"Del nuevo desastre brotaron nuevas llamaradas de dolorido amor" (p. 47) (Metáfora)
Esta metáfora describe la dinámica de pareja del matrimonio Mazzini-Ferraz. Tras el dolor que les provoca la enfermedad de un hijo, la pareja se entrega con pasión renovada al acto sexual, con el fin de lograr tener un hijo sano.
"Habían acumulado hiel sobrado tiempo para que el vaso no quedara distendido, y al menor contacto el veneno se vertía afuera" (p. 48) (Metáfora)
En este pasaje, el narrador recurre a la tradicional metáfora de la gota que colmó el vaso, pero la lleva a un extremo: el vaso que representa la paciencia del matrimonio se llena con la hiel que ambos destilan, y cuando se derrama, lo que cae afuera es veneno, es decir, la pareja se ataca con violencia y cada miembro intenta herir al otro, culpándolo por ser el causante de la enfermedad de los niños.
"Uno de ellos le apretó el cuello, apartando los bucles como si fueran plumas" (p. 51) (Símil)
En este pasaje, los niños toman a su hermana e imitan con ella lo que la criada hizo con la gallina, antes del mediodía. Uno de ellos, toma el cabello de la niña y tira de él, tratando de arrancarlo de la misma manera en que la criada desplumó la gallina.
"... al pasar frente a la cocina vio en el piso un mar de sangre" (p. 52) (Metáfora)
En este pasaje, el charco de la sangre derramada de Bertita se presenta como un mar, es decir, una extensión basta, inabarcable, en el que la visión del padre se abisma.
"Mazzini, lívido como la muerte, se interpuso, conteniéndola" (p. 52) (Símil)
En este pasaje, el narrador compara el tono de piel del señor Mazzini con la palidez de un muerto, lo que le indica al narrador el profundo impacto que la muerte de Bertita genera en su padre.