La iglesia (símbolo)
La Iglesia es un símbolo recurrente en la novela y representa tanto el camino hacia el ascenso social como la hipocresía de la sociedad. Para Julien, la Iglesia se convierte en un medio para alcanzar la posición social deseada, pero también muestra la corrupción y la falta de autenticidad en la búsqueda del poder.
La hipocresía social (motivo)
La hipocresía social es un motivo recurrente que Stendhal critica a lo largo de la novela. La sociedad de la Restauración borbónica se presenta como un entorno donde la apariencia y las convenciones sociales prevalecen sobre la autenticidad. Este motivo refleja la crítica de Stendhal a las limitaciones y las injusticias de la sociedad de su época.
La cabeza cortada (símbolo)
La escena final de la novela, donde Julien es ejecutado y su cabeza es cortada, simboliza la culminación de sus ambiciones y la trágica consecuencia de sus elecciones. La cabeza cortada se convierte en un símbolo impactante de la inevitable caída de Julien y la intransigencia de la sociedad hacia aquellos que desafían las normas establecidas.
El amor prohibido (motivo)
El tema del amor prohibido entre Julien y Madame de Rênal, así como su posterior relación con Mathilde, añade capas de drama y conflicto a la trama. Este motivo literario subraya la tensión entre las normas sociales y las pasiones individuales, contribuyendo a la complejidad emocional de los personajes.