Resumen
Capítulo 17
Juan Pablo cuenta que durante más de un mes se vieron con frecuencia. Recuerda esos días como maravillosos y horribles a la vez. María visita su taller regularmente. Allí, se suceden escenas similares a las del fósforo, en las que Castel duda de su amor. Es entonces cuando quiere poner a prueba su vínculo a través del acto sexual. Pero esto solo le trae más dudas: Castel cree que María finge el placer y eso lo angustia y lo llena de sospechas.
Castel nos cuenta que es frecuente en su relación el paso de la ternura a la violencia. Toma como ejemplo una situación que se repite varias veces: en un momento de arrebato, Castel le retuerce los brazos a María y le exige que admita sus mentiras. Ella entonces responde con mirada asustada y triste. Esta reacción hace que Juan Pablo se arrepienta y le pida perdón. Sin embargo, reconoce que es inútil que María intente convencerlo de su error, porque no confía en ella. Cree que María lo engaña con otros, y en una ocasión llega a decirle que es una prostituta. Entonces, ella se echa a llorar y nuevamente Juan Pablo le pide perdón. Como María se recompone rápidamente, Castel empieza a sospechar de nuevo que todo es una gran comedia.
Capítulo 18
En este capítulo, Castel recupera un diálogo que tuvo con María, en el que él le pregunta sobre la primera conversación telefónica que tuvieron. Como si se tratara de un interrogatorio, Juan Pablo trae sus “pistas” y María las desestima como tales. Él le pregunta por qué la criada vaciló cuando él la llamó “señorita”, y ella le responde que no eso tiene ninguna importancia.
Como Juan Pablo quiere saber si hubo otros como él, saca a la luz un nombre: Richard. Esta persona, nos enteramos por la conversación, tuvo una relación con María en el pasado y se suicidó. Castel quiere saber si ella lo amaba y María le responde que no, que solo se sintió atraída por su lado oscuro y destructivo, como a veces le atrae la muerte. También le dice que Richard se parecía un poco a Juan Pablo, pero solo en su parte negativa. Castel nos admite que no le preocupaba tanto Richard, de quien algo sabía, como lo hacían las personas desconocidas que ella no mencionaba pero que él creía que existían.
Capítulo 19
Continúa este capítulo con otra conversación, esta vez sobre el esposo de María, Allende. Castel quiere saber si alguna vez lo amó y si lo ama todavía. María nota que este diálogo entorpecido ya lo tuvieron muchas veces de forma casi idéntica. En efecto, Castel la interroga para saber hasta qué punto María es capaz de engañar. La presiona entonces hasta que ella admite que todavía tiene relaciones sexuales con su marido, aunque no lo desea. Entonces Juan Pablo deduce que María hace lo mismo con él. Mientras ella llora en silencio, Castel quiere herirla y la acusa de estar engañando a un ciego.
Capítulo 20
Este capítulo condensa los pensamientos y las emociones que tiene Castel luego de hacer aquella acusación. Admite que se arrepiente en el mismo momento en el que pronuncia esas palabras. Tiene la sensación de ser dos personas al mismo tiempo: la que quiso herir a María y la que reconoce la torpeza y la crueldad de su acusación y toma partido por ella. Juan Pablo le pide perdón y María le asegura que no le guarda rencor, aunque se retira del taller. Él sale a buscarla, pasa por la casa de María y luego por los lugares de la ciudad que frecuentaban, pero no puede encontrarla. Cierra el capítulo con estas palabras: “algo se había roto entre nosotros”.
Capítulo 21
Castel nos cuenta el sentimiento de soledad que lo invade después de este episodio. Siente un gran desprecio por la humanidad, pero ahora que él ha protagonizado un acto mezquino se considera parte de aquello que aborrece. Entonces le viene el deseo de suicidarse. Aquel día se emborracha por la zona del puerto, en un cafetín con personas que considera repulsivas. Se acerca al río y, al observar el agua sucia, vuelve a pensar en el suicidio. Confiesa entonces que cuando llega al borde de la desesperación, se aferra de nuevo a la vida. Sin saber cómo o por qué, llega a la casa de María de madrugada. Decide llamar por teléfono y cuando le atienden, cuelga. Se queda un rato por ahí hasta que finalmente decide volver a su casa, abatido.
Capítulo 22
Castel cuenta lo que sueña aquella madrugada: que llega a una casa donde un hombre desconocido lo transforma en un pájaro de tamaño humano. En el sueño llegan sus amigos y no notan nada extraño. Él intenta pedirles ayuda y de su boca salen graznidos en vez de palabras, pero sus amigos tampoco notan esta diferencia, como si lo estuvieran oyendo normalmente. Juan Pablo comprende entonces que nadie sabrá nunca que ha sido transformado en pájaro.
Análisis
En estos capítulos podemos conocer un poco más a María, a través de los diálogos que Castel repone en su relato. Ella nos revela que le atrae el lado oscuro de las personas, como si allí encontrara algo de ella misma. Sus reflexiones existenciales nos revelan un espíritu melancólico que la mente perturbada de Castel nos oculta.
La actitud esquiva de María nos hace dudar. Puede ser que haya algo de cierto en las acusaciones de Castel. Sin embargo, también podemos analizar este comportamiento de María como un acto de resistencia frente a la violencia verbal y física de Juan Pablo. Ella intenta desmontar las teorías paranoicas de Castel para no someterse a su visión del mundo, que lo coloca a él en un lugar de superioridad, el de alguien que busca un amor absoluto, y a ella en condición de inferioridad, de quien manifiesta la maldad intrínseca de las personas.
Podríamos afirmar que Castel tiene una idea errónea del amor. Él reconoce no saber del todo qué significa el amor verdadero, aunque se lo demanda a María constantemente. Si el amor se trata de un lazo que rompe momentáneamente las barreras existentes entre las personas, el modo en que Castel busca el amor de María, mediante desconfiados interrogatorios, demuestra que aquel lazo es completamente ilusorio.
El capítulo 20 marca un punto de inflexión en la novela. Después de haber acusado a María de engañar a un ciego, Castel utiliza el símbolo del puente que se eleva para explicar que aquello que los unía se vio interrumpido, tal vez para siempre. Esta desesperanza lo lleva a acariciar la idea del suicidio, sobre la que reflexiona desde una perspectiva existencialista. Como siente que su relación con los demás es pura superficialidad y pretensión, el mundo se le revela como un absurdo, un gigantesco simulacro. Frente a este sinsentido, la idea de la muerte le ofrece a Castel una vía de escape. Pero como ya sabemos, Juan Pablo no terminará con su vida, sino con la de la única persona con quien pensó que podía romper con el absurdo del mundo.