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¿Qué significa, y qué consecuencias tiene, el matrimonio para las mujeres en la obra?
La idea de matrimonio se plasma reiteradas veces como el concepto de "una mujer, un hombre y una casa". Tanto en palabras de la Madre, como de la Novia y la Mujer, vemos esta idea construida con matices, pero girando siempre alrededor de la misma idea. La sentencia más fuerte en este sentido la leemos de la Madre, al conocer a la Novia en el primer acto, cuadro III:
MADRE.- ¿Sí? ¡Qué hermoso mirar! ¿Tú sabes lo que es casarse, criatura?
NOVIA.- (Seria.) Lo sé.
MADRE.- Un hombre, unos hijos y una pared de dos varas de ancho para todo lo demás.
Asimismo, más avanzada la obra, durante los festejos, la Mujer de Leonardo expresa:
MUJER.- Aquí los dos; sin salir nunca y a levantar la casa. ¡Ojalá yo viviera también así de lejos!
De esta manera, vemos en palabras de ciertos personajes que el valor del matrimonio está ubicado, como algo positivo, en desarrollar la vida doméstica entre dos, tal vez con hijos, y nada más. Las mujeres expresan como algo deseable el quedarse solas en casa con el marido, ocupándose del hogar.
El único personaje femenino que expresa una idea distinta es la Criada. Cuando discute levemente con la Novia durante los comienzos del festejo, le dice:
CRIADA.- ¡Pero, niña! Una boda, ¿qué es? Una boda es esto y nada más. ¿Son los dulces? ¿Son los ramos de flores? No. Es una cama relumbrante y un hombre y una mujer.
Este personaje, de este modo, expresa y se ubica en un lugar mucho más pulsional y corporal en relación al matrimonio, en comparación con lo que muestran las demás: hace mención a la posibilidad de tener relaciones corporales con un hombre con la venia de los valores religiosos y sociales, es decir, de un modo aceptado y bien visto.
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¿Cómo está representada la hombría en Bodas de Sangre?
La hombría está representada como una condición de riesgo para la sobrevida de los hombres en la obra. Desde un comienzo, la Madre expresa su temor en relación a la salud de su hijo: no quiere que lleve una navaja consigo, no quiere que salga de la casa. También expresa su deseo de tener una hija en lugar de un varón, ya que aquella se quedaría dentro de la casa y no saldría a exponerse a enfrentamientos. La hombría, entonces, está vista como la portación de cierto potencial violento que pone en riesgo la propia vida de quien lo carga.
Esto está en profunda relación con la idea de la honra, como un valor que los hombres deben defender, incluso por encima de la vida. El enfrentamiento final entre Leonardo y el Novio pone este valor de manifiesto: se enfrentan a muerte para defender su honor, y terminan matándose.
A su vez, hay dos ocasiones en las que la Madre hace particular mención de otras consideraciones en relación a la hombría. Una de estas consideraciones es el valor de la hombría como la capacidad reproductiva de los varones:
MADRE.- Tu padre sí que me llevaba. Eso es buena casta. Sangre. Tu abuelo dejó a un hijo en cada esquina. Eso me gusta. Los hombres, hombres; el trigo, trigo. (Acto I, Cuadro I)
Y, luego:
MADRE.- Mi hijo la cubrirá bien. Es de buena simiente. Su padre pudo haber tenido conmigo muchos hijos (Acto II, Cuadro II).
En estas dos citas podemos entender al valor de la reproducción como un signo de buena hombría para la Madre. Esto se relaciona, también, con su valoración de la vida y su pulsión por conservarla, que es la misma pulsión que expresa en la apertura de la obra, cuando no quiere dejar salir a su hijo.
La segunda consideración se manifiesta cuando le explica a su hijo cómo ser un buen macho:
MADRE.- Con tu mujer procura estar cariñoso, y si la notas infatuada o arisca, hazle una caricia que le produzca un poco de daño, un abrazo fuerte, un mordisco y luego un beso suave. Que ella no pueda disgustarse, pero que sienta que tú eres el macho, el amo, el que mandas. Así aprendí de tu padre. Y como no lo tienes, tengo que ser yo la que te enseñe estas fortalezas (Acto II, Cuadro II).
Esta segunda concepción de lo que es la hombría, en palabras de la Madre, nos aporta mucha información sobre de qué manera interpretar la reacción del hijo frente a lo que ocurre en la boda, además de los valores sociales que circulaban en ese ámbito en relación a lo que vale y se respeta de un varón en ese contexto.
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¿Cómo está representada la mujer en la obra?
La mujer tiene varias representaciones diversas en Bodas de Sangre. Hay una mayoría de personajes femeninos (la Madre, la Novia, la Mujer, la Criada, la Suegra), y cada uno participa en esta representación del género que se pone en escena.
Como ya hemos mencionado en esta guía, todas, en algún momento, hacen mención al matrimonio y a los valores del mantenimiento del hogar familiar como un objetivo deseable y fundamental. Por lo que, en primer lugar, entendemos que el rol de la mujer está en relación a los valores de sostén y conformación de un hogar tradicional y una familia. Estas mujeres adoptan esos valores como un objetivo personal y, a su vez, lo van transmitiendo al resto: la Madre le dice a la Novia que un matrimonio es "un hombre, unos hijos y una pared". En la boda, la Mujer de Leonardo le dice al Novio que "Aquí los dos; sin salir nunca y a levantar la casa. ¡Ojalá yo viviera también así de lejos!" (Acto II, Cuadro II), expresando esa situación del matrimonio como unidad suficiente, alejada del resto, como algo deseable tanto para ella como para los demás.
Luego, hay algunos otros comentarios sobre el ser mujer que nos sirven para complejizar el modo en que esta idea se plasma en la obra. Sin dudas es un tema complejo, y consideramos que los hechos representados son más elocuentes que los textos explícitos: el personaje de la Novia expresa en sus acciones y actitudes mucho más sobre la ambivalencia de sus deseos de mujer que los parlamentos que ella dice en la pieza. Sin dudas, su actitud para con el Novio, a veces alegre, a veces esquiva, similar a la que tiene con la Criada, expresa la contradicción de sus sentimientos. Por un lado, la idea del matrimonio parece presentársele como algo atractivo y como una resolución a sus conflictos, y parece desear concretarlo y contentarse con ese destino. No obstante, existe a su vez otra pulsión que la inquieta, y que no puede acallar. Al final, esta última se impone frente a lo demás.
Este parlamento en verso que declama la Novia en la escena del bosque condensa, a su modo, la contradicción que siente:
Estas manos que son tuyas,
pero que al verte quisieran
quebrar las ramas azules
y el murmullo de tus venas.
¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta!
Que si matarte pudiera,
te pondría una mortaja
con los filos de violetas.Y luego:
¡Ay qué sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena,
y no hay minuto del día
que estar contigo no quieraCon estas palabras, la Novia expresa que la pasión que siente por Leonardo no se adecúa a las formas sociales que supuestamente existen para vivir el amor (compartir la cotidianidad en matrimonio, representado por la expresión "cama y cena"), sino que las exceden. Este excedente, la desmesura de su pasión, la lleva a desear al mismo tiempo la concreción de su deseo y la muerte del objeto de su deseo (Leonardo), porque no puede concretarse en formas estables, como la de una casa compartida. Es en este conflicto consigo misma y la sociedad que la Novia atraviesa su propio destino trágico en relación a su rol de mujer.
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¿Qué expresa el título Bodas de Sangre?
Este título condensa varias significaciones simultáneas, si consideramos el contenido de la obra. La significación del concepto de sangre trae, al mismo tiempo, el sentido de la herencia, de la familia y de las pulsiones. "Bodas de sangre" significaría, por un lado, la unión de dos sangres, o sea, de dos linajes y destinos familiares; pero, a la vez, anticipa el final trágico y sangriento que esta unión encuentra: la muerte de los dos hombres, el derramamiento de la sangre, en el sentido más literal de la palabra.
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¿Qué representa el sino en la obra?
El sino representa, en Bodas de sangre, la marca que un personaje trae consigo desde generaciones, según el derrotero familiar que su linaje vivió antes que él. El Novio y Leonardo, por ejemplo, llevan sinos distintos pero que signan su destino por igual: el Novio lleva el sino de pertenecer a una familia de acuchillados; Leonardo, de pertenecer a una familia de matadores y traidores. Esta información circula por los comentarios que realizan otros personajes: la Madre y el Padre sobre la familia de Leonardo, los Leñadores sobre la familia del Novio. En este sentido, el sino es central porque es otra forma de nombrar al destino, como la marca individual del destino familiar en cada personaje.
Otro punto importante en relación al sino y su modo de representarse en esta pieza es que parece expresarse en cada linaje según su sexo: las mujeres heredan el sino de sus madres (la madre de la Novia "no quería a su marido" -según lo que dice la Vecina a la Madre en el acto I, cuadro I- y ella tampoco a su Novio), y los hombres, el de sus padres (el padre y el hermano del Novio murieron acuchillados; él, luego, también).