La casa de Bernarda Alba

La casa de Bernarda Alba El drama rural

La casa de Bernarda Alba pertenece a una serie literaria en auge desde finales del siglo XIX hasta el primer tercio del XX: el drama rural. En ella se ha destacado el autor español Jacinto Benavente, perteneciente a la generación del ´98, anterior a la generación a la que pertenece Lorca, la del ´27. Una obra de teatro característica de este género es La malquerida (1913), de Benavente, cuyos personajes y situaciones están tomados del ámbito rural. Podemos ver la influencia de este tipo de teatro en La casa de Bernarda Alba, porque allí se retratan las costumbres tradicionales y el lenguaje popular.

En La casa de Bernarda Alba encontramos muchos rasgos del habla rural. Por ejemplo, el uso del apócope "tercer" en "la tercer sábana" (73) en vez de "la tercera sábana". También el uso de las palabra "nublo" (74) en lugar de "nublado", y el de "compaña" (97) por "compañía", son característico de este habla. La supresión del artículo posesivo en expresiones como "¡Si la hubiera visto madre!" (66) es otro ejemplo. Además, encontramos el tratamiento de usted de hijos a padres, como en "¡Madre, no hable usted así!", que se mantuvo en zonas rurales durante mucho tiempo. Otra costumbre típica del mundo rural en los tiempos de Lorca, contar el dinero en reales, la vemos cuando Bernarda explica que ha gastado "dieciséis mil reales" (96) en los muebles de Angustias.

Por otro lado, el tratamiento del tema rural se remonta al siglo XVI, el "Siglo de Oro" español. Autores como Lope de Vega, Calderón y Tirso habían trabajado la temática en sus obras. Lorca conoce muy bien este teatro, pues lo ha estudiado y ha participado, además, en la agrupación teatral La Barraca, que llevaba a escena numerosas obras del teatro clásico español. El tema del triángulo amoroso, por ejemplo, pudo haber sido inspirado en la obra de Lope de Vega (Megías Aznar, 9).

Sin embargo, el tratamiento que hace Lorca en la elaboración de los temas rurales es singular. Hay diferencias importantes con el teatro del "Siglo de Oro". Como señala el autor José Megías Aznar:

En los dramas rurales del Siglo de Oro el orden social está identificado con la justicia con minúscula (rey, etc.), en cambio en los dramas internos de los personajes lorquianos no es aceptado el dictado del orden social. En el teatro del Siglo de Oro, las motivaciones y los problemas están dibujados con meridiana claridad, en cambio los personajes de García Lorca nunca están seguros de su situación total, intentan comprenderse a sí mismos o averiguan sus limitaciones. Mientras en los autores del Siglo de Oro y en Benavente los personajes están enclavados en un medio perfectamente controlable, los de Lorca están presididos por una serie de factores que limitan su capacidad de acción y realización de sus anhelos (problemas sociales, biológicos e incluso misteriosos) (10).

El drama rural evoluciona con la obra lorquiana. A pesar de participar de estas tradiciones, el dramaturgo innova el teatro español del siglo XX. Lorca utiliza elementos tradicionales pero con el fin de trascenderlos y enriquecerlos con nuevos elementos. Por ejemplo, la dimensión simbólica de la escenografía es un rasgo innovador y constituye un desvío respecto a los postulados del drama rural. Además, los personajes lorquianos tienen mayor complejidad y humanidad respecto a sus precursores.

En conclusión, el trabajo de Lorca constituye en producto literario nuevo, que innova la serie literaria del drama rural y la enriquece.

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