El instructor de patinaje piensa que va a enseñarle a Laura, pero ella es en realidad mejor patinadora. (Ironía dramática)
"Vi cómo alquiló a un instructor de patinaje (que pagué yo) y cómo lo hizo sufrir sin piedad, fingiendo ser neófita. Antes de salir nos atiborramos de sándwiches y malteadas. Luego, Laura dio cuatro vueltas a la pista, patinando impecablemente, con piruetas y todo. El instructor se puso verde".
Gabriel tiene una prima llamada Laura. En una ocasión, salen a pasar la tarde juntos y se divierten en una pista de patinaje. Ella choca a varias personas a propósito, fingiendo hacerlo sin querer. Contrata a un instructor y le hace creer que necesita aprender. Este le enseña todo lo que puede, pero luego se da cuenta de que ella lo había engañado y de que sabía patinar perfectamente bien.
Laura se dirige al senador con agradecimiento por un consejo que en realidad no le ha dado. (Ironía verbal)
"—Muchas gracias por sus consejos, señor senador, los tomaremos muchísimo en cuenta; y gracias por narrarnos tan gongorinamente sus vicisitudes como senador. Acuérdese que ya quedó en ayudarme a ser senadora, senador".
La prima de Gabriel le habla al senador como si realmente le agradeciera y lo respetara, pero sabemos que piensa todo lo contrario. De hecho, no tiene nada que agradecerle, pues el senador no le ha dado ningún consejo.
Gabriel quiere acostarse con Elsa y no tener nada serio con ella, pero termina enamorándose perdidamente. (Ironía situacional)
Gabriel solo quiere acostarse con Elsa, pero termina enamorándose y sufriendo cuando sabe que ella tiene amantes, tal como él mismo tendría o ha tenido siempre al relacionarse con otras mujeres.