La frontera de cristal como alegoría de la brecha cultural entre México y EEUU.
El concepto de la ‘frontera de cristal’ en este libro remite a la fragilidad y la transparencia del intercambio cultural entre México y Estados Unidos. En este sentido, la idea misma de la frontera de cristal funciona como alegoría del estado político, social y económico de la relación entre un país y otro. Por un lado, es muy común que hombres y mujeres mexicanas crucen la frontera para ir a trabajar en Estados Unidos.
Si bien esto parece relativamente sencillo de hacer, al mismo tiempo este intercambio está signado por la explotación de la mano de obra. La frontera se cruza fácilmente, pero se permite a los mexicanos trabajar en Estados Unidos sobre todo para poder abonarles menos de lo que correspondería pagarle a ciudadanos norteamericanos.
Un fragmento del cuento “La capitalina” funciona como justificación de este planteo:
“[Leonardo] regresó cuando la fiesta estaba en su apogeo, sólo que le hizo al joven mozo indígena una seña con el dedo sobre los labios para que guardara silencio. De todos modos, era un pacuache que no hablaba español y por eso lo contrataba siempre doña Lucila, así las señoras podían decir lo que se les ocurriera sin testigos. Además, este jovencito indígena era esbelto y bello como un dios del desierto, no de mármol blanco, sino más bien de ébano, y cuando se les subían los jáiboles, las señoras lo desvestían colectivamente y lo hacían pasearse desnudo con una bandeja en la cabeza”.
En esas palabras notamos la distancia cultural entre un pueblo y otro, incluso el abuso por parte de los habitantes de suelo estadounidense hacia los individuos cuyo origen es mexicano. Esta brecha cultural acentúa los problemas de discriminación y la fragilidad en la que se encuentran las personas de México, debido a su propia situación política y a la injerencia que tiene Estados Unidos en su estado de cosas.
La corrupción como motivo
A lo largo de todo el libro este motivo se hace presente de diferentes maneras.
Por un lado, el personaje de Leonardo Barroso, que se repite en más de un cuento, personifica la corrupción en tanto nexo entre las élites comerciantes y el pueblo. Su dudosa moral está totalmente abocada a producir más ganancias para sí mismo, sin importarle si los tratos que realiza son justos o no para los demás involucrados.
Al mismo tiempo, en las siguientes dos citas extraídas del cuento "La pena", podemos ver cómo el narrador evoca de manera explícita este tópico de la corrupción:
> “En México siempre ha habido gente corrupta, autoritaria y con exceso de poder. Pero todo se les perdona si al menos son serios (¿hay una corrupción seria y otra frívola?)”.
> “-¿Qué te decía, mamá? -Que la honestidad es recompensa suficiente. Que él era un profesional honrado. Que no iba a traicionar al Maestro Mario de la Cueva y a sus demás profesores de la Facultad de Derecho. Que a él le inculcaron que la abogacía era una profesión honorable. Que no se podía defender la ley siendo uno mismo corrupto. Pero si no es nada indebido, Gonzalo, yo le decía a tu papá, aceptar un pago por hacer favores o llevar un asunto a la atención del ministro Barroso no es ningún crimen. ¡Todos en el gobierno se hacen ricos menos tú!”.
En la segunda cita podemos apreciar con claridad que los propios ciudadanos mexicanos, en algunos casos, creen que es preciso realizar ciertos actos, por más dudosos que sean desde el punto de la legalidad, con tal de gestionar alguna forma de salir de la situación de pobreza en la que están.
Cruce de frontera hacia EEUU como símbolo de progreso y ascenso
Casi todos los cuentos colocan en escena este símbolo del cruce de frontera. Para los personajes mexicanos que se entregan a este cambio de vida, el cruce de frontera simboliza un ascenso, una apuesta para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, sabemos, al seguir las historias de los protagonistas, que esto casi nunca es así, debido a la discriminación, la corrupción y la explotación de la fuerza de trabajo.
Pobreza como motivo
En casi todos los cuentos, debido a la situación política, social y económica de México -y a la decisión del autor de contar historias vinculadas con esta situación-, nos enfrentamos a personajes que sufren de pobreza y a veces hasta de indigencia.
La desesperación por la supervivencia -incluso en términos culturales o de educación- conduce a los personajes a vivenciar conflictos vinculados con la falta de dinero y a atravesar condiciones de explotación por parte de quienes más tienen y menos quieren pagar.