La sangre (Símbolo)
En "La gallina degollada", la sangre es un símbolo de la herencia y de los problemas que se transmiten familiarmente. La enfermedad que aqueja a todos los hijos varones del matrimonio se atribuye a defectos hereditarios que la pareja no puede evitar transmitir a su descendencia. Los lazos sanguíneos vinculan a todos los personajes y los atan a un destino trágico; al final del relato, el mar de sangre aparece como una potente imagen de la ruina de la familia, que no puede prosperar debido a la incapacidad de dar procrear hijos saludables.
Los padres que abandonan a los hijos (Motivo)
Tras el nacimiento de Bertita, el matrimonio Mazzini-Ferraz se olvida por completo de sus cuatro primeros hijos y vuelcan todo su amor en la niña. Así, los cuatro niños idiotas quedan sumidos en un profundo abandono y crecen privados del cariño y los cuidados parentales. El abandono de los hijos, un motivo recurrente en la literatura, toma en este cuento una dimensión particular y conforma uno de los temas más importantes del relato.
Los hijos afectados por la herencia de los padres (Motivo)
Un motivo frecuente en la literatura, y particularmente en el naturalismo, es el de los hijos que se ven afectados por la herencia de sus padres. En "La gallina degollada", la extraña enfermedad (el señor Mazzini la caracteriza como una meningitis) que padecen los cuatro hijos idiotas se presenta como un problema genético: son las afecciones de los padres las que producen la enfermedad en los niños. De esta forma, los hijos aparecen condicionados y limitados por la herencia que reciben de sus padres.