Estos son los capítulos en los que Vronsky y Karenin finalmente se enfrentan cara a cara, ambos a sabiendas de lo que conocen. Extrañamente, Ana y Karenin continúan viviendo juntos, aparentando un matrimonio.
"Los Karenin, marido y mujer, seguían viviendo en la misma casa y se veían a diario; pero eran completamente extraños entre sí. Alexey Alejandrovich se impuso la norma de ver diariamente a su esposa para evitar que los criados adivinasen lo que sucedía, aunque procuraba no comer en casa. Vronsky no visitaba nunca a los Karenin, pero Ana le veía fuera y su esposo lo sabía". Cuarta Parte, Capítulo 1, pág. 373
Ana ve a Vronsky todo el tiempo, estando Karenin plenamente consciente de ello. Su único pedido es que Vronsky permanezca lejos de la casa. Parece un pedido menor, dada la situación. Sin embargo Ana se las arregla para incumplirlo, invitando a Vronsky a la casa una noche cuando Karenin no es esperado en su hogar. Karenin, sin embargo, llega a casa más temprano de lo esperado y se encuentran en los escalones de la entrada. El se enfurece interiormente y le dice a Ana que se divorciará de ella y hará que su hermana crie a su hijo.
Poco después, Ana tiene un sueño inquietante, que prevé su próxima muerte. Continuamente se le repite este sueño durante el resto de la obra.
Mientras tanto, Levin y Kitty se encuentran una vez más en una fiesta organizada por Stiva. Levin se da cuenta de que Kitty debe amarlo debido al anhelo que observa en sus ojos. Él le propone utilizar señales encubiertas que solamente ella, y nadie más, comprenda.
"Levin se levantó y acompañó a Kitty hasta la puerta. En su conversación había sido dicho todo: que ella le quería y que diría a sus padres que Levin iría a verles al día siguiente por la mañana". Cuarta Parte, Capítulo 13, pág. 439
Este es un ejemplo del hecho de que Levin y Kitty se relacionan entre sí a un nivel subconsciente, intuitivo. Ellos son semejantes en armonía, Levin siempre ha estado buscando a alguien como ella. No se podría decir precisamente lo mismo de Ana y Vronsky. Levin finalmente pide públicamente la mano de Kitty para que sea su esposa, y sus padres están encantados. Él se disculpa con ella por no ser virgen. Ella lo perdona.
Seguimiento del Tema: Relaciones 7
Cuarta Parte, Capítulos 16-23
Karenin recibe un aviso de que Ana está muriendo. A través de un telegrama, ella le pide que venga a verla. Al comienzo él no cree que ella pueda estar agonizando. Después de todo, ella ha mentido mil veces. Aún así, él tiene que verla. Una vez que llega allí, él se encuentra con la nueva hija ilegítima de Ana y halla a Ana misma con una fiebre alta. Ella le ruega a Karenin que la perdone y perdone a Vronsky. Karenin lo hace. Esto hace que Ana se sienta preparada para su propia muerte.
Mientras tanto, Vronsky está avergonzado por la presencia de Karenin e intenta suicidarse disparándose él mismo. Aunque su criado lo encuentra justo a tiempo y él no muere. Karenin ha entrado en contacto con algún tipo de paz interior por primera vez en su vida. Incluso, dice que se encargará de criar a la hija de Ana y Vronsky.
Ana empieza a responder y recuperarse, para sorpresa de Karenin. Nuevamente se enfurece cuando Ana le solicita pasar tiempo con Vronsky antes de que él parta para un nuevo trabajo. Karenin está enojado con él mismo por perdonarlos, y desiste del divorcio.
Stiva, quien está preocupado por su hermana, le ruega a Karenin concederle a Ana el divorcio, y Karenin a regañadientes acepta. Betsy va a comunicarle a Vronsky las noticias. Vronsky está encantado de que Ana sea finalmente suya. Los dos deciden ir a Italia juntos. Ana rechaza el ofrecimiento de divorcio de Karenin porque le negaría la custodia de Seriozha.
"'Oh, ¿Por qué no habré muerto? ¡Habría sido mejor!', dijo ella, y lágrimas silenciosas corrieron por sus mejillas. Mas se sobrepuso y procuró sonreír para no entristecerle". Cuarta Parte, Capítulo 23, pág. 457
La amenaza de muerte hace que Ana sienta remordimiento, Karenin perdone y Vronsky se sienta profundamente avergonzado. Una vez que Ana mejora, los ánimos comienzan a cambiar de nuevo, mientras tanto Kitty está ahora embarazada.
"A despecho de la muerte, experimentaba la necesidad de vivir y de amar. Sentía que el amor le salvaba y que, bajo aquella amenaza, el amor renacía siempre más fuerte y más puro. Apenas se produjo ante sus ojos el inescrutable misterio de la muerte, sobrevino otro igualmente insondable: el del amor y la vida. El médico, confirmando lo que había ya supuesto antes, les comunicó que Kitty estaba encinta". Cuarta Parte, Capítulo 20, pág. 530