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¿Por qué es posible afirmar que, para Platón, la poesía es peligrosa?
En la República se plantea con firmeza la expulsión de los poetas de la ciudad ideal, perfectamente justa que construye Sócrates, su protagonista, como portavoz de las ideas de Platón, su autor. Esto se debe a que dentro de esta teoría filosófica y política, los poetas trabajan con las apariencias, con falsedades, con mentiras, es decir, con lo contrario a lo justo, lo bueno, lo verdadero. Sócrates retoma fragmentos de textos literarios, como los poemas homéricos, para demostrar que postulan imágenes negativas de los dioses. Esto es inevitablemente mentira, argumenta, porque los dioses solo pueden ser fuente de bondad. La poesía es peligrosa porque trata muchos de los temas que más le interesan a este autor, pero desde ángulos moralmente cuestionables. Así, confunden a los niños y jóvenes que deben formar su carácter orientándose pura y exclusivamente hacia la virtud.
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¿Qué tipo de relación establece la obra entre el individuo y la ciudad?
En esta obra hay una analogía explícita entre el individuo y la ciudad. Sócrates la postula con nitidez porque cree que la justicia individual reside en una parte muy pequeña del alma del individuo, y por eso es difícil de apreciar. La ciudad, por su parte, tiene las mismas características que el hombre individual, pero, como su tamaño es mayor, es más fácil acceder a la justicia en ese plano. Esta analogía se aprovecha mucho a lo largo de toda la obra. Por ejemplo, en el Libro VIII se presentan las cuatro formas corruptas de ciudad y, en paralelo, se describen los hombres que viven en ella. De esa manera, junto a la ciudad gobernada por una tiranía, se describe al tirano.
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Las ideas de Platón sobre la naturaleza y las funciones de las mujeres son complejas. ¿Por qué?
Las ideas de Platón sobre la naturaleza y las funciones de las mujeres son complejas porque, sobre todo desde la perspectiva contemporánea, guardan una contradicción. Por un lado, el punto más interesante e innovador de su postulado es que las mujeres son en esencia iguales a los varones. Por eso pueden recibir la misma educación y realizar las mismas tareas en la adultez. Sin embargo, también se sostiene que de modo general las mujeres son más débiles y que los hombres realizan todas las tareas importantes mejor que ellas. Además, hay un foco importante en la división sexual de las personas según sus funciones reproductivas y, así como se estimula a los mejores varones a tener mucho sexo con muchas mujeres, ellas no parecen tener la posibilidad de tomar decisiones al respecto.
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¿Cuál es el gobernante ideal de acuerdo con esta obra y qué características tiene esa figura?
El gobernante ideal para la ciudad ideal que Sócrates construye de palabra es el filósofo-rey. En su teoría política, es necesario que gobiernen aquellos que se dedican a la filosofía porque, de lo contrario, la humanidad no podrá superar la corrupción de sus ciudades. Este hombre es aquel que ama realmente el conocimiento verdadero. A su vez, es seleccionado mediante un arduo, extenso y exhaustivo proceso educativo que dura varias décadas. La clase de los guardianes recibe esta educación de privilegio, que incluye los deportes y el arte de la guerra, la música, las ciencias y, finalmente, la didáctica. Sin embargo, solo los más excelentes en todas las áreas son seleccionados y pueden continuar con las etapas superiores hasta convertirse en gobernantes. Es preciso señalar, por último, que el filósofo-rey no gobierna porque desee estar en el poder, sino porque tiene un compromiso ciudadano: es la tarea para la que fue moldeado y cumple esa responsabilidad considerándola el mayor honor.
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¿Cómo se relaciona la inmortalidad del alma humana con las ventajas del comportamiento justo?
El Libro X da cierre a esta obra presentando una justificación final de la superioridad de la justicia sobre la injusticia. Desde el comienzo, Sócrates pretende argumentar por qué conviene ser un hombre justo, es decir, cuáles son las recompensas que reciben aquellos que conducen sus vidas de manera virtuosa. En este apartado final relata, a través de la historia de Er, qué ocurre con el alma humana una vez que el cuerpo muere: las almas de quienes se comportaron acorde al bien son recompensadas con la resurrección, mientras que las almas tiranas son condenadas a mil años en el infierno. Entonces, la inmortalidad del alma surge en relación con un principio aforístico crucial del pensamiento platónico: la virtud tiene recompensas; es bueno y conveniente vivir de manera justa. De este modo, en las últimas palabras de la obra, nos recuerda una vez más que la felicidad se relaciona directamente con esa recompensa divina por haber vivido buscando el bien, lo cual es haberse comportado siempre de acuerdo con la justicia.