-
1
Desarrolla cómo se plantea el tema de la diferencia de clases en el cuento "El príncipe feliz".
En esta colección de cuentos, "El príncipe feliz" es el que presenta con más profundidad el tema de la diferencia de clases, en tanto se establece un claro abismo entre la lujosa vida de aquellos que habitan cómodamente los estratos más altos de la sociedad y la trágica miseria a la que es sometida gran parte de los ciudadanos. Lo que posibilita la presentación de toda la jerarquía social en su amplio espectro es la particular perspectiva del Príncipe, que vivió toda su vida entre los placeres de la vida palaciega y, obnubilado por la hermosura que le había tocado en suerte, ni se le ocurría preguntarse “qué había más allá” (p.185), hasta que, ya muerto, la ubicación de la estatua en su honor le permite ver con claridad la terrible realidad que antes ignoraba. Esta realidad que se le presenta a sus ojos de zafiros está integrada por niños pobres que salen a trabajar en el frío y costureras que deben terminar su trabajo mientras sus hijos lloran de hambre, cuando, al mismo tiempo, en los balcones del palacio, las damas de honor de la Reina se quejan de la holgazanería de las trabajadoras encargadas de realizar sus vestidos. El tema de la diferencia de clases se plantea en este cuento, entonces, a la manera de una fuerte crítica de las injusticias producto de la jerárquica escala social.
-
2
Explica brevemente la disyuntiva esteticismo vs. utilitarismo y el modo en que se presenta en el cuento "El ruiseñor y la rosa".
Oscar Wilde es uno de los mayores exponentes del esteticismo, corriente artística inglesa de fines del siglo XIX que se origina por la oposición a las concepciones utilitaristas asentadas en la sociedad de su época. El esteticismo plantea que el único fin del arte es el arte mismo, y sostiene una jerarquía de valores que sitúa la belleza por encima de la moral o lo social en términos de búsqueda artística. Por el contrario, el utilitarismo cree en la necesidad de exigir practicidad a todo producto de la modernidad, incluido el arte.
En "El ruiseñor y la rosa" esta disyuntiva aparece manifestada en la oposición entre las perspectivas de dos personajes: la del Ruiseñor y la del Estudiante. El Ruiseñor entrega su vida por amor, a sabiendas de que no obtendrá más beneficio con su sacrificio que el saber que con su gesto ayudará a un enamorado a concretar su amor. Esto lo convierte en un enamorado del amor, un personaje perfectamente romántico y que bien puede asimilarse a la condición de artista en tanto era pensada por Oscar Wilde: así como el único fin para el artista reside en el arte mismo y su inherente belleza, el gesto amoroso del Ruiseñor tiene como único fin el amor mismo. Las nociones opuestas aparecen encarnadas en el personaje del Estudiante, que al final del relato desprecia el amor por su inutilidad. Se trata sin dudas de una alusión a los fundamentos propios del utilitarismo, que plantean la practicidad como condición básica para todo lo que quiera considerarse digno de apreciación.
El carácter finalmente vano del sacrificio amoroso del Ruiseñor puede leerse, en este sentido, como una reafirmación de la inutilidad del amor, cuyo único fin se eleva como el del amor mismo. Es esa inmanencia la que distingue el amor (como el arte) de la lógica utilitarista y materialista por la que se guía la mayoría de las cuestiones del mundo. Y justamente es en el carácter inútil y vano del sacrificio amoroso donde se define lo absoluto de su belleza.
-
3
El cuento "El gigante egoísta", además de ser un cuento maravilloso, puede ser leído como una parábola cristiana. Explica por qué.
El Gigante, protagonista del cuento, es egoísta hasta que se conmueve al ver a un niño que precisa ayuda y, a partir de entonces, arrepentido, se entrega a un hacer generoso. El hecho de que ese niño se revele al final del relato como Cristo permite que el cuento pueda leerse, también, como una parábola cristiana sobre la salvación. El protagonista pasa del pecado (el egoísmo que lo lleva a echar a los niños e impedir su entrada al jardín) al arrepentimiento (“¡Cuán egoísta he sido! -dijo- (...) Lamentaba mucho, en realidad, lo que había hecho”, p.201), lo que abre en él una nueva faceta de absoluta generosidad y entrega al amor. Y es el amor por ese niño pequeño, resignificado al final como amor a Cristo, lo que en la simbología cristiana se plantea como condición para la salvación. La transformación del personaje puede leerse, por lo tanto, como un símbolo de la salvación tal como se entiende en los términos del cristianismo.
-
4
En "El admirable cohete", un personaje declara que "el verdadero amor sufre, y es silencioso" (p.219). ¿Puedes ver representada esta concepción del amor en alguno de los cuentos de la colección? Ejemplifica.
En "El admirable cohete", el contexto en que se desarrolla la trama, la celebración por el casamiento del Príncipe y la Princesa, permite que se haga presente en el cuento, aunque brevemente, una conversación acerca del amor. A esa conversación pertenece la frase citada, cuya reflexión parece estar haciendo referencia, no a la trama del cuento mismo, sino a las de otros en la misma colección, como “El príncipe feliz” y “El ruiseñor y la rosa”.
El carácter silencioso y sacrificial del “verdadero amor” aparece representado en estos dos cuentos, encarnado en las acciones que la Golondrina y el Príncipe emprenden por el bien de los ciudadanos y que, sin embargo, permanecen anónimas para los beneficiados por su ayuda, así como resultan ignoradas por las autoridades de la ciudad. Algo similar sucede con el sacrificio que el Ruiseñor hace en nombre del amor, gesto que no es agradecido en lo más mínimo por aquel a quien busca beneficiar: el Estudiante, a quien el Ruiseñor creía un verdadero enamorado, acaba renunciando al amor por su carácter de inutilidad, revelando así al personaje del Ruiseñor como el único en el relato capaz de representar el verdadero amor que, como se señala en “El admirable cohete”, “sufre y es silencioso”.
-
5
¿Qué relación puede establecer entre el Cohete de "El admirable cohete" y el Molinero de "Un amigo fiel"?
El carácter exageradamente egoísta del Cohete puede leerse en asociación con el que se presenta en personajes como el Molinero de “Un amigo fiel”. Al igual que este último, el protagonista de “El admirable cohete” está convencido de que todos a su alrededor deben admirarlo y rendirle favores sin siquiera pensar en la posibilidad de dar él algo a cambio. Toda la escala de valores del personaje se configura en torno a su egocentrismo: “¿Qué derecho tiene usted a estar feliz? Debería pensar en los demás. En realidad, debería pensar en mí. Yo siempre pienso en mí y espero que todo el mundo haga lo mismo. A eso lo llaman compasión” (p.220). Así como en “Un amigo fiel” el Molinero considera que la fidelidad en una amistad se consolidaba exclusivamente en la actitud fiel de sus amigos para con él, el Cohete sostiene que la compasión se mide por la actitud compasiva de los demás tienen en relación a él, sin creer necesario actuar en reciprocidad.