República Elementos Literarios

Diálogo, tratado filosófico.

El diálogo tiene lugar en el Pireo, zona de la Grecia Antigua cercana a Atenas. El contexto histórico es cercano al de la vida de Platón, es decir, los siglos V y IV a.C. El período está marcado por las consecuencias politicas de las Guerras del Peloponeso, que provocan la decadencia de Atenas.

Sócrates, narrador y protagonista de este texto, conduce el diálogo con diferentes interlocutores. Algunos de ellos concuerdan con el filósofo y otros se le oponen, pero las conclusiones e ideas sólidas de la obra siempre se postulan desde el punto de vista de Sócrates, presentado como un gran maestro, un sabio de enorme inteligencia.

El tono de las afirmaciones y conclusiones de la obra es elevado, intelectual, comprometido. Por su parte, los interlocutores conversan de manera relajada, manteniendo un trato informal entre ellos, y, por momentos, incluso hacen comentarios irónicos o chistosos.

Sócrates es el protagonista de la obra. Trasímaco, que encarna la tiranía, es su mayor antagonista en el diálogo.

Los interlocutores observan que todas las ciudades de su tiempo son corruptas y procuran construir una organización política perfectamente justa, aunque reconocen que es muy difícil llevarla a cabo en la realidad.

Las páginas finales de la obra funcionan como su clímax, ya que, al explicar, qué ocurre con las almas después de la muerte del cuerpo, Sócrates integra todos sus planteos y provee una justificación final de por qué los hombres deben conducir sus vidas según las ideas de justicia y de bien.

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La 'República' presenta múltiples alusiones a los poemas homéricos, es decir a la 'Ilíada' y la 'Odisea'. Sócrates las usa para argumentar por qué prohíbe la presencia de la poesía en su ciudad ideal, y exhibe cómo Homero reproduce ideas falsas sobre los dioses y sobre los héroes, mostrándolos muchas veces como cobardes, egoístas o mezquinos. Esto es peligroso, pues aporta malos ejemplos, sobre todo para los jóvenes que pueden dejarse llevar por el engaño y comportarse de manera poco virtuosa.

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Una paradoja señalada en el diálogo es el hecho de que las multitudes, por ser ignorantes, rechazan y discriminan a los verdaderos filósofos, quienes terminan aislándose y viviendo en soledad cuando en realidad deberían ser los gobernantes que guíen a esas multitudes.

La relación analógica entre el individuo (más específicamente, su alma) y la ciudad implica paralelismos entre ambos: la polis tiránica, por ejemplo, es gobernada por hombres tiránicos. Las características de los últimos se establecen en paralelismo con las características de la primera.

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