El cómic de Art Spiegelman aúna numerosas decisiones estilísticas que refuerzan el sentido de la obra y dan por resultado una historieta particular y única. El estilo es una de las razones por las cuales Maus se consagra como un cómic sumamente efectivo, lo que lo hace destacar entre el resto de las producciones.
Una de las cuestiones de estilo más características de la obra es la inclusión de elementos de archivo reales, readaptados al dibujo pero conservando un alto grado de fidelidad con la referencia original: los planos de los búnkers construidos por Vladek, los mapas, los billetes de tren, los manifiestos, las cartas y las fotos componen un conjunto de documentación histórica fundamental para darle peso al relato. Para que se destaquen respecto a otros cuadros, los elementos de archivo son representados de forma oblicua, separados de la continuidad de las viñetas, generando así la sensación de que se trata de un complemento que se anexa a la historia, vinculado más al trabajo de entrevistador de Art que a la historia en sí. Un ejemplo de ello puede observarse en las cartas, los manifiestos y los mapas que se incluyen en las páginas 62, 84 y 213, o las fotografías familiares en las páginas 19, 274 y 275.
La inclusión de viñetas oblicuas no solo se utiliza a lo largo del cómic para anexar material de archivo, sino también para remarcar acciones o momentos de gran relevancia para la vida interior de un personaje. Por ejemplo, cuando Anja entra en estado de depresión posparto, la viñeta en la que le dice a Vladek que no quiere vivir se presenta de manera oblicua (p. 33). Otro ejemplo se da más adelante en la historia, cuando Anja y Vladek están ocultos en el cobertizo del conserje y son delatados por una vecina polaca. La viñeta en la que la mujer llama a la policía porque avistó a dos judíos (p. 139) se presenta también de manera oblicua, enfatizando el impacto de las acciones de esta mujer en Anja y Vladek.
Otro recurso estilístico característico en Maus es el uso del círculo como elemento que enmarca la atención en algo, con la intención de subrayar y otorgar protagonismo. En general, este recurso aparece en los puntos de inflexión que requieren una mayor atención del lector, como cuando Vladek y Anja se reencuentran después de que Vladek sea reclutado por el ejército para pelear contra los alemanes (p. 35). Otro ejemplo de este recurso aparece cuando Vladek, en medio de una redada, no sabe si caminar lento o correr para escapar (p. 82). En este momento del relato, Vladek se siente inmovilizado por su condición de judío, y supone que todo lo que haga levantará sospechas. En este caso, el recurso del círculo aparece en la viñeta con una leve modificación, adoptando la forma de una estrella judía y cumpliendo la doble función de explicar la situación y enfatizar la dimensión identitaria del problema.
Otro recurso de la obra tiene que ver con la forma en que se estructuran y combinan las viñetas que corresponden a la narración del pasado con las del presente: Spiegelman utiliza sabiamente numerosos recursos para que esos saltos temporales se integren en la narración. Un claro ejemplo de esto puede observarse en la página 229, cuando el humo del cigarrillo de Art coincide con la punta de la chimenea de los campos de concentración que se encuentra en la viñeta de abajo.
El último aspecto estilístico que nos interesa destacar está vinculado con la pretensión constante de objetividad del autor. Como Maus no se trata de una historia autobiográfica, Art reconstruye hechos que no ha vivido personalmente. Por este motivo, se pueden rastrear a lo largo del cómic enfrentamientos entre la versión de Vladek y la realidad documentada. En algunos casos se explicita la imprecisión de Vladek, como cuando no sabe cómo mueren realmente sus compañeros prisioneros y teoriza una serie de muertes posibles. En otro caso, cuando Vladek confiesa no haber atestiguado cómo los nazis solían estampar a los niños contra la pared hasta matarlos, la escena aparece a medio tapar por el globo de diálogo (p. 110).
En otra situación, en la página 214, Vladek no recuerda la orquesta que toca mientras los prisioneros marchan a trabajar, un evento difícil de negar por la abundante documentación que prueba su existencia. Ante la pregunta de Art sobre la orquesta, esta aparece en una viñeta tocando a un costado del camino. Cuando Vladek indica que no la recuerda, la orquesta queda casi tapada en su totalidad por el tumulto de prisioneros. De esta forma, el relato no pierde objetividad, pero mantiene el respeto por la versión de su padre, afectada sin duda por la intensidad de las vivencias y por el paso del tiempo. Por esto mismo, más adelante se puede detectar una confusión temporal: Vladek otorga dimensiones de tiempo contrapuestas, lo que le imposibilita a Art ordenar las fechas de forma coherente. En este caso, el autor introduce una línea de tiempo en la página 288, pero cubre la parte de la contradicción temporal con un globo de diálogo de Françoise que irrumpe en la escena y logra mediar entre la realidad de los hechos y el relato de su padre.
Como hemos visto, la distribución de las viñetas en la página y sus formas otorgan nuevas capas de sentido y ayudan al lector a focalizarse en momentos claves de la historia. Los que hemos mencionado son los recursos más importantes que utiliza Art Spiegelman para dar unidad y sentido a su novela gráfica.
