El nombre de la rosa

El nombre de la rosa Símbolos, Alegoría y Motivos

El finis Africae (Símbolo)

Este es el lugar en el cual está depositado el libro prohibido que Guillermo y Adso buscan a lo largo de toda la novela, con el fin de dar con el responsable de los crímenes de la abadía. Pero pronto descubren que ese lugar es un espacio secreto y oculto de la biblioteca. No basta con que la biblioteca sea un laberinto, sino que sus arquitectos se han ingeniado para crear una habitación inaccesible incluso para quien haya develado la clave para transitar el laberinto. Una vez que logran ingresar, Guillermo y Adso encuentran allí a Jorge, el autor de los asesinatos, quien les revela por fin el asunto del libro prohibido.

Por lo tanto, el finis Africae simboliza el estricto control que existe en la abadía sobre el conocimiento. Junto con los otros mecanismos de control de la biblioteca (su forma laberíntica, sus hierbas alucinógenas, su espejo distorsionador, sus vientos que asustan), el finis Africae es el ejemplo más claro de cómo la abadía ha puesto todo su empeño en ocultar el conocimiento y preservarlo de su difusión, para que sus ideas subversivas no salgan a la luz.

El libro envenenado (Símbolo)

Jorge de Burgos se empeña en que el único ejemplar del segundo libro de la Poética de Aristóteles no salga a la luz, porque concibe que su contenido es peligroso y podría subvertir el orden de la sociedad y atentar contra la religiosidad. Por eso, para impedir que quienes lo encuentren puedan leerlo, acceder a sus conocimientos y difundirlos, envenena el libro. De ese modo, los que recorren sus páginas mueren envenenados, con las manos ennegrecidas por el efecto del veneno. Así, el envenenamiento del libro simboliza el peligro que Jorge y muchos otros monjes de la abadía atribuyen a muchos libros y los saberes que estos expresan. La lectura de esos libros es tan riesgosa que puede tener alcances fatales y la curiosidad de aquellos que buscan saber lo que no deben saber puede ser pagada con la propia vida. En efecto, el libro envenenado por Jorge es ahora una amenaza intelectual pero también física, y su lectura conduce a la muerte.

Las gafas de Guillermo (Símbolo)

Uno de los rasgos característicos de Guillermo de Baskerville es que lleva gafas de lectura, una tecnología muy avanzada en la Italia del siglo XIV. Guillermo es caracterizado por Adso como un entusiasta del saber y los avances del conocimiento y, por lo tanto, tiene una enorme confianza en el progreso y en la capacidad del conocimiento científico de mejorar la vida de las personas. Por lo tanto, sus gafas simbolizan el conocimiento, el progreso científico y la innovación técnica.

Las gafas de Guillermo llaman la atención de muchos monjes de la abadía, entre ellos Nicola, el maestro vidriero, quien argumenta que instrumentos avanzados como esos podrían ser atribuidos a fuerzas diabólicas. Guillermo señala que, en efecto, hay mucha resistencia al progreso científico, razón por la cual él ocultaba sus gafas cuando era un inquisidor, por miedo a que la Inquisición lo acusara de aliarse con el diablo. Asimismo, Berengario roba las gafas de Guillermo pues comprende que sin ellas el maestro no podrá leer el manuscrito de Verengario ni descubrir la verdad del libro prohibido. Las gafas aparecen directamente ligadas, entonces, a la posibilidad de acceder a saberes ocultos, secretos. En suma, estas ponen de manifiesto el potencial peligroso que muchos ven en el conocimiento.

Por último, a pesar de su fragilidad, las gafas sobreviven a la destrucción de la abadía, simbolizando así la supervivencia del saber, a pesar de todas las amenazas sufridas. Antes de despedirse para siempre, Guillermo le regala a Adso sus lentes, y este las usa durante toda su vida, incluso mientras escribe las memorias que conforman la novela. Después de décadas, las gafas siguen simbolizando el conocimiento, el aprendizaje y el progreso.

Los fragmentos de biblioteca que Adso recoge (Símbolo)

El incendio y la destrucción de la abadía significan la desaparición de la biblioteca más grande de la cristiandad. Sin embargo, décadas más tarde, un Adso viejo regresa a las ruinas de la abadía y recoge los restos que aún sobreviven de ese incendio, fragmentos de libros y trozos de pergamino. Para Adso, estos fragmentos simbolizan el conjunto más amplio de la biblioteca perdida y todo el saber que allí había contenido. Por eso Adso llama a ese conjunto de fragmentos una "biblioteca menor", porque es "signo de la biblioteca mayor, que había desaparecido" (510). Al reunir los pedazos remanentes espera que esas partes puedan ayudar a sustituir la colección completa: por eso lee esos vestigios, tratando de descifrarlos e identificar a partir de ellos las obras a las que pertenecían. De a poco, reúne también copias de los libros que vio en la abadía, en un intento por reconstruir imaginariamente la biblioteca original. Adso espera poder encontrar en estos fragmentos un mensaje oculto.

El anillo del abad (Símbolo)

El anillo de Abbone es un símbolo de su autoridad, en la medida en que las múltiples piedras de las que está formado componen una síntesis de la palabra divina y él, como autoridad de la abadía, es justamente el encargado de llevar, profesar y defender esa palabra divina. Según explica, cada gema tiene un lenguaje multiforme, es decir, cada una expresa varias verdades simultáneas. Pero está en manos únicamente de la autoridad ("del que tiene más prestigio y, por tanto, más santidad", 460) la capacidad de escoger una lectura particular, según el contexto, e interpretar correctamente los signos, para evitar caer en los errores a los que nos quiere llevar el demonio.

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