A Roosevelt

A Roosevelt Temas

La identidad latinoamericana

Se conoce como textos americanistas al conjunto de poemas y escritos en prosa de Rubén Darío, tanto artísticos como periodísticos, donde aparecen temas subsidiarios, personajes, entornos y referencias que hacen foco en América Latina. Se trata, en suma, de textos que tienen a lo americano y, más específicamente, la identidad latinoamericana, como tema central.

El americanismo surge como tema en un momento en que se intenta definir aquello que tienen en común las comunidades de América Latina. Lógicamente, las raíces, la lengua y el pasado colonial son ineludibles. Pero también la perspectiva americanista de los poetas que cultivaban el modernismo y de Darío en particular queda asentado en, por ejemplo, la postura política que se toma ante el imperialismo estadounidense o la guerra hispano-estadounidense.

La pregunta por aquello que le es particular a América Latina encuentra sus primeras respuestas en el modernismo y en la poesía de Rubén Darío. Además del nivel temático y los motivos literarios, Darío busca imprimir lo propio latinoamericano en el nivel de la forma métrica del poema a través del verso libre, algo que veremos en el análisis.

El imperialismo estadounidense

El problema del imperialismo estadounidense es uno de los temas primordiales del poema. La centralidad de este tópico se explica por el contexto sociopolítico que vive el Rubén Darío, así como su postura ante él y, por consiguiente, se revela en la voz lírica del poema.

A finales del siglo XIX, Estados Unidos emerge como una potencia en América Latina. La intervención en Cuba y Puerto Rico durante la guerra hispano-estadounidense de 1898 marca el inicio de la era del imperialismo estadounidense en el territorio latinoamericano. La “diplomacia del dólar” se centró en asegurar la influencia económica de Estados Unidos en América Latina, lo que resultó en intervenciones en Honduras, Haití y Nicaragua y más adelante en México. Así, la presencia norteamericana directa e indirecta en las políticas y las economías latinoamericanas generaron un creciente sentimiento antiimperialista en toda la región.

Este sentimiento se reflejó, por supuesto, en el ámbito cultural, con figuras como José Martí a la cabeza de denuncias contra el imperialismo. El modernismo, liderado por Rubén Darío, la obra Ariel de José Enrique Rodó y la visión del ensayo "Nuestra América" de Martí contribuyeron a la búsqueda de una identidad propia frente al imperialismo. En este poema, inclusive, Darío hace un guiño al célebre ensayo de Martí al mencionar "la América nuestra" (v.30).

Como decimos, el poema “A Roosevelt” encara de lleno este asunto. La preocupación de Darío por su tierra natal, Nicaragua, potenció su rechazo a la política expansionista de Estados Unidos, al que retrata como una nación de soberbios y ambiciosos invasores. El poema es, en su primera parte, una larga denuncia y condena moral del imperialismo.

El poder de las naciones

El poema contiene varias ideas en torno a cómo se construye el poder. En primer lugar, compone una imagen de Estados Unidos a través de la idea de fuerza, soberbia e imposición, criticando al país por sus modos de ejercer el dominio. Así, la voz poética acusa al grande del norte por su comportamiento:

Crees que la vida es incendio
que el progreso es erupción,
que donde pones la bala,
el porvenir poner.
No (vv.15-19).

A la imposición por la fuerza de Estados Unidos, Darío opone otra manera de ganar fortaleza: la autoafirmación de una identidad latinoamericana que es sólida en su espíritu de resistencia, que no necesita expandir sus fronteras, no aplasta al otro ni lo conquista: “Apenas brilla, alzándose, el argentino sol / y la estrella chilena se levanta” (vv.25-26), dice en esta línea la voz poética. América vive, “y ama, y vibra” (v.45); es “la hija del Sol” (Ibid.). De ahí su poder y su valor.

América Latina también construye su poder amparándose en la tradición hispánica: “Hay mil cachorros sueltos del León Español” (v.47), le advierte a Roosevelt la voz poética; “¡Vive la América española!” (v.46), grita. Cabe aclarar, igualmente, que a esta filiación con el imperio español y su poderío no se celebra sin reservas. Por ejemplo, cuando menciona a Guatemoc, último gobernante de México Tenochtitlán, torturado por los españoles en la conquista de la ciudad. En esa sección, la voz poética señala que la hermandad poética y cultural con las tradiciones españolas encuentra su límite en el recuerdo siempre vigente de los horrores cometidos por España durante la época colonial.

La herencia precolombina

En sus poemas, Darío se encarga de valorizar explícitamente la tradición indígena previa a la conquista. La mención a Nezahualcóyotl, el monarca acolhua de Tetzcoco, en el actual México, constituye el señalamiento de un origen singular de la poesía hispanoamericana que lo retrotrae al período prehispánico. Por otra parte, el hecho de que Darío mencione las referencias a una cultura prehispánica en América mezcladas junto a referencias a la más alta cultura occidental dominante comporta un modo de legitimación de ese legado.

Para Darío, la herencia precolombina era pieza fundamental de la identidad cultural americana. Si la búsqueda de una identidad colectiva transnacional era una de las mayores preocupaciones de los modernistas, estas raíces comunes vinculadas a lo indígena vino a contribuir a amalgamar lo latinoamericano y darle un elemento propio frente a las letras españolas.

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