Resumen
La acción se sitúa en un pueblo costero del sur de Noruega a fines del siglo XIX. En la casa del Doctor Tomas Stockmann se encuentra la señora Stockmann sirviendo la cena a Billing y a Hovstad, redactor y director -respectivamente- del periódico El Mensajero del Pueblo. El Alcalde (Pedro Stockmann) llega a casa de su hermano, pero Tomás no está aún. El Alcalde dialoga entonces con Hovstad acerca del balneario construido recientemente y el modo en que este configura la base de la prosperidad económica de toda la ciudad. Hovstad dice que Tomas escribió un artículo elogiando las propiedades curativas del balneario, pero que no lo publicó en su momento porque le pareció más oportuno esperar a que se aproximaran las vacaciones. Hovstad comenta también que el balneario es idea de Tomás, y el Alcalde apunta que sí, pero que él fue quien llevó a cabo la obra.
Llega el Doctor Stockmann con el capitán Horster, a quien se encontró en el camino. Todos se sientan a cenar. Tomás disfruta de la compañía de las personas estando de vuelta en su pueblo natal, después de pasar tantos años en un pueblo alejado del norte del país. Pedro le comenta a su hermano que el periódico publicará el artículo que este escribió elogiando el balneario. Tomas dice que no es momento de publicarlo: antes necesita los resultados de una investigación que emprendió recientemente. Pedro responde que, como presidente de la Sociedad del Balneario, debe pedirle que no actúe por sí mismo, como acostumbra a hacer, sino que someta toda cuestión al interés general. Tomas se sorprende por el comentario y Pedro se va. Hovstad y Billing vuelven al salón y preguntan por el Alcalde. Aclaran que solo dialogaron con él amablemente porque el periódico y el Gobierno están en una suerte de tregua. El capitán se retira, pero antes le preguntan si estará en tierra para las elecciones. Dice no interesarse en la política. Luego, Tomas le aclara a Hovstad que deberá posponer la publicación del artículo en su diario.
Llega Petra y le da a su padre una carta que recibió cuando salía para ir a trabajar en la mañana. Tomas se retira con el sobre con urgencia, para leerlo en soledad. Petra habla sobre su jornada laboral como maestra. Dice que en la escuela deben enseñar cosas en las que ni los maestros creen. A Petra le gustaría, de tener dinero, fundar una escuela diferente. Hovstad le pregunta si pudo leer el relato inglés que le había pedido que tradujera, y ella contesta que aún no.
Vuelve el Doctor Stockmann con la carta abierta en la mano, anunciando que habrá novedades para la ciudad. Lamenta que Pedro se haya retirado. Anuncia que el balneario del que tanto se vanaglorian, inclusive él, es en realidad una alta amenaza para la salud porque su agua está contaminada por los desechos de un valle. Cuenta a los presentes que él mismo comenzó una investigación cuando observó, la temporada anterior, que había varios casos de fiebre y tifus entre los turistas. La carta que trae es el resultado de los análisis químicos que comprueban sustancias insalubres en el agua.
Los presentes se alegran de que se haya descubierto tal cosa a tiempo. Hovstad le pregunta al Doctor qué hará y Tomas dice que se debe comenzar el arreglo cuanto antes. Todo el sistema de agua, todas las cañerías deberán reemplazarse. Petra le dice que entonces él tenía razón, y Tomas recuerda que escribió un artículo en contra de la construcción del balneario, cuando su hermano se encargó del último tramo de ejecución del mismo. En ese momento nadie lo quiso escuchar y llevaron a cabo la construcción de todos modos. Tomas dice tener ahora un informe completo para el directorio del balneario, y le pide a Petra que se lo mande al Alcalde con urgencia. Hovstad ofrece publicar un adelanto en el periódico, y Tomas le agradece. Luego Billing propone que se organice una manifestación en honor al Doctor, pero Tomas se niega a cualquier tipo de reconocimiento público. Todos brindan y el Doctor grita de alegría por haber hecho algo útil por su pueblo natal.
Análisis
El primer acto de la pieza presenta a los personajes principales y las relaciones que estos mantienen entre sí en los momentos previos al conflicto. Se evidencia, por ejemplo, el respeto del que goza el Doctor Stockmann en su ciudad natal, la buena relación que este mantiene con los miembros del periódico El Mensajero del Pueblo, el forzosamente cordial vínculo entre dicho periódico y el Alcalde del pueblo, así como la ligeramente áspera relación que el protagonista mantiene con su hermano. El muestrario de este estatuto de interrelaciones al iniciarse la obra es relevante en tanto será arduamente sacudido con el suceder de los actos. En esta línea, una cuestión relevante es el modo en que se introduce un elemento que será motivo de conflicto: el balneario. Este es presentado, en los primeros diálogos, como un símbolo de alegría y prosperidad, promesa de un porvenir esperanzador:
EL ALCALDE: Realmente, a nuestra ciudad la caracteriza un espíritu de convivencia y esa es la verdadera esencia de la civilidad. Es que existe un interés superior que nos une, un asunto que concierne por igual a todo ciudadano honrado.
HOVSTAD: El balneario, claro.
EL ALCALDE: ¡Exactamente! Y con estas nuevas instalaciones tan grandes, casi diría magníficas, estoy seguro de que muy pronto será la base de una importantísima riqueza para la ciudad.
(p.116)
No solo el personaje del Alcalde se pronuncia con entusiasmo sobre el tema, sino que sectores no precisamente oficialistas, como el periódico El Mensajero del Pueblo, coinciden en sus elogios al balneario. Este primer acuerdo entre personajes con intereses diferentes acerca de las propiedades del balneario sienta cierta objetividad en el carácter prometedor y plenamente positivo que tiene, al comienzo de la trama, este elemento que será núcleo de conflictos después. El consenso objetivo en este comienzo se completa por la opinión del Doctor Stockmann, que incluso lleva escritos informes elogiando el balneario. De este modo, la estructura de una obra en la que la “opinión pública” será un tema protagonista concentra sus bases en un consenso común, para luego hacer visibles las consecuencias de que un personaje traiga a la escena una opinión disonante. En ese movimiento de oponerse al consenso común, a la opinión pública mayoritaria, es que se constituirá el carácter trágico del protagonista en los actos siguientes. Sin embargo, ya en este primer acto aparece en boca del Alcalde, su hermano, algún indicio de esa inquietud que vuelve al Doctor Stockmann un personaje no tan asimilable con la mayoría: "Mi hermano ha tenido ideas de sobra en cada momento, y casi diría por desgracia. Ahora, cuando las cosas deben ser llevadas a la práctica, termina siendo necesario recurrir a otro tipo de hombres", afirma (p.117).
Es justamente ese carácter inquieto del Doctor Stockmann el que más preocupa al Alcalde, en tanto la búsqueda individual de la verdad de su hermano dificulta su gestión como político. Esta oposición de intereses comienza a asomar en este primer acto, en el diálogo que ambos mantienen cuando el Doctor dice querer posponer la publicación de su informe, escrito tiempo atrás, elogiando al balneario:
DOCTOR STOCKMANN: Pedro, por el momento no puedo decirte nada; al menos, no esta noche. Tal vez sea importante; o quizá nada en especial. Puede que sean tan sólo ocurrencias mías.
EL ALCALDE: Realmente, esto suena demasiado misterioso, ¿qué ocurre? ¿Hay algo que yo deba saber? Considero que como presidente de la Sociedad del Balneario…
DOCTOR STOCKMANN: Y yo considero que… ¡No!, no hay motivo para que nos tomemos de los pelos ahora, Pedro.
EL ALCALDE: Sabes que esa no es mi intención. Pero, por principio, siempre exijo que nos ajustemos a los reglamentos dictados por las autoridades constituidas. Evitemos los caminos sinuosos y las acciones clandestinas.
DOCTOR STOCKMANN: ¿Acaso alguna vez me has visto tomar caminos sinuosos o clandestinos?
EL ALCALDE: No digo que sí; pero tu bendita tendencia a tomar las cosas en tus manos no sería aceptable en absoluto en una sociedad legalmente organizada. Toda acción debe ser sometida al interés general; o, mejor dicho, a las autoridades que velan por tal interés.
(p.122-123)
En este último parlamento del Alcalde se presenta un tema central en la obra, que es el conflicto entre el bien común y el interés personal. El tema conserva en su interior un germen problemático, en tanto la pieza evidencia la dificultad en distinguir con claridad ambos conceptos. El Alcalde, en su calidad de representante del pueblo, se apropia del discurso del bien común, concepto mediante el cual muchas veces justifica su accionar individual. El bien común se presentará en la pieza como problemático en tanto la opinión pública aparecerá como algo menos asimilable a un genuino interés popular que a una materia manipulable tanto por las autoridades como por los medios de comunicación. Así, la opinión general sobre qué significa el bien común se presentará como cuestionable.
En este sentido, es preciso reparar en el nombre del periódico: El Mensajero del Pueblo. La naturaleza simbólica de ese nombre, en primera instancia, contiene en sí misma una suerte de ironía asociada: a lo largo de la obra se hará presente cómo este medio de comunicación, que se jacta de representar o reflejar la voz popular, es en verdad quien construye esa opinión pública. Por otro lado, el nombre del diario guarda un claro vínculo intertextual con el título de la obra de Ibsen. El modo en que el protagonista es considerado por la “opinión pública” a lo largo de la obra aparece reflejado en la relación que el Doctor Stockmann guarda con el periódico y sus integrantes. En relación a la opinión pública, el protagonista pasa de mensajero del pueblo a enemigo del pueblo.
Sin embargo, la cuestión simbólica no se agota en el nombre del periódico, sino que se extiende a la mayoría de los personajes de la obra en relación al rol social que representan. La crítica suele señalar la naturaleza alegórico-política de la pieza, en tanto los personajes y elementos principales de la obra pueden leerse como representantes simbólicos de la estructura social de un Estado. La ciudad balnearia funciona como imagen a escala del país y, por extensión, ilustra el funcionamiento de las estructuras sociales en el Occidente capitalista. Por su parte, en cada uno de los personajes principales se encarna un sector representativo del sistema de fuerzas de poder: Pedro Stockmann representa el gobierno estatal; el Doctor Stockmann, la ciencia médica; Morten Kiil, la burguesía productora y mercantil; Hovstad, los medios de comunicación; Petra, la educación; el sujeto colectivo de los ciudadanos, el pueblo.
Así, cada uno de estos personajes configura en la obra su carácter en relación a su función social. De la misma manera, las tensiones entre los personajes están estrecha y simbólicamente relacionadas con las tensiones que pueden darse dentro de un sistema social y estatal. Una de ellas es la relación entre los medios de comunicación, la población y las distintas instituciones o saberes que constituyen un Estado. En este primer acto, la tensión entre el poder político y el periodismo ya se vislumbra en el diálogo que el Doctor Stockmann mantiene con Hovstad, director del periódico:
HOVSTAD: Por lo visto, el Alcalde no estaba hoy de muy buen humor, ¿eh?
DOCTOR STOCKMANN: Es el estómago. Mi pobre hermano sufre de mala digestión.
HOVSTAD: Yo creía que sólo le indigestaba nuestro diario.
DOCTOR STOCKMANN: Pero, pese a ello, usted parecía llevarse muy bien con él hace un rato.
HOVSTAD: ¡No lo crea! Es simplemente una suerte de tregua.
(p.124)
Otra de las tensiones presentes en la obra es la que puede sintetizarse en la disyuntiva entre una perspectiva política-económica vs una perspectiva científico-médica. En este primer acto, la tensión empieza a construirse a modo de enfrentamiento entre los hermanos Stockmann. El Alcalde, desde su punto de vista, le plantea a su hermano la necesidad de que toda acción se someta al interés general o bien a “las autoridades que velan por tal interés”. El elemento en que se centra el “interés general”, en este primer acto, es el balneario. Es importante prestar atención al modo en que el Alcalde se refiere a los aspectos positivos que dicho balneario, producido durante su gestión, trae a la sociedad: "Además, al disminuir la pobreza, han bajado los impuestos para el resto y seguirán bajando si este año tenemos un buen verano, con más turismo y más visitas de gente en busca de curar sus dolencias. Ellos confirman el buen nombre de nuestros baños (…). Hasta hoy, el panorama es verdaderamente prometedor. Cada día llegan nuevos pedidos de alojamiento" (p.116).
El principal atributo positivo del balneario, es, tal como lo señala el Alcalde, su beneficio económico. Esto será de suma importancia para el desarrollo del conflicto, en tanto el Alcalde velará por proteger el beneficio que el descubrimiento del Doctor amenaza con destruir. El Doctor, por su parte, abocado a su tarea de médico-científico, sostendrá que lo más importante es la salud, contra la cual atenta la existencia del balneario que ahora descubre contaminado: "Efectivamente, aquí está. El análisis es la evidencia indiscutible de que en el agua hay sustancias orgánicas en descomposición e infusorios en grandes cantidades. Resulta absolutamente dañina para la salud, no debe ser bebida ni utilizada para los baños" (p.132).
El Doctor Stockmann asume en la pieza, en tanto representante del pensamiento y los saberes científicos, el estatuto de personaje delegado. Dentro de la estructura del drama moderno, se llama así al personaje que, en una obra, es el encargado de explicitar las condiciones de comprensión de la tesis planteada por el autor. A diferencia de otras obras de Ibsen, como Casa de muñecas, donde la figura del científico-médico (el Doctor Rank) ocupa un lugar lateral, aquí el Doctor Stockmann es el protagonista de la acción dramática, por lo que el discurso que este encarna aparece en primer plano:
DOCTOR STOCKMANN: ¡Todo el balneario es un agujero apestoso! (…) Digo que todo el balneario no es más que un fétido sepulcro blanqueado, eso es lo que digo. Que es una altísima amenaza para la salud. Todos esos deshechos del valle de los molinos, esos residuos que huelen tan mal, llegan a los pozos, infectan el agua de las cañerías, y después, a través de los desagües, ese líquido envenenado desemboca en la playa…
HORSTER: ¿En el balneario?
DOCTOR STOCKMANN: Precisamente allí.
(p.131)
En esta obra, el personaje delegado no solamente comunica saberes de índole científica, sino que a partir de determinado momento se servirá de ellos para establecer una crítica a la configuración social. De esa manera, en esta pieza, un tema prosaico como la infección de las aguas acaba constituyendo una fuente de imágenes poderosamente simbólicas. Con el pasar de los actos, los desechos podridos que se cuelan por las cañerías en el agua de los baños públicos de la ciudad se transforman en una metáfora de las mentiras y las hipocresías que el protagonista acaba criticando en la sociedad. Como señalamos anteriormente, en el sistema alegórico de la pieza, el balneario representa, en escala, un país: la metáfora de la podredumbre funciona entonces como una crítica, por parte de la pieza, a la sociedad y al Estado.
Es necesario explicitar que, en esta obra, los personajes no están construidos únicamente por su valor referencial o simbólico, sino que también poseen cierta interioridad y carácter que los constituyen en su individualidad. Uno de estos casos es el del personaje protagonista, cuyos atributos individuales -positivos y negativos- se configuran a partir de detalles presentes en su accionar y en sus parlamentos. Puede encontrarse un ejemplo de esto en la escena en que Petra le da la carta a su padre y este se lleva el sobre con urgencia a otra habitación. El diálogo entre Petra y su madre da a entender que nadie, ni siquiera el entorno familiar, está al tanto de las investigaciones del Doctor, que recién contará de qué se tratan cuando tenga en sus manos los resultados de los análisis que confirmen científicamente su sospecha. Detalles como este configuran al personaje protagonista como un hombre honesto, un profesional responsable, lo cual contribuirá luego al efecto inesperado cuando los otros personajes, así como el pueblo entero, le atribuyan el carácter de mentiroso, enemigo popular y corrupto, entre otras acusaciones.
En este primer acto se configura también el carácter de Petra en tanto heredera de los ideales del Doctor Stockmann, su padre:
PETRA: Hay tanta mentira en casa como en el colegio. En casa hay que callarse, y en el colegio debemos mentirles a los niños.
HORSTER: ¿Se ve usted obligada a mentir?
PETRA: Sí, ¿no le parece que enseñamos muchas cosas en las que ni nosotros mismos creemos?
BILLING: Sí, claro que lo creo.
PETRA: Si tuviera los medios, fundaría yo misma una escuela. Pero totalmente diferente.
(p.129)
Aunque enfocado en la materia educativa, el discurso de Petra acerca de la mentira en tanto saberes obsoletos que sin embargo continúan promulgándose se asemeja a lo que planteará el Doctor en los últimos actos de la obra. En la misma línea, el parlamento final de Petra en el fragmento citado funciona como indicio del desenlace de la trama: en el último acto, el Doctor le propondrá a su hija, de hecho, fundar su propia escuela.
En este primer acto también se presentan otras cuestiones laterales que luego influirán en la trama. Por ejemplo, se comenta sobre la proximidad de las elecciones, lo cual tendrá un peso en la motivación del personaje del Alcalde en los actos siguientes y justificará el fervor con el que el personaje se opone al accionar de su hermano médico. Por otra parte, en este mismo diálogo se menciona la voluntad del capitán Horster de viajar a América la semana siguiente al presente de la acción. Esa cuestión será retomada en el acto IV, cuando el Doctor Stockmann quiera exiliarse y le pregunte si él y su familia pueden viajar con él.
El inicio de la pieza presenta entonces los posicionamientos de los distintos personajes, muchos de los cuales se verán exacerbados con el transcurrir de la trama. Pero, de un modo quizás inverso, aparecen también en este primer acto ciertas afirmaciones o aspiraciones que se verán completamente transformadas o frustradas con el transcurso de la obra. Es el caso de los numerosos comentarios que realiza el Doctor Stockmann acerca de la alegría que le produce estar viviendo en su pueblo natal, luego de su estadía en una ciudad del norte del país: "Sírvanse, mis amigos. Yo seguiré con mi pipa. Ella me ha ayudado a capear más de una tempestad allá en el Norte. ¡Cuánto mejor se está aquí, tranquilo y sin problemas!" (p.125).
La alegría del Doctor en el primer acto de la pieza se da en comparación a las “tempestades” que debió sortear en su estadía en otra ciudad del norte del país, un lugar más solitario. Todos estos comentarios, por parte del Doctor, aludiendo a la calma y la tranquilidad de la que goza en su hogar y en compañía de sus conciudadanos, constituyen una suerte de ironía si se las observa teniendo en cuenta el devenir de la situación: el Doctor, luego de ser llamado “enemigo del pueblo” y ver su casa apedreada, deseará en el último acto vivir en una isla solitaria.
Un enemigo del Pueblo, es, según apunta la crítica, la obra más directamente política de Ibsen. Las fuerzas en conflicto que, en términos de poder, tienen lugar en la pieza, se dan en escalas sociales diversas, tanto en lo macro como en lo micropolítico. Por ejemplo, el hecho de que en la obra se enfrenten dos hermanos (Tomas y Pedro), más allá de su significación en la sociedad (el médico científico y el Alcalde), lleva la metáfora política al seno de la familia, es decir, al espacio micropolítico. De este modo, la pieza plantea lo indesligable de las esferas: evidenciará en su desarrollo cómo las decisiones que se dan en el plano político y social repercuten en el plano individual, y viceversa.