El avaro es una comedia en prosa escrita por Molière en 5 actos. Se estrena en el Teatro del Palais-Royal de París en 1668, en el marco de lo que se considera como el Siglo de Oro de la literatura francesa. La obra está inspirada en la obra clásica Aulularia o La ollita, de Plauto, y su tema central es la avaricia.
La obra pertenece al último período de producción de Molière. El dramaturgo la escribe mientras está prohibida Tartufo, la obra que él había estrenado en 1663 y que no logró volver a representar hasta 1669, después de haber modificado en gran medida el contenido. Tanto Tartufo como El avaro y El enfermo imaginario, las tres comedias del último período de Molière, son comedias de caracteres, de personajes y no de situaciones: lo cómico, lo farsesco e, incluso, lo grotesco de estas piezas se centra en torno al personaje protagonista (un hipócrita en Tartufo, un avaro en El avaro y un hipocondríaco en El enfermo imaginario).
La trama de El avaro gira en torno al personaje de Harpagon, un burgués padre de familia cuya mayor preocupación es su propio dinero. Harpagon esconde las riquezas que acopia y condena los gastos de sus hijos y de sus sirvientes, a quienes escasamente les paga. En El avaro, como en otras obras de Molière, la comicidad no está alejada de un gesto moralizante: por vía del humor se critica un vicio, en este caso la avaricia encarnada en el protagonista. Por esta razón, la crítica ha caracterizado a El avaro como una comedia de risa paradójica, en tanto lo humorístico parecería tener la función social de corregir las costumbres.