Tom corre, evitando a los otros niños en su camino, hasta que se haya muy lejos de la escuela, en el bosque detrás de la casa de la viuda Douglas. Este es uno de sus lugares secretos, donde él esconde algunas de sus cosas. Él cree que no ha hecho nada malo, y está triste y enojado con Becky por rechazarlo. Desea poder morir temporalmente para que Becky se sienta apenada.
Pronto, sin embargo, comienza a sentirse un poco mejor, y sueña con escaparse para ser soldado o un indio, y así retornar a casa habiendo tenido grandes aventuras. Luego, acuerda convertirse en pirata, y decide juntar sus posesiones para que pueda partir a la mañana siguiente.
Seguimiento del Tema: Imaginación 2
Él comienza por cavar bajo un tronco donde había colocado una caja con una canica. Tom cree que dejando una canica enterrada por dos semanas hará que todas sus canicas perdidas reaparezcan. Cuando ve que ello no sucede, Tom, conmocionado, lanza lejos la canica. No puede comprender por qué el truco no funcionó, hasta que decide que una bruja debe haber perturbado su magia. Para demostrar esto, él intenta otro conjuro, llamando a una chinche para que salga a tierra y averiguar si una bruja ha perturbado su escondite. Cuando la chinche escapa, Tom entiende que esto significa que la chinche tiene miedo a la bruja. Después intenta otro conjuro: lanza otra canica para que esta encuentre a la primera que tiró. Sólo toma tres intentos lograr que el truco funcione.
Seguimiento del Tema: Superstición 2
Una trompeta de hojalata suena y Tom coge sus cosas - un arco, una espada de madera, y una trompeta de hojalata - y se apresura para encontrarse con Joe Harper para jugar a Robin Hood. Tom es Robin Hood; Joe es Guy de Guisborne. Ellos se encuentran y tienen un duelo de espadas. Cuando Joe no cae al piso, Tom le dice que debe hacerlo, porque Guy muere en el libro. Joe acepta y muere. Ellos intercambian roles de modo que Joe pueda matar a Tom. Por último, Tom se convierte nuevamente en Robin para que pueda morir, y Joe, como los bandidos del Bosque de Sherwood, llora a Robin. Después de terminar el juego, se visten tristes, ocultan sus cosas y se van a casa. "Convenían los dos en que más hubieran querido ser un año bandidos en la selva de Sherwood que presidentes de los Estados Unidos por toda la vida". Capítulo 8, pág. 57
Seguimiento del Tema: Imaginación 3