Addie y Anse Bundren viven en un pequeño pueblo rural agrícola en el Condado de Yoknapatawpha, un área pobre en Mississippi con sus hijos Cash, Darl, Dewey Dell, Vardaman, y el hijo de Addie de otra relación, Jewel. Darl camina unos quince pies delante de su hermano ilegitimo, Jewel, que por ser más alto, su cabeza sobresale a lo largo del camino, por entre los algodonales, hacia su desvencijada casa. Tull, su vecino agricultor, está encargándose de su carreta, mientras Cash se encuentran aserrando madera. Él está haciendo un sólido y buen ataúd para que su madre, Addie Bundren, descanse en el, y Darl sigue adelante en su camino hacia el interior de la casa.
Seguimiento del Tema: Pobreza 1
Seguimiento del Tema: Devoción Familiar 1
Cora
Cora se apresura frenéticamente en hornear una torta con huevos que ha recogido, dirigiéndose rápidamente a atender el pedido de la Srta. Lawington, una habitante del pueblo. Sin embargo, cuando las tortas ya no se requieren, su hija Kate critica el que la gente pudiente no pague sus pedidos. "Las riquezas no son nada a los ojos de Dios, pues Él sabe ver dentro de los corazones". Cora, pág. 7. Kate le dice a Cora que ni siquiera sacará dos dólares por cada torta si trata de venderlas el sábado en la feria parroquial. Cora responde diciendo que en primer lugar prácticamente no le costó nada hacer las tortas.
Seguimiento del Tema: Pobreza 2
Seguimiento del Tema: Religión 1
Cuando Cora y sus dos hijas, Eula y Kate, ven a Addie Bundren postrada en su lecho observando por la ventana a Cash, recuerdan las tortas que solían hacer.
"Tiene la colcha subida hasta la barbilla, a pesar del calor que hace; solo tiene destapadas las manos y la cara. Descansa sobre la almohada con la cabeza en alto de forma que puede mirar por la ventana, y nosotros oímos a Cash cada vez que maneja la azada o la sierra. Y aunque fuéramos sordas, casi podríamos, observando la cara de ella, oír a Cash, verle. Su cara está tan consumida, que los huesos se dibujan bajo la piel con líneas blancas. Sus ojos son como dos velas que uno ve derretirse en las bases de unos candeleros de hierro. Pero la salvación eterna y la gracia perdurable no han descendido aún sobre ella". Cora, pág. 8
Darl
Darl mira a Anse y a Vernon Tull un granjero vecino más rico, sentados en la terraza posterior masticando tabaco. Cuando Anse busca a Jewel, Darl medita sobre la maravilla de un cubo de agua fresca. Jewel intenta calmar a su caballo alimentándolo y luchando con él. Luego lanza una patada hacia Jewel, pero esta impacta en la pared, y Jewel responde pateando al caballo en el estomago y ordenándole comer.
Jewel
Jewel amargamente desea que Cash no talle su madera tan abiertamente en público para que todos lo vean. Él cree que Cash lo hace sólo para que Addie lo elogie y le agradezca por ser un hijo tan bueno y loable. Lleno de ira sueña en un mundo en el que sólo viven él y su madre, sin la presencia de otras personas. A Jewel le enferma el constante sonido de la azada y la sierra penetrando a través de la casa y la comunidad.
Darl
Anse y Vernon discuten un posible trabajo con madera para Darl. Sin embargo, debido a la posibilidad de que llueva, inicialmente no salen con los caballos. Anse sigue masticando tabaco, a pesar de sus mejillas caídas y su falta de dentadura, y reprende constantemente a Darl por no preocuparse lo suficiente por su familia. Darl discute con Jewel respecto a los deseos de su madre; sin embargo, Anse les recuerda que su deseo es que la entierren en Jefferson con su familia y descansar en un cajón hecho por uno de los suyos, transportado en su propia carreta. A pesar de que la carreta y el ataúd todavía no están listos, la lluvia es inminente. Darl y Jewel salen con los caballos a realizar el trabajo para Vernon y proyectan retornar a la noche siguiente. Ellos se darán prisa para llegar a casa a tiempo para satisfacer la última voluntad de su madre.
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"La conozco. Con coche o no, ella no esperaría Perdería entonces la cabeza, y con nada del mundo la tranquilizaría. Estaría impaciente por llegar al cementerio ese de los suyos, el de Jefferson, donde tantos de su misma sangre la esperan. Le prometí que yo y los chicos la llevaríamos allá todo lo aprisa que las mulas caminen, de modo que pueda descansar tranquila". Darl, pág. 18
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Cora
Cora observa a Darl mirando fijamente a su madre y expresa su mordaz opinión sobre la familia Bundren. Cora relata lo que ella cree es la verdad sobre los últimos deseos de Addie y no puede creer que el supuestamente cruel Jewel haya querido dejar a su madre moribunda por un simple trabajo de tres dólares. Ella elogia a Darl por ser un buen muchacho y se recuerda a sí misma que ella es una buena mujer honrada que viene a visitar a su amiga moribunda cada semana. No puede creer que la familia de Addie la esté llevando en su carreta a enterrar aún antes de haber fallecido. Tull trata de explicarle la verdad a Cora acerca de los verdaderos deseos de Addie. Sin embargo, en la mente de Cora solo caben las falsas ideas de que un chico bueno y bondadoso como Darl realmente se preocupa por su madre moribunda, y su horrendo hermano Jewel los obligó a partir de casa por un trabajo mientras su madre yacía agonizante. Cora recurre a su fe en Dios para fortalecer su fuerte deseo de ayudar a Addie, quien en su opinión se encuentra desesperada y solitaria. Dewey Dell le pregunta a Darl qué le preocupa mientras mira a su querida madre tendida en su lecho a punto de morir.
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Dewey Dell
Dewey Dell recuerda la vez que fue a cosechar con Lafe. Estuvieron juntos por primera vez ese día y más tarde fueron descubiertos por Darl. Ella describe ese día como si alcanzara a Darl al momento de salir con Jewel. Dándose cuenta de que su madre va a morir, ella le pregunta cómo va a decirle a su padre sobre su futura soledad.
Tull
Vernon Tull intenta calmar a Anse, ya que él está aún inseguro acerca de tomar el trabajo. Mientras hablan, Vardaman llega a la casa para mostrar un gran pescado que pescó ese día y trajo a casa. Anse le dice que lo lave antes de llevarlo adentro para mostrárselo a su amada madre. Pronto, Cora, la esposa de Vernon, se prepara para la noche, mientras discuten la lamentable situación de los Bundren con sus hijas, Kate y Eula. Ellos continúan ofreciendo su ayuda en cualquier forma posible.
Anse
Anse se siente frustrado con la carretera, la lluvia, y sus muchachos. Está preocupado sobre cómo proyecta trasladar a Addie en el camino bajo la lluvia en dirección a Jefferson, y al mismo tiempo quiere respetar su última voluntad. Él está convencido de que los caminos no son para vivir, sino para viajar, y medita sobre las desgracias al lado del camino en el que viven, culpándolo por la enfermedad de Addie. Exterioriza sus quejas sobre Cash constantemente aserrando el ataúd y acerca de Darl por hacerle pagar por el camino, el viaje y el entierro. Mientras Anse atiende a su cansada esposa, ingresa Peabody, ofreciendo su asistencia médica. Después que Anse le ordena que salga afuera, él reflexiona sobre su mala suerte en la vida:
"Más de una vez he oído a los hombres renegar de su suerte, y con razón, pues estaban cargados de pecados. Pero lo mío no es un reniego, pues nada he hecho de que pueda arrepentirme. No soy religioso, lo reconozco. Pero mi conciencia está tranquila; bien lo sé. No he hecho ni más ni menos que lo que otros hacen y se lo callan; pero sé que Dios Nuestro Señor, mirará por mí como cuida de un gorrión que no puede volar. Pero se me hace difícil pensar que un hombre llegue a verse en tanta necesidad a causa de un camino". Anse, pág. 37
Vardaman vuelve y se acerca a Anse, manchado con sangre en las piernas, indicando que ha picado todo el pescado. Anse le ordena que se asee, y luego elogia a Addie por criarlos en lo mejor forma que pudo.
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Darl
Darl y Jewel discuten su trabajo en el camino y el deseo secreto de Dewey-Dell de ir a Jefferson por razones personales. Ella no se lo ha dicho a Anse, pero tiene que deshacerse del bebé que lleva producto de su encuentro con Lafe. No pueden creer que Addie se vaya a morir.
Peabody
Peabody se queja de la petición de atención médica para revisar a Addie hecha por Anse a última hora. El piensa que Anse es pobre, sin suerte y que siempre pide las cosas demasiado tarde. "Me di cuenta que nadie más que un hombre sin suerte podía tener necesidad de un médico en el momento en que iba a sobrevenir un ciclón". Peabody, págs. 40-41. Cuando él llega a la casa, debe ser ayudado con una cuerda para subir la montaña y llegar hasta la cima, porque Jewel y Darl tiene el caballo que normalmente lo transporta. Tiene setenta años de edad y pesa doscientas cincuenta libras.
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Ve a Dewey-Dell abanicando a Addie, quien el afirma ha estado ya muerta 10 días. Una vez que la mente y el espíritu están muertos, el cuerpo no es nada. Su idealismo juvenil ya ha fallecido hace mucho y él mira a Addie como un haz de varillas carcomidas debajo de una colcha. Ella finalmente llama a Cash.
Darl
Addie pide que Jewel vaya a su lado en su lecho de muerte, Anse le dice que él ha partido con Darl para ganar tres dólares en un trabajo encargado por Tull. Sus ojos están completamente extenuados y sin vida. Ella llama a Cash que está afuera y observa su imagen inmóvil de un carpintero. Mira a Vardaman una última vez hasta que sus ojos se apagan. Dewey Dell llora pidiendo a su madre que permanezca con vida, mientras Anse y Vardaman permanecen de pie pálidos como fantasmas. Anse maldice a los muchachos que no están presentes. Cash va adentro para ver a su madre sentir su último aliento y luego regresa a continuar con su perpetuo trabajo de aserrado afuera. Dewey Dell cubre a su madre con la colcha mientras Anse discretamente desea conseguir una nueva dentadura. Le pide que empiece a cocinar la cena. Aunque no estaban presentes, Jewel y Darl sienten que su madre ha fallecido.
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Vardaman
Conmocionado por la muerte de su madre, Vardaman corre por la terraza de la casa y a través del camino hasta donde cortó el pescado. Todo lo que queda es sangre, ‘ya no es un pez’, lo que hace que Vardaman sienta nauseas y malestar. Quiere llorar y vomitar y culpa a todo a su alrededor por matar a su madre. Cash viene detrás de él y Vardaman se queja de los trozos de pescado que Dewey Dell está a punto de cocinar.
Dewey Dell
Dewey Dell piensa en su embarazo y en su relación con Lafe, esperando que no sean interrumpidos nuevamente, como lo hiciera Darl. Ella se siente sola, a pesar del ser vivo que llevaba dentro. "Es porque estoy sola. ¡Ay!, si lo sintiera, sería otra cosa, pues ya no estaría sola. Pero si no estuviera sola, todo el mundo lo sabría. Y él podría hacer tanto por mí que ya no estaría sola. Pues entonces sí que de verdad estaría completamente sola" Dewey Dell, págs. 56-57. Ella cree que Peabody la puede ayudar como médico, y lo invita a cenar. Cash viene a la cocina buscando a Vardaman y Dewey Dell se niega a cocinar el pescado que acaba de pescar y picar. Anse empuja la comida y Dewey Dell sale a ordeñar la vaca antes de que llueva. Mientras está en el establo, se encuentra a Vardaman lleno de miedo, llorando e indicando que su madre ha sido asesinada. Ella lo sacude y le pregunta crudamente por qué se encuentra en el establo, le dice que no tiene idea de lo que es verdaderamente preocupante. Ella ni siquiera sabe si puede llorar. Se prepara a ordeñar la vaca, y nuevamente piensa en cómo Peabody puede ayudarla.
Vardaman
Vardaman, todavía molesto y confundido por la muerte de su madre, le pregunta a Cash si planea clavar a su madre en el ataúd como a un conejo. Recuerda el pescado que cortó en trozos y hace memoria de cómo todos vieron las tripas y la sangre del pescado en el suelo. Una vez más piensa en su madre, no creyendo que haya fallecido.
Tull
Debido al ruido producido por la yunta de Peabody, Tull se da cuenta de que Addie Bundren ha muerto. Vardaman golpea a su puerta, empapado y hablando sobre el pescado. Cuando Tull vuelve adentro, encuentra a Vardaman hablando con la piadosa Cora sobre su infortunio. Los tres van a la casa de los Bundren, donde colocan a Addie en un ataúd y cierran el cajón con clavos. El accidentalmente perfora dos agujeros en la cara de Addie a través de la madera. Tull piensa en lo bondadosa que es su esposa y su excesiva necesidad de ayudar en los asuntos de otros.
"Reconozco que si hay un hombre o una mujer en quien Él pueda descansar o confiar, no puede ser nadie más que Cora. Y reconozco que ella haría algunos cambios, sea cual fuese la forma en que Él haya dispuesto las cosas. Y reconozco que serían en beneficio del hombre. Al menos habría que admitirlos. Al menos podríamos conducirnos de este modo y obrar como es debido". Tull, pág. 70
Seguimiento del Tema: Religión 3
Darl
Darl y Jewel estrellan la carreta en una zanja, lo que obliga a Darl a regresar a casa por una rueda extra. Comienza a llover cuando Darl mira a Cash terminar el ataúd. Cora y Tull llegan a la casa de los Bundren y Cash envía a su padre afuera. Todo el mundo trabaja duro para terminar el ataúd, y justo antes del amanecer, está terminado. Ha parado de llover y Peabody, Tull, Anse y Cash llevan el ataúd hacia el interior. Jewel y Darl salen, una vez más, para completar su trabajo. Darl, sin embargo, permanece despierto la noche siguiente, recordando su hogar y su familia.
Cash
Cash indica trece razones y reglas por las que hace el ataúd usando el bisel.
Vardaman
Vardaman dice que su madre es un pez.