Cuento de Navidad

Cuento de Navidad Símbolos, Alegoría y Motivos

La bufanda de Bob Cratchit (Símbolo)

La descripción física de Bob Cratchit no es muy detallada, pero en su caracterización, a lo largo de toda la novela, se destaca la presencia de su larga bufanda blanca con flecos. El empleado la usa dándole varias vueltas al cuello y la deja caer por debajo de la cintura para abrigarse en medio del tremendo frío que azota la ciudad. Esta prenda es un símbolo de la pobreza y la opresión que enfrenta Bob Cratchit: debe aferrarse a la bufanda porque no tiene abrigo, y porque Scrooge le impide usar más leña para calentarse dentro del negocio.

El fuego (Símbolo)

En Cuento de Navidad es posible identificar un permanente contraste entre el frío y el calor como polos opuestos que se corresponden con lo negativo y lo positivo respectivamente. Así, en múltiples ocasiones, aparece el fuego como símbolo de la alegría, el amparo, el amor, el cuidado y la conexión con los demás. En todos los festejos navideños felices que Scrooge visita junto a los fantasmas del pasado y el presente se hace mención a algún fuego encendido. El fuego, así, se conforma como un elemento central de la celebración navideña y del espíritu navideño. De hecho, una de las tradiciones navideñas más antiguas es la de sentarse junto a la familia alrededor del fuego o la chimenea y contar historias.

La cadena del fantasma de Marley (Símbolo)

El fantasma de Marley está obligado, como parte de su castigo, a arrastrar una pesada cadena. Esta "Era larga y se le enroscaba como si fuera una cola, y estaba confeccionada —pues Scrooge la observó con suma atención— de cajas de caudales, llaves, candados, libros de cuentas, escrituras de compraventa y pesadas faltriqueras forjadas en acero" (46), es decir, está conformada por objetos, principalmente metálicos, que representan la acumulación de dinero, riquezas y propiedades, y que remiten a la actividad comercial. Así, la cadena es un símbolo de la avaricia por la cual Jacob Marley es condenado a merodear eternamente en forma de espectro. La acumulación exagerada de estos objetos hace que la cadena sea extremadamente pesada, lo cual potencia el sufrimiento del fantasma.

El niño enfermo (Motivo)

En la literatura inglesa del siglo XIX son frecuentes las representaciones de niños enfermos, motivo literario que refleja el contexto histórico de las obras. En aquel período, las ciencias médicas no estaban tan desarrolladas como ahora, no había tantos medicamentos, y las personas padecían muchas más enfermedades. Además, en Inglaterra y, en particular en Londres, las personas de clase baja trabajaban en fábricas y otro tipo de establecimientos donde entraban en contacto constante con sustancias tóxicas. Muchas de esas personas eran niños que contraen terribles enfermedades.

El Pequeño Tim es, tal vez, el niño enfermo más paradigmático de la literatura universal. Es preciso recordar que la novela no explica qué ocurre exactamente con su salud: se menciona que tiene dificultades para caminar y que usa una muleta y un dispositivo ortopédico en las piernas. A su vez, se narra que Tim no recibe la atención adecuada y que corre el riesgo de morir, pero no se explicita la conexión entre el problema de sus piernas y ese riesgo. De esa manera, la enfermedad se confunde con la discapacidad en esta obra, reflejando concepciones dominantes en la época.

La Ignorancia y la Carencia (Alegoría)

La Ignorancia y la Carencia son dos figuras alegóricas presentadas al final de la Tercera Estrofa. Encarnadas en una niña y un niño de aspecto horroroso, las dos criaturas salen del manto del Fantasma de la Navidad del Presente. En primer lugar, es fundamental observar que tanto la Ignorancia como la Carencia son criaturas del Hombre, o sea, de la humanidad, tal como le explica el espectro a Scrooge. Es decir, los humanos deben hacerse cargo de ellas de manera responsable. En segundo lugar, la presentación alegórica de estas entidades deja en claro que son absolutamente indeseables mediante su descripción física: son monstruosos, harapientos, escuálidos, espeluznantes. El fantasma le advierte a Scrooge que es muy importante cuidarse y mantenerse lejos de la Ignorancia y de la Carencia, y sobre todo de la primera, porque es el camino directo hacia la fatalidad, hacia un destino triste y miserable. Así, la novela cumple con su función didáctica, dando a entender que la avaricia, el egoísmo y el individualismo provienen de la ignorancia y, por lo tanto, deben ser erradicados.

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