¿Qué le pasa a tu cara? ¿Te la quemaste en un incendio o algo así?
Esta es la primera de muchas veces que se le pregunta a Auggie sobre su rostro en la novela, y también es la más grosera y brusca. Palacio aquí establece a Julian como un antagonista, alguien que no será un amigo de August ni siquiera cuando ya todos lo sean.
Julian es el único personaje que no se redime dentro de la novela, aunque al menos se da a entender que viene de un hogar en donde no se le han inculcado valores de integración, como lo demuestran los e-mails de su madre al director, en los que le pide que August sea excluido de la escuela.
Ojalá pudiese ser Halloween todos los días. Todos podríamos llevar máscara siempre. Podríamos pasearnos por ahí y conocernos antes de ver qué aspecto tenemos bajo las máscaras.
Esta cita destaca el deseo de Auggie de ser conocido por algo más que por su apariencia. Él sabe que, más allá de su condición, no es diferente de otros niños, y que cuando la gente llega a conocerlo, encuentran en él a una persona divertida y simpática con la que vale la pena entablar amistad. El problema es que pocas personas se dan la oportunidad de conocerlo, y lo juzgan solamente por su apariencia.
A Auggie lo quiero muchísimo. Pero él ya tiene muchos ángeles que velan por él, Via. Quiero que sepas que tú me tienes a mí velando por ti.
Via, durante toda su vida, ha tratado de aceptar el hecho de que sus necesidades están en segundo plano dentro de su familia. Incluso, considera esto como algo lógico, teniendo en cuenta los problemas de August.
Tener a su abuela ha ayudado a Via enormemente a sentirse mejor, más contenida, pero después de que esta fallece, los sentimientos de insatisfacción regresan e incluso, por primera vez, la desbordan. Hacia el final de la novela, Via recibe la atención que tanto necesita cuando protagoniza la obra escolar y su familia está allí dándole una gran ovación.
Pero si un niño pequeño como Jamie, que normalmente es bastante simpático, puede llegar a ser así de cruel, un chaval como August no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir en un colegio.
Jack toma la decisión de darle la bienvenida a August en la escuela porque le preocupa cómo lo tratarán los demás niños. Recuerda el momento en el que su pequeño hermanito, Jamie, lloró al ver a August en una heladería y, sin querer, fue cruel con él.
Esta cita, además, recuerda a los lectores que las malas personas no son las únicas que pueden decir y hacer cosas crueles. Incluso los niños que suelen ser agradables pueden actuar de maneras que hieren a los demás, y, de hecho, Jack, unos capítulos después, será terriblemente cruel con August, aun queriéndolo como ya lo quiere.
si todo dependiese del azar, el universo nos abandonaría por completo. y el universo no nos abandona. cuida de sus creaciones más frágiles de un modo invisible.
Justin es hijo de padres divorciados. En su hogar se siente particularmente solo y falto de afecto. De inmediato reconoce el amor y la unión que reina en la familia Pullman. Eso le hace pensar que el universo ha sido cruel con Auggie, ya que padece una enfermedad que es producto de una sucesión de casualidades negativas, pero, por otro lado, el universo lo ha bendecido con algo muy importante: una familia que lo ama más que a nada.
(La cita está transcrita, tal como está en la obra. Recordemos que todo el capítulo de Justin está escrito enteramente en minúsculas).
Es curioso: a veces te preocupas un montón por algo que al final resulta no ser nada.
Esta cita marca el comienzo de la transición de Auggie de ser rechazado en la escuela a ser aceptado. August ha pasado mucho tiempo preocupándose por lo que los otros estudiantes pensarán de él cuando entre a la escuela con sus audífonos gigantes, pero al llegar allí nadie se burla de él y, de hecho, a sus compañeros y a los docentes les parece importante que ahora August oiga a la perfección. Todos han comenzado a aceptarlo por lo que es, y su apariencia ya no genera burlas.
¿A que tú no necesitas los ojos para amar? Lo sientes por dentro. Así es el cielo. Todo es amor y nadie olvida a sus seres queridos.
Esta cita forma parte de la conversación de Auggie con su madre después de que muere Daisy. Las palabras de Isabel hacen referencia a lo que ella imagina que sucede cuando alguien va al cielo. Una vez más, Auggie (como le sucedió en la conversación que tiene con Summer previamente) se cautiva por la idea de que las personas no se vean iguales después de la muerte, y encuentra allí un consuelo. Esta cita, al igual que la de Justin, también enfatiza la importancia del amor y los seres queridos por sobre la apariencia física.
Debería haber una norma que dijese que todo el mundo debería recibir una ovación del público puesto en pie al menos una vez en su vida.
Esta cita es pronunciada por August cuando todo el auditorio aplaude a Via y Justin al final de la obra escolar que acaban de representar. Aquí, Auggie reconoce lo valioso que es hacer que las personas se sientan importantes y amadas. Advierte, además, que él no es el único que necesita sentir ese reconocimiento.
También esta cita funciona como un presagio de lo que sucederá en el último capítulo de la obra, cuando sea él quien reciba una ovación al ser premiado con la medalla de la escuela durante el acto de graduación.
Si cada uno de los presentes convirtiese en norma que dondequiera que estéis, siempre que podáis, intentaréis ser un poco más amables de lo necesario... el mundo sería un lugar mejor.
El discurso del señor Traseronian en la graduación de quinto grado tiene como eje un tema fundamental de la novela: la importancia de la amabilidad. Este tema aparece, por primera vez, en el primer capítulo de la novela, en los preceptos del señor Browne.
A lo largo del año, los compañeros de August han aprendido "la lección": ser amables es más importante que ser populares o demostrar superioridad. Aquí, el director afirma que el mundo sería un lugar mejor si todos fuéramos más amables, y pese a que eso no puede comprobarse, sí es un hecho que la escuela Beecher se ha convertido en un lugar mejor a partir de la amabilidad.
Eres maravilloso, Auggie. Eres maravilloso.
Esta cita final del libro, además de estar llena de emotividad, da cuenta, con un gran poder de síntesis, de cómo Auggie ha cambiado la vida de todos los que lo rodean.
Antes, Auggie era considerado una "maravilla médica" debido a su extraña condición. Ahora, por el contrario, Auggie es visto como una maravilla por su fuerza de carácter y su inquebrantable valentía y amabilidad. Incluso, se puede afirmar que August se ha convertido en un niño maravilloso al lograr que los demás niños lo vean como un chico absolutamente normal.