Resumen
Este capítulo toma lugar la noche siguiente, mientras todos los hombres están en el burdel gastándose su sueldo a excepción del débil trio de Crooks, Candy, y Lennie. El escenario se encuentra en “un pequeño cobertizo que sobresalía de la pared del granero” (35) donde Crooks tiene su cuarto. Steinbeck nos da un vistazo a la vida callada, ordenada y sola del peón del establo. Mientras Crooks es menospreciado en toda la granja, en su cuarto este es el soberano; ninguno de los trabajadores se mete en su espacio.
Lennie, sin embargo, no comprende el código informal de la segregación racial. Lennie se aparece en el marco de la puerta de Crooks mientras revisa a su cachorrito en el establo. Crooks le dice a Lennie que se marche, pero el gran hombre no puede entender que no es bienvenido. Al final Crooks cede, y le permite a Lennie sentarse a hablar con él. Lennie le dice a Crooks sobre “los conejos” y Crooks se queja de su maltrato por ser Afro-Americano. Esta conversación toma un giro desconcertante cundo Crooks se burla de Lennie por su falta de independencia; Crooks le pregunta de forma burlona que haría si George estuviera herido. Incapaz de pensar hipotéticamente, Lennie piensa que George está bajo amenaza. Con un poco de dificultad Crooks logra calmar a Lennie y se porta más amable con él. Sin embargo, su actitud amargada permanece cuando este le dice que el sueño de Lennie de poder tener una granja con conejos no se volverá realidad.
Candy viene al establo a buscar a Lennie y Crooks se siente secretamente feliz de tener compañía después de tantos años de soledad. Estos continúan hablando de su plan de comprar una granja y Crooks comienza a aceptar la idea, y hasta ofrece sus servicios y dinero si estos hombres lo aceptan en su granja.
Justo cuando están más emocionados con el plan, la mujer de Curley entra aparentemente buscando a Curley. Esta insulta a los hombres, señalando su debilidad. Este comentario ofende a los dos hombres mentalmente capacitados, pero Lennie la encuentra fascinante. Esta ventila su frustración al no tener a nadie con quien hablar y comienza a quejarse de no haber podido convertirse en una estrella del cine por haber conocido a Curley. Claramente, esta mujer no quiere a su esposo y les dice a los hombres que ella sabe que su marido ha sido vencido en una pelea– y por lo tanto su mano no fue lastimada en una maquina como este le ha hecho pensar. Lennie felizmente le cuenta a esta sobre “los conejos” pero esta tacha su sueño como algo inalcanzable. Mientras Lennie habla, la mujer se da cuenta de los golpes en la cara de Lennie y deduce su envolvimiento en el “accidente” de Curley. La mujer coquetamente felicita a Lennie por bajarle los humos a Curley y Lennie se enamora más de su belleza.
Crooks firmemente le ordena a la mujer que se marche y la mujer se torna agresiva, recordándole que en cualquier momento esta puede acusarlo de violación y hacer que lo maten. Crooks y Candy momentáneamente toleran sus ínfulas de grandeza hasta que Candy oye a los demás hombres llegar, lo que finalmente lleva a la esposa de Curley a marcharse. Pronto George llega buscando a Lennie; este regaña a Candy por hablar del plan de comprar una granja. Crooks les asegura que a fin de cuentas él no quiere formar parte de este plan.
Análisis
Steinbeck ya ha contrastado implícitamente la existencia sola e individualista de la mayoría de los trabajadores del rancho con la actitud más colectiva de George, Lennie y Candy. En el capítulo Cuatro este contraste se vuelve aún más marcado. En efecto, cuando Crooks, Candy y Lennie – los tres individuos mentalmente o físicamente discapacitados del rancho– discuten su sueño de vivir de la tierra y tener una granja uno puede oler un aire de socialismo en el ambiente. Por un momento, estos se pueden imaginar una vida libre prejuicios y racismo, en la cual cada hombre trabaja por sobrevivir igualmente sin importar su color o discapacidad.
Es apropiado que los tres hombres más “débiles”, por decirlo de alguna manera, colaboren en este sueño. Metafóricamente hablando, estos tres hombres representan al proletariado – aquellos trabajadores oprimidos por la sociedad– unido para formar un tipo de utopía socialista. O, por lo menos, solamente fantasean con formar una alianza similar. Es posible apoyar mas esta interpretación socialista entre más uno conoce sobre la teoría Marxista. Uno puede categorizar la descripción del pasado de Crooks– cuando este tenía una granja propia– como un “pasado utópico” socialista del cual el trabajador ha sido arrebatado. Uno hasta pudiera considerar a George como un tipo de revolucionario de clase media que lidera al proletariado fuera de su oprimida posición a un mejor futuro. Por supuesto, uno tiene que recordar que dicha revolución es una de escala pequeña– estos desean solamente mejorar sus propias vidas, no la vida de la humanidad en general. Para el final del capítulo, Crooks ya ha abandonado completamente su sueño de tener una vida de granja.
También es necesario notar que la fantasía de esta granja no parece incluir mujeres. En efecto, la mujer de Curley emerge en este capítulo como un personaje más complejo y más odiado que antes. Ella es más que una simple ramera; al mismo tiempo esta representa una clara interrupción a la fantasía socialista que los tres hombres contemplan contentamente. Ciertamente esta los interrumpe cuando estos están en la cima de su sueño. Esta mujer es la serpiente– o quizás más apropiadamente, la Eva– en este jardín, lo que hace este sueño difícil, si no es que imposible, de obtener.
Simultáneamente, por lo menos esta mujer se conoce a sí misma. En este capítulo se nos permite dar un vistazo al descontento de la esposa de Curley, y su frustración con la vida puede compararse con la frustración de los otros tres hombres que han sido dejados atrás. Esta mujer es especialmente similar a Crooks; los dos son obviamente inteligentes y consientes de ellos mismos y también de los demás a su alrededor, y los dos también cargan con una amargura proveniente del maltrato que sufren día a día. Uno es maltratado por su color de piel, y la otra por ser mujer. Los dos personajes tienen una percepción desalentadora pero acertada de la actitud de los demás. La mujer de Curley comprende el deseo profundamente arraigado en los hombres por poseer a una mujer y la rivalidad generada en los hombres por esta razón, y también es consciente de su papel como villana en esta lucha eterna por prevalecer.
Sin embargo, esta mujer también está lista para asumir este papel de villana. Esta sabe cómo usar las injusticias de la vida para su propio beneficio, lo que queda claro cuando esta amenaza con acusar a Crooks de violación. Esta mujer sabe que si llegara a hacer una acusación así, Crooks seria linchado solo por ser un hombre de raza negra. A pesar de este relativo poder que esta mujer tiene, es claro que esta tiene miedo de su marido ya que se marcha a hurtadillas de la casa de los peones cuando los hombres regresan. La mujer de Curley se encuentra atrapada, y sin importar lo descarada y manipuladora que pueda ser, últimamente es una de las figuras relativamente con menos poder en la novela. Como consecuencia esto la lleva a ganarse la simpatía del lector hasta cierto punto.
Al acercarnos más al clímax de la novela, es importante notar como Steinbeck cuidadosamente ha continuado el desarrollo de relaciones entre personajes. La mujer de Curley– la fuente de tensión en la granja– y Lennie– quien es capaz de obrar con bruta (o inocente) violencia– al fin han entrado en contacto. Una vez más, es curioso notar que su relación es sutilmente sexual. La mujer de Curley coquetamente se refiere a Lennie como a una “maquina” (42) – revelando así que está al tanto de cómo su esposo resulto lastimado y dando a entender su atracción por “las maquinas.” Lennie es incapaz de corresponder a este tipo de coqueteo. Lennie es presentado como un simple animal, atraído a la mujer de Curley por simple instinto. El efecto de la mujer en los caballos al salir del granero es similar al efecto generado en Lennie: “Y mientras atravesaba el establo repicaron las cadenas de los ronzales, y algunos caballos resoplaron y otros golpearon los cascos” (42). Lennie, quien es noble y terriblemente peligroso al mismo tiempo, está a la merced de esta mujer– lo que significa que esta mujer también está a la merced de Lennie, aunque ella no esté consciente de eso todavía.