El supuesto afecto que tiene Martirio por Adela
La Poncia se refiere con ironía al afecto de Martirio por Adela en el siguiente diálogo:
(Al salir, Martirio mira fijamente a Adela.)
Adela: ¡No me mires más! Si quieres te daré mis ojos, que son frescos, y mis espaldas, para que te compongas la joroba que tienes, pero vuelve la cabeza cuando yo pase.
(Se va Martirio.)
La Poncia: ¡Adela, que es tu hermana, y además la que más te quiere! (77)
Cuando Poncia dice "Y además la que más te quiere" refiriéndose a Martirio, evidentemente está siendo irónica. La Poncia es mordaz: conoce muy bien los sentimientos de las hermanas, y sabe que Martirio le guarda rencor a Adela y actúa malintencionadamente.
Las supuestas virtudes de Bernarda
La Poncia también es irónica al destacar las supuestas virtudes de Bernarda. En esta oportunidad, hablando con la otra criada acerca de ella, deja relucir el odio que siente por Bernarda describiéndola irónicamente: "Ella, la más aseada; ella, la más decente; ella, la más alta" (53).
La supuesta delicadeza de Angustias
También Magdalena usa la ironía, en este caso con un tono cómico:
Angustias: Yo me encuentro bien, y al que le duela que reviente.
Magdalena: Desde luego hay que reconocer que lo mejor que has tenido siempre ha sido el talle y la delicadeza (73)
Aquí, Magdalena manifiesta exactamente lo contrario a lo que expresa. Lo que quiere decir es que Angustias no es moderada con sus palabras y, por lo tanto, no es una persona delicada.
El embarazo de Adela (ironía dramática)
En el cierre del segundo acto, mientras Bernarda y Martirio alientan el castigo de la hija de La librada, Adela empatiza con ella y grita en su favor, sosteniéndose el vientre. Este gesto, si bien no es taxativo, sugiere al espectador un posible embarazo de Adela que, por ser también ilegítimo, la deja en una situación análoga a la de la mujer perseguida. Si lo entendemos así, el espectador comparte con el personaje de Adela un saber que los otros personajes desconocen. Esto constituye una ironía dramática.
