El nombre del periódico "El Mensajero del Pueblo" (Símbolo)
El nombre del periódico es simbólico: el medio de comunicación se señala a sí mismo como aquel que supuestamente transmite el mensaje del pueblo. Sin embargo, la naturaleza simbólica del nombre del periódico contiene en sí misma una suerte de ironía asociada: a lo largo de la obra se hará presente cómo este medio de comunicación que se jacta de representar o reflejar la voz popular es en verdad, más bien, quien construye esa opinión pública. Por otro lado, el nombre del diario, en tanto símbolo, guarda un claro vínculo intertextual con el título de la obra de Ibsen. El modo en que el protagonista es considerado por la “opinión pública” a lo largo de la obra aparece reflejado en la relación que el Doctor Stockmann guarda con el periódico y sus integrantes. En relación a la opinión pública, el protagonista pasa de “Mensajero del Pueblo” a “Enemigo del Pueblo”.
El bastón y sombrero del Alcalde (Símbolos)
El bastón y sombrero del Alcalde simbolizan el poder. Esto se pone en evidencia en el tercer acto, cuando el Doctor Stockmann entra por segunda vez a la redacción de El Mensajero del Pueblo, y, poco después, descubre el bastón y sombrero de su hermano. El protagonista, ignorando que Hovstad y Aslaksen ya no están de su lado, se burla del Alcalde, a quien cree haber destituido de su poder. Para ello, se pavonea utilizando los elementos de la autoridad, el sombrero y el bastón, ilustrando así que, supuestamente, el poder ahora le pertenece. La cualidad simbólica de estos elementos se evidencia nuevamente instantes después: los hombres del periódico le anuncian al Doctor Stockmann que ya no lo apoyan a él sino a su hermano, y el Alcalde recupera su sombrero y su bastón. La relación simbólica entre ambos elementos y el poder se explicita, incluso, en las palabras del Alcalde:
EL ALCALDE: ¡Mi gorra y mi bastón!(El Doctor Stockmann se quita la gorra y la deja sobre una silla, junto con el bastón)
EL ALCALDE: (Recoge ambas cosas.) Tu ejercicio de la autoridad ha tenido un abrupto final.
(Acto III, p.185)
La ciudad y los personajes (Alegoría)
La crítica señala la naturaleza alegórico-política de la pieza, en tanto los personajes y el lugar donde se desarrolla la obra pueden leerse como representantes simbólicos de la estructura social de un Estado. La ciudad balnearia funciona como imagen a escala del país y, por extensión, ilustra el funcionamiento de las estructuras sociales en el Occidente capitalista. Por su parte, en cada uno de los personajes principales se encarna un sector representativo del sistema de fuerzas de poder: Pedro Stockmann representa el gobierno estatal; el Doctor Stockmann, la ciencia; Morten Kiil, la burguesía productora y mercantil; Hovstad, los medios de comunicación; Petra, la educación, y el sujeto colectivo de los vecinos, el pueblo.
El balneario (Símbolo)
Por el modo en que los personajes aluden a él en el primer acto de la obra, el balneario adquiere, en la pieza, un carácter simbólico: se constituye como símbolo de prosperidad, riqueza y alegría para la ciudad. Es justamente este carácter simbólico del balneario el que desata la lucha de fuerzas: el descubrimiento del Doctor acerca de la infección de las aguas es recibido por muchos otros personajes como un atentado contra la prosperidad y el bienestar de la comunidad.
La infección de las aguas (Símbolo)
Al principio, el Doctor Stockmann, al descubrir la infección de las aguas, ve en ello un problema meramente científico. Con el transcurrir de la trama, no obstante, la denuncia sobre la contaminación del balneario acaba trasladándose a una suerte de denuncia sobre todo el entramado social. De esa manera, en esta pieza, un tema prosaico como lo es la infección de las aguas acaba constituyendo una fuente de imágenes poderosamente simbólicas. Con el pasar de los actos, los desechos podridos que se cuelan por las cañerías en el agua de los baños públicos de la ciudad se transforman en un símbolo de la corrupción moral y espiritual que el protagonista acaba criticando en la sociedad.