Elisa habla con perfecta armonía y pronunciación, pero contando la estrepitosa muerte de su tía (Ironía situacional)
En el acto tercero, Higgins y Pickering presentan a Elisa frente a personas de alta sociedad, como lo son Mrs. Higgins y los Eynsford. Ellos procuran demostrar los avances que lograron en Elisa en lo que refiere a su correcta pronunciación y modales a la hora de expresarse. Sin embargo, la situación resulta irónica: los delicados modales y la perfecta pronunciación de Elisa, típicos de la clase alta, contrastan fuertemente con la temática de su conversación, del todo inapropiada para una dama de sociedad.
Freddy admira a Elisa por "imitar tan perfectamente" el lenguaje de las clases populares, sin saber que en realidad la muchacha es una pobre florista intentando hablar como una dama de sociedad (Ironía dramática)
Tras ver a Elisa hablar con correcta pronunciación y armonía sobre temas más típicos de las clases bajas, Freddy admira a esa mujer como si esta acabara de realizar una suerte de performance: "Me hace mucha gracia. Había oído decir que en la alta sociedad se usa ahora el lenguaje de las clases populares como diversión. Ahora, nunca creí que una persona de la categoría de usted lo pudiese imitar tan perfectamente. ¡Qué bien lo hace usted!" (p.63), manifiesta el joven. La situación es irónica en tanto Elisa no es una dama de alta sociedad imitando a una mujer de clase baja, sino precisamente lo contrario.
Higgins ordena tratar con respeto a Elisa, y en la misma frase refiere a ella de un modo irrespetuoso (Ironía verbal)
En el quinto acto, Mrs. Higgins reprende a su hijo y le ordena que trate con respeto a Elisa. El joven promete hacerlo y luego proclama: "Repórtese y trate con el mayor respeto a esa pindonga que hemos recogido en el lodo" (Acto V, p.84). La respuesta de Higgins es irónica, en tanto ordena respetar a la muchacha y, en la misma oración, se refiere a ella irrespetuosamente.
Luego de que Higgins propone brutalmente a Elisa que vuelva a la casa y deje de molestar, Mrs. Higgins felicita a su hijo, diciéndole que ninguna mujer podrá negarse a tan fina invitación (Ironía verbal)
En el quinto acto, Higgins le insiste a Elisa para que vuelva a la casa, pero lo hace sin ningún tipo de respeto, como si ella no fuera una mujer con voluntad propia, sino una cosa. Inmediatamente después, Mrs. Higgins felicita a su hijo y le dice que ninguna mujer podría nunca negarse a tan fina invitación. Su respuesta consolida una ironía verbal, puesto que lo que la mujer está dando a entender es justamente lo contrario.