La apariencia de los gatos
El narrador suele utilizar un lenguaje cargado de metáforas para referirse a las emociones que lo motivan o conmueven. Sin embargo, a pesar de su lenguaje tan florido, son muy pocas las imágenes sensoriales que utiliza para describir cuestiones concretas de su entorno, aunque dedica alguna de ellas a sus gatos.
De Plutón dice: "era una animal de notable tamaño y hermosa, completamente negro y de una sagacidad asombrosa" (p. 106). Cuando aparece el segundo gato, el narrador no deja de notar la semejanza que tiene con Plutón: "Era un gato negro muy grande, tan grande como Plutón, y absolutamente igual a este, salvo en un detalle. Plutón no tenía el menor pelo blanco en el cuerpo, mientras que este gato mostraba una vasta aunque indefinida mancha blanca que le cubría casi todo el pecho" (p.110). Sobre dicha mancha, dice más adelante que representa "la imagen de una cosa atroz, siniestra... ¡la imagen del PATÍBULO!" (p. 112).
La imagen del gato en la pared
Tras el incendio, el narrador descubre la imagen de un gato grabada en la única pared que quedó en pie: "Al aproximarme vi que en la blanca superficie, grabada como un bajorrelieve, aparecía la imagen de un gigantesco gato. El contorno tenía una nitidez verdaderamente maravillosa. Había una soga alrededor del pescuezo del animal" (p. 109).
El cadáver y el gato emparedados
Al final del relato, el narrador presenta una serie de imágenes del cadáver de su mujer y del gato negro que descansa sobre su cabeza que contribuyen a crear el clima de lo siniestro en la narración: "El cadáver, ya muy corrompido y manchado de sangre coagulada, apareció de pie ante los ojos de los espectadores. Sobre su cabeza, con la roja boca abierta y el único ojo como de fuego, estaba agazapada la horrible bestia cuya astucia me había inducido al asesinato, y cuya voz delatora me entregaba al verdugo" (p. 115).