La novela comienza ubicándonos en El Rancho de las Rosas, ciudad de Aguascalientes, México. Esperanza, de 12 años, vive una vida de ensueño junto a su Papá, Mamá y Abuelita, además de varios empleados y criados. Esperanza y su Papá son muy cercanos; él siente una fuerte conexión con el campo y le enseña a Esperanza a escuchar el palpitar de la tierra. En la víspera de su cumpleaños, Esperanza se pincha el dedo con la espina de una rosa, que constituye una señal de mal augurio. Esa misma noche, ella y su familia reciben la terrible noticia: su padre fue asesinado por un grupo de bandidos.
Tío Luis y Tío Marco, hermanastros de Papá con gran influencia en Aguascalientes, intentan manipular la situación familiar con tal de adueñarse de El Rancho de las Rosas. Tío Luis le propone matrimonio a Mamá, y la amenaza al obtener una respuesta negativa de su parte. Pocos días después, Esperanza despierta en medio de la noche y descubre que su casa está en llamas. Todos logran salvarse, pero Abuelita se lastima el tobillo durante la huída, y toda la cosecha queda reducida a cenizas. Sin hogar ni perspectiva de ingresos, Mamá finalmente decide contemplar la propuesta de Tío Luis. Como más tarde dirá a Esperanza, esta decisión funciona como una distracción para poder desarrollar su plan de escapar a los Estados Unidos. Una noche, Alfonso, Hortensia y Miguel logran escapar a hurtadillas de Aguascalientes, y se van definitivamente de México. Abuelita se asienta en un convento: su herida debe sanar antes de poder acompañarlos.
Durante su viaje y estadía en los Estados Unidos, Esperanza deberá acostumbrarse a la nueva y más humilde situación económica de su familia. Al cabo de varios días a bordo del tren, nuestros protagonistas llegan a California y son recibidos por Juan, hermano de Alfonso. Juan y su esposa Josefina tienen tres hijos: Isabel, algo más joven que Esperanza, y los gemelos Pepe y Lupe, de poco menos de un año. La visión de su nuevo hogar impacta a Esperanza: deberán vivir en una diminuta cabaña dentro de un campamento de trabajadores mexicanos.
Isabel enseña a Esperanza a realizar tareas domésticas. Al poco tiempo Isabel empieza a ir a la escuela, y Esperanza debe quedarse cuidando la casa y a los bebés mientras el resto de la familia trabaja en los campos. Es la primera vez en su vida que se ve obligada a hacer trabajos manuales, y le cuesta mucho adaptarse. Durante este tiempo Esperanza desarrolla una rivalidad con Marta, una joven con fuertes convicciones políticas, decidida a organizar una huelga en reclamo por una mejor calidad de vida para los inmigrantes de la zona.
Un día, el Valle de San Joaquín es azotado por una fuerte tormenta de polvo. Todos logran volver sanos y salvos a casa, pero Mamá contrae la Fiebre del Valle durante el incidente: deberá quedarse en casa reposando hasta que su estado mejore. Mientras, Esperanza la reemplaza trabajando en los campos. La fiebre de Mamá solo parece empeorar, y su familia decide llevarla al hospital. Esperanza, ignorando los riesgos de la huelga que se avecina, comienza a trabajar más horas con tal de pagar los gastos hospitalarios de Mamá.
La huelga finalmente ocurre durante la época de cosecha de espárragos. Un cuerpo de oficiales detiene el levantamiento y arresta a varios trabajadores para luego deportarlos. Durante el conflicto Esperanza encuentra a Marta escondida en un cobertizo, y decide ayudarla a escapar en vez de entregarla a los oficiales. En ausencia de Mamá, Esperanza asume el rol de jefa de familia cada vez con más madurez, y logra ocuparse de todas sus tareas domésticas mientras cuida de Isabel y los gemelos.
Eventualmente Mamá regresa del hospital, pero la alegría de Esperanza no dura mucho: Miguel pierde su trabajo de mecánico en manos de unos trabajadores de Oklahoma dispuestos a trabajar por un salario más bajo. Indignada, Esperanza discute fuertemente con Miguel acerca del lugar que ocupan los trabajadores mexicanos en la sociedad estadounidense. A la mañana siguiente, Miguel abandona la casa. Poco tiempo después, Esperanza descubre que todo su dinero, ahorrado para traer a Abuelita a los Estados Unidos, ha desaparecido. Llena de ira y frustración, Esperanza se vuelca a su trabajo.
A los pocos días, Miguel regresa a California y trae consigo a Abuelita: logró rescatarla cautelosamente, sin ser descubierto por Tío Luis. Esperanza descubre que Miguel sí había tomado su dinero, pero lo utilizó para el fin que ella misma tenía en mente. Al cumplirse un año de la muerte de Papá, también se cierra un ciclo en la vida de Esperanza. Su familia está unida nuevamente, y ella recupera su ansiada felicidad.