estas alusiones al canon occidental, que van desde Metamorfosis de Ovidio, La divina comedia de Alighieri y Shakespeare a los textos budistas, los Upanisads hindúes y las canciones populares.
La tierra baldía se encuentra dividido en cinco secciones, “El entierro de los muertos”, “Una partida de ajedrez”, “El sermón del fuego”, “Muerte por agua” y “Lo que dijo el trueno”. A pesar de que puede llegar a trazarse una sutil narrativa en el seno del texto, en realidad lo que presenta son sucesiones de escenas, viñetas y quizá ideas o sugerencias. El miedo a la vida, las relaciones y comunicaciones destructivas y sin sentido, el hombre desesperanzado y abúlico de la primera parte del siglo XX, sumido en un desierto espiritual, son algunas de estas sugerencias del poema a través de las escenas e imágenes que evoca.
La tierra baldía es a su vez un caleidoscopio de voces, que alterna, a veces de forma abrupta, entre la sátira y la profecía, y entre diferentes narradores, espacios y tiempo, y evoca también una amplia y heterogénea gama de expresiones culturales y literarias.
La tierra baldía no es un poema que surja de un día para otro; la composición del poema es entrecortada y se prolonga durante varios años. Finalmente, a principios del año 1922, Eliot se interna en un sanatorio ubicado en Lausanne, Suiza, debido a que aduce sentir abulia, una especie de agotamiento interior que ya le resulta insoportable. Durante el tratamiento con el psicoanalista, dentro del sanatorio, escribe la sección final de La tierra baldía, titulada “Lo que dijo el trueno”. Dirá, en más de una ocasión, que es la sección más lograda de todo el texto. De este modo, Eliot cierra la primera versión, versión que luego será entregada a su amigo Ezra Pound. Pound, caracterizado por Eliot en la dedicatoria como "el mejor artesano" (p.61), es quien termina con sus sugerencias de darle la forma que hoy conocemos al poema.
La tierra baldía es publicado en dos revistas, The dial y The criterion, dirigida esta última por el mismo Eliot. En diciembre de 1922, la editorial Boni and Liverlight publica la primera versión en formato libro, con las notas del autor al final que acompañan todas las ediciones hasta el día de hoy. En septiembre de 1923, la Hogarth Press, a cargo de Leonard y Virginia Woolf, publica la primera edición británica del poema. La tierra baldía es hoy considerado uno de los poemas clave para comprender el siglo XX occidental y uno de los grandes valores de la literatura moderna.