Valladolid (símbolo)
Valladolid, la ciudad natal de Cipriano y un elemento recurrente en la narrativa, simboliza la conexión del protagonista con su entorno. La descripción detallada de la ciudad y su evolución a lo largo de la historia refuerza el sentido de lugar en la novela. Valladolid no solo actúa como un escenario físico, sino que también simboliza la identidad y las raíces de Cipriano.
La infertilidad y la pérdida (motivo)
El tema de la infertilidad y la pérdida se presenta como un motivo literario que se repite a lo largo de generaciones. Desde la incapacidad de la madre de Cipriano para concebir hasta la lucha de Cipriano y su esposa por tener un hijo, este motivo explora la carga emocional y las consecuencias psicológicas de la infertilidad, generando una cadena de dolor y desesperación.
La Inquisición (símbolo)
La Inquisición española es un símbolo omnipresente que representa la lucha contra la herejía y la ortodoxia católica. Desde el nacimiento de Cipriano hasta su ejecución, la Inquisición actúa como un símbolo del control religioso y la intolerancia hacia aquellos que cuestionan las creencias establecidas. La persecución y ejecución de los reformistas reflejan la rigidez de las instituciones eclesiásticas de la época.
La Reforma y las Noventa y cinco tesis (motivo)
La Reforma, liderada por Martín Lutero y reflejada en las Noventa y cinco tesis, sirve como un motivo literario central que impulsa la trama. Este motivo aborda la crítica a las prácticas de la Iglesia católica y el deseo de reformar la fe cristiana. A través de las acciones de Cipriano, la novela explora cómo estas ideas afectan a la sociedad y a la vida de los individuos.