El retrato de la esposa fallecida de Pereira (Símbolo)
El retrato de la esposa fallecida de Pereira funciona como un símbolo del pasado. El protagonista es un hombre nostálgico, y el hecho de que hable diariamente con el retrato de su esposa fallecida (y prácticamente con nadie más) es a su vez un acto simbólico, en tanto refleja su carácter arraigado al pasado, por el cual no conecta con su presente, sino que vive proyectado en sus recuerdos.
Las necrológicas que escribe Monteiro Rossi (Símbolo)
Monteiro Rossi es un militante político, y las necrológicas que él escribe tienen el foco puesto en la denuncia y en las causas que los escritores aludidos defendieron. Sus artículos funcionan entonces como un símbolo del compromiso político de Monteiro Rossi, y de su convicción acerca de lo indesligable de la cultura y la política.
La última necrológica de Pereira (Símbolo)
A lo largo de la novela, Pereira considera impublicables las necrológicas que le entrega Monteiro Rossi, cuyo estilo suele ser de denuncia, y su contenido expresamente político. En el último capítulo, asesinado ya el joven, Pereira decide escribir una necrológica sobre él. El formato de este artículo evoca claramente el de los escritos por Monteiro Rossi: describe las ideas por las que luchó el homenajeado, las causas que apoyó y las circunstancias de su asesinato. De algún modo, esta necrológica funciona como un símbolo de la transformación de Pereira en un intelectual comprometido, tal como lo fue Monteiro Rossi.
La firma de Pereira en su necrológica sobre Monteiro Rossi (Símbolo)
Pereira opta, durante toda la novela, por no firmar ninguno de los contenidos que publica en su página cultural. Es solo en su última necrológica, aquella que dedica a Monteiro Rossi y en la cual denuncia su asesinato, que el protagonista imprime su nombre al final de la nota. Este gesto funciona como un símbolo de la transformación de Pereira, en tanto decide finalmente dar lugar a su nueva personalidad de intelectual comprometido y arriesgarse por sus convicciones.