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¿Cómo son los razonamientos de Castel? ¿De qué manera condicionan su percepción de la realidad?
En el comienzo de El túnel, Castel promete narrar su crimen de la forma más imparcial posible. Pero en seguida nos hace conocer su percepción subjetiva de la realidad, atravesada por su nihilismo pesimista. Juan Pablo es un narrador poco confiable, que convierte hechos, gestos y palabras en pistas que confirman sus sospechas paranoicas. De esta manera, los silencios, los tonos y las miradas de María y de otros personajes son interpretados por Castel como evidencias de lo que para él es una verdad indudable: que se encuentra completamente solo en el mundo.
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¿Cuál es el problema de comunicación entre Juan Pablo y María?
Desde la primera conversación en la Plaza San Martín y en adelante, la relación de Juan Pablo y María se llena de dudas y de malentendidos. Ambos personajes necesitan cosas distintas de su vínculo: Castel espera de María una entrega absoluta y, como no lo consigue, la somete con celosía a incesantes interrogatorios. María, en cambio, parece buscar en Juan Pablo a un interlocutor mudo, con quien conectarse a través de la pintura; por eso, ante los reclamos de su amado, adopta una actitud esquiva. Entre las exigencias de uno y los silencios de la otra, la imagen que simboliza el problema de comunicación de estos personajes es la de un puente frágil, a punto de quebrarse y hacerlos caer a un abismo de soledad y de muerte.
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¿De qué forma la percepción subjetiva del protagonista afecta la temporalidad narrativa?
Juan Pablo Castel no solo relata los hechos que precedieron al asesinato de María Iribarne; también repone lo que en ese entonces pensó, y lo conecta con su particular visión del mundo. Esta forma de narrar hace que la trama avance mediante digresiones reflexivas que ralentizan su temporalidad. Estas reflexiones también distorsionan la percepción del paso del tiempo, puesto que el lector sigue el fluir de la conciencia del narrador y, al igual que este, no puede inferir si sus esperas son más o menos duraderas de lo que él cree. Hacia el final, esta disociación entre tiempo objetivo y tiempo subjetivo produce el efecto contrario: la narración se acelera como anunciando la fatalidad del desenlace.
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Analizar los signos de machismo y de misoginia en la novela
Juan Pablo Castel tiene una concepción del amor como posesión en un sentido absoluto, porque allí deposita todas sus esperanzas de salvarse de la soledad. Aunque Castel pretende de su relación una interdependencia mutua, es decir, que María le pertenezca como él le pertenece a María, el modo en que la maltrata revela una situación de desigualdad y de dominación. Juan Pablo violenta constantemente a su amada con agresiones físicas y psicológicas que son llevadas a su último extremo: el feminicidio. Además, podríamos afirmar que Juan Pablo desconfía de María como desconfía de las otras mujeres con las que interactúa en la trama. Su aversión hacia el género femenino no hace sino confirmar los aspectos misóginos de su machismo.
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¿En qué sentido podríamos afirmar que Juan Pablo Castel es un mal existencialista?
El existencialismo, desde la perspectiva sartreana, propone que el ser humano debe comprometerse con la realidad, incluso si el mundo se revela absurdo y sin sentido. El protagonista de El túnel denuncia los aspectos más horribles de la humanidad pero no logra salir del lamento y se deja llevar por sus pensamientos destructivos. De la idea del suicidio pasa a la puesta en acto del asesinato, de modo que sus acciones solo contribuyen a empeorar la situación. Castel no se hace responsable de su propia salvación, porque deposita en los otros la posibilidad de trascender su angustia existencial. Es por esto que se descubre como un mal existencialista.