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¿Qué lugar tiene la ciencia médica y psiquiátrica en la novela?
Encarnada en los personajes del doctor Holmes y sir William Bradshaw, la ciencia médica aparece en la novela como algo capaz de destruir, en lugar de ayudar, a las personas con alguna enfermedad mental. Ninguno de los doctores demuestra la sensibilidad ni la habilidad suficientes para proteger a Septimus: en oposición, lo asfixian con sus clínicas de retiro y sus teorías rígidas acerca de la salud, la proporción y todo aquello que ellos consideran correcto y normal. La novela realiza una suerte de denuncia a la violencia de la psiquiatría para con sus pacientes, en tanto ambos doctores acaban funcionando como agentes de la muerte, conduciendo a Septimus al suicidio.
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La novela recurre constantemente a una misma imagen metafórica para simbolizar tanto el fluir de la vida como la estructura y la configuración propia del texto. ¿Cuál es esta imagen? Explícala.
La novela recurre constantemente a la imagen metafórica del mar. El fluir de las olas aparecen como símbolo del fluir vital: los personajes reflexionan sobre su pasado como si se sumergieran en las aguas de su vida, frescas y solemnes a la vez, mientras, al mismo tiempo, nadan a través de las olas de su presente o bien se dejan llevar por ellas.
El mar aparece también como representación simbólica de la estructura narrativa de la novela. El narrador en tercera persona focaliza en varios personajes, y pasa de uno a otro con fluidez, de una manera oscilante y tranquila, como si navegara por la ciudad en la que tiene lugar la trama. Al mismo tiempo, hay personajes que parecieran modificar a otros con sus acciones, de la misma manera que un cuerpo cuando se sumerge en el agua produce perturbaciones a su alrededor, afectando a los cuerpos cercanos. Un ejemplo claro de esto es lo que sucede entre Clarissa y Peter, o bien entre Septimus y Clarissa, a quien aquel termina afectando, con su muerte, aún sin haberla conocido.
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¿Qué representa el personaje de Septimus en relación a la sociedad inglesa retratada en la novela?
Septimus es un hombre joven cuya vida se destruye por haber defendido a su país en la guerra. “Londres se ha tragado a muchos millones de jóvenes llamados Smith” (p.123), dice el narrador. Septimus representa una generación perdida de hombres tras la Primera Guerra Mundial. Mientras la pompa y las celebraciones continúan entre los ingleses de la alta sociedad, un grupo de hombres retorna de la guerra habiendo vivido una experiencia incalculablemente traumática, y no recibe ninguna ayuda para superar su frustración. La civilización inglesa los ha perjudicado de por vida al enviarlos al campo de batalla, pero la clase política está aún demasiado ocupada en intentar dominar el mundo o festejar la victoria como para reparar en ellos y ayudarlos a recobrar sus vidas saludablemente.
El clima de posguerra aparece con claridad en la novela, en los retratos de esta sociedad orgullosa de sus “logros” e invisibilizadora de lo que se sacrificó para conseguirlos. En el personaje de Septimus, su trastorno mental y su trágico final la novela configura una crítica a la sociedad de la época, particularmente a la irresponsabilidad estatal y la indiferencia social ante el dolor que el mismo país produce en los jóvenes al enviarlos al campo de batalla.
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Clarissa recuerda una escena en Bourton en la que se besa con Sally hasta que irrumpen Peter y otro hombre. Describe la escena y sus implicancias en relación a alguno de los temas principales de la novela.
La descripción del momento previo a la aparición de los hombres se llena de imágenes de una plenitud asociada a la intimidad: cuando Sally la besa, Clarissa se siente poseedora de algo precioso, maravilloso, revelador, hasta que la presencia masculina irrumpe con violencia, como si abriera una puerta secreta, desnudándolo todo, de una forma arrolladora. Sally es quien le enseñó a Clarissa sobre la vida, el sexo, los hombres, la política y todos los temas que permanecían ocultos para una jovencita de la época, por lo que, en el recuerdo de Clarissa, Sally aparece no solo como quien representa el deseo sino también la libertad.
En principio, a Sally no le interesan las ataduras sociales que configuran la vida de Clarissa, y en este sentido es interesante cómo la sexualidad y lo social aparecen ligados en la mente de la protagonista: por quien Clarissa sintió más deseo en su vida fue Sally, pero esa plenitud se vive incuestionablemente como un "momento" (aunque el más feliz de su vida) previo a la intrusión masculina (literal, pues la escena se interrumpe por la llegada de los hombres, y simbólica, pues Clarissa debe enlazarse en casamiento a un varón). Sally, por su parte, aparece en el recuerdo como el total reverso de la represión sexual y la sumisión al orden social.
La relación con Sally es recordada como pura, íntegra, desinteresada, plena. El amor entre mujeres aparece como lo que, alrededor de 1920, es posible hasta que llega la aplacadora e impostergable presencia masculina (el matrimonio es en esa época, por supuesto, entre hombres y mujeres). La descripción del momento previo a la aparición de los hombres aparece plena de imágenes de una plenitud asociada a la intimidad: Clarissa era poseedora de algo precioso, maravilloso, revelador, hasta que la presencia masculina irrumpe con violencia, como si abriera una puerta secreta, desnudándolo todo, de una forma arrolladora.
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En un determinado momento, un avión exhala letras de humo sobre el aire de Londres. Describe la escena y sus implicancias simbólicas en relación a la novela.
Los ciudadanos que pasean por Regen's Park son sorprendidos por el espectáculo de un avión que exhala letras de humo blanco. Todo el mundo mira e intenta formar las palabras, decodificar el mensaje, gritando lo que creen leer en el cielo. Pero en cierto modo, las letras resultan incomprensibles; las lecturas de los diferentes personajes son distintas, y ellos no coinciden en cuál es el mensaje: “-Blaxo- dijo la señora Coates” y “-Kreemo- murmuró como una sonámbula la señora Bletchley” (p.40). La escena es interesante en tanto reproduce simbólicamente, por medio de esta imagen, la imposibilidad comunicativa, tema importante en la novela. En las escenas entre parejas, por ejemplo, esa imposibilidad aparece constantemente: Peter y Clarissa no pueden decirse lo que piensan, Richard no logra decirle a Clarissa que la ama, Septimus y Rezia no se comprenden al hablar.
En una novela donde la perspectiva individual y subjetiva tiene muchísima más presencia que la objetividad de los hechos ocurridos, las letras de humo exhaladas por el avión, formando palabras distintas para cada persona que las ve, funciona como símbolo de la incomunicación. A lo largo de toda la novela, el narrador focalizado demuestra cómo la interioridad de cada personaje es un mundo pleno de interpretaciones que nada tienen que ver con las de quienes lo rodean. Muchas veces, sobre un mismo hecho se ofrecen distintas interpretaciones, según el personaje. Lo interesante de las letras exhaladas por el avión es que el narrador no presenta ninguna objetividad del hecho, sino que simplemente asistimos a la discordancia absoluta entre las interpretaciones: cada persona que mira las letras, lee para sí una palabra diferente.