Suerte con las muchachas/Época de oro (metáfora)
“Fue una verdadera época de oro para Óscar, que alcanzó su apoteosis en el otoño de su séptimo año, cuando tuvo dos noviecitas a la vez, su primer y único ménage à trois. Con Maritza Chacón y Olga Polanco”.
Mientras es un niño de 7 años, Óscar es muy popular debido a su aspecto buen mozo y su actitud algo avasallante hacia las niñas de su edad. Las mujeres en general —incluyendo las amigas de su madre— le consideran un clásico y poderoso “machito” dominicano.
Así es que el narrador establece que esa fue una época de oro, metafóricamente hablando, para significar que fue el mejor momento de su vida, y que nunca volverá a tener lugar, debido a que luego Óscar engordará considerablemente y perderá la confianza en sí mismo.
Óscar/Abuelo (símil)
“Tienes los mismos ojos que tu abuelo, Nena Inca le había dicho en una de sus visitas a la RD, lo que debía haber sido un consuelo —¿a quién no le gusta parecerse a un antepasado?—, salvo que este antepasado en particular había terminado sus días en la cárcel”.
En esta cita encontramos una comparación que una familiar de Óscar hace de él con un abuelo. El inconveniente, como podemos observar, es que la comparación no lo deja bien parado, en el sentido de que ese antepasado ha terminado en la cárcel.
El tono humorístico del narrador se mezcla aquí, como en tantos otros fragmentos de la novela, con una suerte de fatalismo que podríamos terminar por considerar un gran dominio del humor negro.
Colegio como espectáculo medieval (símil)
“Para Óscar, la secundaria era el equivalente de un espectáculo medieval, como si lo hubieran puesto en el cepo y forzado a soportar que una multitud de semianormales le tirara todo tipo de cosas y le gritara ultrajes, una experiencia de la cual debió haber salido mejor persona, pero que no resultó así… y si existía alguna lección que aprender de la tortura de esos años, él no tenía la menor idea de cuál podía haber sido”.
Cuando Óscar es un adolescente, ya ha aumentado de peso y, a pesar de su interés constante por conseguir novia, lo envían a un colegio al que solo asisten muchachos.
Es por todo esto, y por las burlas constantes que recibe, que Óscar considera el colegio como un espacio medieval en que la burla y el acecho violento eran moneda corriente.
