"Muchas veces he conseguido jugar con los perros de los pueblos, como perro con perro" (25). (Símil)
Esta cita pertenece al primer trecho autobiográfico de la obra. El autor se compara con los perros y ofrece una imagen de sí mismo integrado al paisaje, al entorno y a todos los seres que lo componen. Así, desde el inicio, observamos la fusión de vida y literatura, que también se manifiesta cuando el autor habla de los personajes como sus "amigos". Los límites son difusos. Además, observamos la visión andina de la naturaleza y de los animales. Como con el pino lleno de sabiduría que puede funcionar como mejor amigo del autor, los perros también son iguales, son pares del humano. Finalmente, la imagen creada por este símil nos posiciona al autor sobre el suelo, en contacto directo con la tierra.
"Como en el aire de los abismos andinos en cuyo fondo corre agua cargada de sangre, así está, cierto, en esta novela, el constreñido mundo indohispánico" (113). (Símil)
En estas palabras se concentran algunos de los elementos fundamentales del proyecto literario de Arguedas: sobre todo el retrato del mundo que choca lo indígena con lo español, de manera compleja, para crear la identidad peruana. Esa mezcla rica de diversos individuos y culturas está constreñida, es decir, concentrada en la identidad peruana que el autor explora y retrata. La propuesta en esta cita se completa de manera poética a través de la comparación con elementos de la naturaleza típicos del paisaje andino: el aire de la montaña y las aguas de los ríos serranos también están llenos de sangre.
"Me'hey asustado, hermano, porque negro era, negrito el saliva, como corona de luto" (223). (Símil)
Esta frase pronunciada por Esteban de la Cruz presenta, a través de la comparación, la fuerte presencia de la muerte en la novela y, en particular, en su historia. Esteban es una especie de muerto vivo: sus pulmones intoxicados hacen que sea un hombre débil y debe recostarse sobre el piso (casi como un cadáver) varias veces. A su vez, el símil se encadena con las imágenes visuales que describen la saliva con flema y carbón que él escupe al toser. Con todo, la omnipresencia del negro y la "corona de luto" representan la fatalidad de este personaje: sabe que va a morir, es inevitable. También lo saben Jesusa, Moncada y los médicos que lo atienden. Si bien la novela queda inconclusa y no llegamos a leer esta parte de la narración, en el "¿Último diario?" el autor afirma que, de acuerdo con su proyecto, este personaje (al igual que muchos otros) terminaría muriendo.
"Un volcán que así traga, ¿por qué? -preguntó-, ¿pa' qué ha de joder al viejo Chauco?" (262). (Metáfora)
En esta cita encontramos una metáfora: Braschi es como un volcán, ya que es poderoso, imponente y tiene una enorme capacidad destructiva. Chaucato explica de esta manera el poder arrasador del gran patrón industrial a través de la acción de tragar: consume las ganancias de toda la ciudad y hiere a todos sus habitantes. Al igual que los volcanes, tiene la capacidad de arrasar con todo a su alrededor.
La ima sapra (Metáfora)
El crítico Carlos Schwalb ha analizado la función de la ima sapra como metáfora del caos en El zorro de arriba y el zorro de abajo. Se trata del término quechua para referirse a una planta mencionada por primera vez en la entrada del 17 de mayo del Primer diario y que en español se llama "salvajina". Un poco más adelante, hacia el final del Capítulo I, en su explicación del mito de Pariacaca, el zorro de abajo dice "El individuo que pretendió quitarse la vida y escribe este libro era de arriba; tiene aún ima sapra sacudiéndose bajo su pecho" (73).
La ima sapra es una planta típica de la región andina, de largas hojas en forma de hilos que se entrelazan y se enredan entre sí. Tiene una forma enmarañada, al igual que la novela. Y, como puede leerse en las palabras citadas, también es parte de la identidad del autor. Representa perfectamente la forma compleja y confusa de cruce, choque y superposición de líneas narrativas, escenas y personajes que encontramos en ella. También representa la conexión entre la obra y la vida del autor. Además, esta planta crece en los abismos de las sierras y cuelga hacia abajo, como buscando bajar desde la altura (recordemos los movimientos entre el "arriba" y el "abajo" constitutivos de la obra).