Resumen
El narrador es el propio Torito, que rememora sus años de gloria en el boxeo desde sus últimos días de vida el hospital. En el presente de enunciación se encuentra internado, siendo cuidado por su hermana.
Recuerda sus tiempos de victorias y popularidad: “vos sabés que me habían hecho un tanto y todo” (2016:115). Recuerda su pelea en Nueva York con el Negro Flores. También menciona a Tani, a cómo le gustaba “fajar de zurda” (113), a los miedos de su madre cuando lo veía peleando con otros más grandes. Rememora sus apariciones en los medios deportivos como El Gráfico y dice que “a veces no podía creer que era cierto, de noche antes de dormirme me decía que estaba soñando” (114).
Se nota por el modo de hablar que pertenece a una clase humilde y poco escolarizada.
Análisis
El boxeo fue un deporte que interesó mucho a Julio Cortázar. El personaje de este cuento tiene un referente real que es Justo Suárez, conocido como “El torito de mataderos”. Fue un boxeador cordobés de peso liviano muy popular, quizás el primer ídolo que dio el deporte argentino. Llega al estrellato desde la miseria con una velocidad vertiginosa. Luego, con esa misma aceleración se hunde en el ocaso y muere a los 29 años de tuberculosis.
Las palabras en el cuento fluyen como la consciencia desordenada del narrador. Es interesante cómo Cortázar se apropia y reconstruye el registro linguístico del boxeador que mezcla el barrio con el ring. La oralidad con la que habla el narrador tiene que ver con la representación de una cultura popular argentina de la década del 30.
Este monólogo interior del protagonista repone, a modo de flashbacks, momentos importantes de éxito y de fracaso en su carrera como boxeador.