Demetrio muere en el mismo lugar en el que obtiene su primera victoria en la novela.
Resulta trágico e irónico a la vez que Demetrio muera en el preciso lugar en el que obtuvo su primera victoria. Su muerte, además, coincide con su vuelta a casa. La ironía radica en que Demetrio sale huyendo de su casa precisamente porque es perseguido por los federales y logra sobrevivir, reponerse y ascender. Cuando quiere regresar a casa lo hace asediando a otros, los enemigos carrancistas y, en esta ocasión, muere.
El oficial a cargo de los federales en Fresnillo imagina la carta que escribirá cuando obtenga la victoria y que le procurará un rango mayor, pero finalmente quien gana esa batalla y es ascendido es Demetrio.
En el Capítulo 16 de la Primera parte, el oficial que está a cargo de los federales en el pueblo cercano a Fresnillo piensa por un momento que les ha tendido una emboscada exitosa a Demetrio y sus hombres. Mientras espera que su teniente traiga presos a los rebeldes o le dé noticias de su muerte, el oficial imagina la carta que escribiría dando cuenta de su victoria y, luego, imagina como eso le procuraría el rango de Mayor. Al final de ese combate, los federales son derrotados y quien recibe el ascenso a "Coronel" es Demetrio Macías.
Las mujeres que están en la casa de don Mónico insisten en que el cacique no está allí, a pesar de que tanto sus hijos como todas sus pertenencias se encuentran en el lugar.
En esta parte Demetrio y sus hombres han invadido la casa de don Mónico en Moyahua con la idea de tomar venganza. Allí se encuentran con que solamente hay mujeres y niños. Demetrio y los demás, sin embargo, sospechan que el cacique se encuentra allí. Para poner en evidencia que las mujeres mienten, Pancracio pronuncia estas palabras: "—¿Y los chamacos? —inquiere Pancracio brutalmente—. ¿Nacieron de la tierra?"(p. 99), en alusión a que sería demasiado extraño que don Mónico se hubiera escapado dejando a sus hijos allí. Al preguntar "brutalmente" si nacieron de la tierra, Pancracio, que es uno de los hombres más violentos del círculo más cercano a Demetrio, busca intimidar a las mujeres. Está claro que las palabras de Pancracio no pueden ser tomadas literalmente, y que él buscaba presionarlas con una frase irónica. Luego de esto, los hombres encuentran a don Mónico escondido en un aparador.
Los soldados admiran a Pancho Villa porque les roba a los ricos para repartir el botín con los pobres, pero ellos les roban a los pobres cuando saquean los pueblos.
En el capítulo 20, los hombres de Demetrio y de Natera escuchan rumores de que Pancho Villa está por llegar a Zacatecas. Los hombres comparten las historias que conocen sobre él y su figura termina por parecer materia de leyenda. Entre lo que se dice de él aparece esta cita: "Villa es la reencarnación de la vieja leyenda: el bandido-providencia, que pasa por el mundo con la antorcha luminosa de un ideal: ¡robar a los ricos para hacer ricos a los pobres!" (p.74). La ironía residen en que el narrador está focalizando la descripción desde la perspectiva de los soldados, quienes admiran el carácter justiciero de Villa, pero que son capaces de saquear hasta la casa más humilde. Lo que los hombres admiran en Villa se contradice con lo que ellos hacen cada vez que pasan por un poblado.