Estación de tren abandonada (símbolo)
En Los Ojos, Julia se sorprende al ver que la estación central de tren está abandonada. Mientras que antes "bullía de gente", Julia se sorprende al verla "ahora tapiada, con la pintura roja desprendiéndose a tiras gigantes". La desaparición de la estación simboliza el paso del tiempo y la evolución de los recuerdos de la infancia. Cuando Julia descubre que la compañía de trenes era corrupta e incapaz de mantener la estación, pierde la imagen idealista de su comunidad mexicana. Esta desilusión se agrava aún más cuando es testigo de un tiroteo mortal en Los Ojos.
Judith mata a Holofernes (alegoría)
Un día después de clase, Julia va al hotel Continental con la esperanza de encontrar más información sobre las visitas de Olga. Después de que la recepcionista no le dé ninguna información debido a las normas de confidencialidad, Julia decide visitar un museo. Allí queda fascinada por Judith matando a Holofernes, un cuadro barroco del siglo XVII. La obra representa el asesinato del general asirio Holofernes a manos de Judit. Judit, ayudada por Abra, su criada, decapita al general después de que éste se haya dormido en un estado de embriaguez. La obra puede interpretarse como un paralelismo de la esperanza de Julia de vengar al jefe de Olga (y padre del hijo nonato de Olga). También podría simbolizar la fuerza y determinación de Julia en su vida tras la muerte de Olga.
El hambre (motivo)
A lo largo de la novela, Julia se refiere repetidamente al hambre intensa que experimenta con frecuencia. Aunque la familia Reyes es pobre, la muerte de Olga intensifica sus dificultades económicas. Olga contribuía a los ingresos de la familia trabajando como recepcionista médica y, tras su muerte, Amá y Apá luchan por llegar a fin de mes. El apetito de Julia trasciende la sensación física de hambre. Más bien representa la escasez y la necesidad que caracterizan su existencia cotidiana. El hambre de Julia también simboliza su mayor sensación de malestar en su vida. Este "hambre" la motiva a escapar de la pobreza cíclica y a crearse un futuro mejor.
La lectura (motivo)
Desde el principio de la novela, Julia expresa su amor por la lectura y la literatura. Supera las expectativas en su clase de inglés y demuestra su potencial para ser una escritora de talento. La lectura proporciona a Julia un escape literal y metafórico de su realidad. Al sumergirse en historias, es capaz de involucrarse en mundos diferentes al suyo. Además, la lectura y la escritura permiten a Julia invertir en su educación y trabajar para recibir una beca completa para asistir a la universidad en Nueva York. El amor de Julia por la lectura también le permite conocer a Connor, y su posterior relación es enriquecedora, cariñosa y enraizada durante una época turbulenta.
La quinceañera de Julia (Símbolo)
Tras la muerte de Olga, Amá y Apá deciden organizar una fiesta de quince años para Julia. Julia se sorprende ante su insistencia en organizar la fiesta, ya que su situación económica es precaria. Tampoco está segura de la fecha de la ceremonia. Durante su periodo de luto, parece inapropiado que la familia organice una fiesta meses después de que Julia haya cumplido quince años. Aunque Julia protesta, Amá insiste especialmente. A medida que se acerca la quinceañera, Julia se da cuenta de que simboliza un rito de paso para que Julia se transforme en la "perfecta hija mexicana". La quinceañera exacerba aún más la inadecuación y la infelicidad que Julia siente tras perder a su hermana.