A Roosevelt

A Roosevelt Citas y Análisis

Con un algo de Washington y cuatro de Nemrod.

Yo lírico, v.5.

La voz poética deja claro que Roosevelt se debe identificar más Nemrod, el monarca y presunto creador de la torre de Babel de la tradición biblica, que con Washington, el célebre y apreciado en su patria primer presidente de Estados Unidos. De hecho, en la figura de Roosevelt sobresalen en una relación cuatro a uno los aspectos de su personalidad que lo ligan al primero por sobre el segundo.

Como decimos, la tradición señala a Nemrod como el creador de la torre de Babel, por lo que este líder autoritario se asocia con el gesto de desafío a los dioses y la ambición que promovió esa empresa. Pero además, según la Biblia, Nemrod fue un vigoroso cazador. La caza es otra de las aficiones de Roosevelt, con la cual muchas veces ha sido vinculado en sus representaciones escritas y visuales.

Los Estados Unidos son potentes y grandes.
Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor
que pasa por las vértebras enormes de los Andes.

Yo lírico, vv.20-22.

Quizá estos sean de los versos más célebres del poema. Más que en cualquier otro del autor, ilustran la mirada afilada de Darío sobre las relaciones imbricadas entre Estados Unidos y América Latina, al tiempo en que exhiben sus cualidades poéticas sobresalientes. Veinticinco años más tarde, con la crisis financiera de 1929, toda Latinoamérica sentirá el temblor del estremecimiento de Estados Unidos. Además, cabe resaltar que la metáfora de la cordillera de los Andes como columna vertebral del continente no tiene antecedentes en la literatura y es, hasta el día de hoy y a partir de este poema, extremadamente productiva dentro y fuera del ámbito literario.

Mas la América nuestra, que tenía poetas
desde los tiempos de Nezahualcóyotl
(...) vive.
Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol.

Yo lírico, vv.30-31, vv.44-45.

Luego de describir de forma casi hiperbólica el poderío estadounidense, llega el turno de América Latina. Estados Unidos tendrá a Whitman, pero "la América nuestra" (v.30), loa la voz poética, tiene poetas desde tiempos precolombinos. Además, no carece de vitalidad ni de sueños; es hija del sol y, como bien dirá el poema en sus últimos versos, en ella se encuentra Dios.

Tened cuidado. ¡Vive la América española!
Hay mil cachorros sueltos del León Español.

Yo lírico, vv.46-47.

Si bien la voz poética se ocupa de refrescarle la memoria al lector respecto a la tradición hispánica en América, en estos versos deja clara su filiación en la contienda España-Estados Unidos: las repúblicas latinoamericanas e hispanohablantes son los cachorros de España, hijos defensores del territorio europeo. Estos versos reflejan un postura pro española que fue muy común entre los modernistas durante la guerra entre España y Estados Unidos en 1898.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!

Yo lírico, vv.50-51.

A lo largo del poema, la voz lírica no deja de referir críticamente al poder, los recursos y el expansionismo norteamericano. Sin embargo, y aun teniéndolo todo, Estados Unidos, esta nación soberbia, carece del visto bueno divino. Dios parece estar, según el poeta del lado de América Latina.

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